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domingo, 29 de octubre de 2017

Los ciudadanos, siempre...

Este mes de Octubre de 2017 pasará a la historia de nuestro país. Se hablará durante mucho tiempo de los momentos que estamos viviendo. Momentos convulsos y llenos de incertidumbres políticas, sociales, económicas. Momentos de un proceso de cambio que ya no tendrá vuelta atrás. 
Estamos en un tiempo de una fuerte división ciudadana, pero venimos observando cómo una gran parte de la sociedad civil catalana que antes no había tenido protagonismo, lo quiere recuperar. Mejor dicho, creo que lo ha recuperado. Han sentido y también han interiorizado que quieren ser protagonistas, que no quieren que nadie les cuente ni les escriba la historia. Quieren ser protagonistas y por tanto quieren escribir su propia historia porque se han hecho presentes en la vida pública.
Siempre todos los cambios sociales han sido producto de un cambio provocado por la ciudadanía. Por la sociedad civil. Cuando los ciudadanos toman las calles y se muestran sin tapujos y toman como algo suyo, como una pertenencia que les provoca y les hace ser depositarios de su destino, el cambio se convierte en una más que segura realidad. 
Creo que hay un cambio en los catalanes. En todos. En los que se sienten catalanes y al mismo tiempo españoles. No había sucedido antes. Ya nadie podrá volver a hablar en nombre del pueblo catalán, como si este solo tuviera una opinión. Creo que este es uno de los grandes cambios que está provocando todo este llamado "proces".
Los ciudadanos hemos asistido en estos días al desprestigio de la cosa pública. Los errores de unos y de otros y sus posiciones han hecho que la sociedad tome la palabra. Hay que conseguir que la palabra sea el argumento para encontrar la razón. Como se suele decir, la fuerza de la razón y no la razón de la fuerza. Todo este proceso de cambios viene producido por situaciones de frustración y por ello, las actitudes de los ciudadanos hacia el sistema político se han vuelto notablemente más críticas. Hoy los ciudadanos esperamos que todo este proceso sea visto como una oportunidad para que se recupere la sensatez. Para que nuestra historia reciente se pueda seguir escribiendo con una mirada limpia, sin sectarismos, sin nacionalismos y sin rencor. 
He vuelto a releer algunas de las conversaciones de Hessel y recuerdo..."os corresponde a vosotros, amigos de España, ciudadanos de todas las partes, a cada uno individualmente, y a todos colectivamente, encontrar las pistas a través de las cuales la "internacional ciudadana" podrá dotar de vida este siglo. No para lograr el mejor de los mundos, sino un mundo viable". 
Los ciudadanos de Cataluña van a tener esa oportunidad de volver a encontrar la senda de la normalidad en pocas semanas. Desde el respeto y el afecto, desde la convivencia y todos juntos. De nuevo los ciudadanos, siempre los ciudadanos serán los que provoquen la vuelta a la legalidad y a la normalidad democrática.

viernes, 27 de octubre de 2017

Un día para la historia.

En uno de esos paseos que todos tenemos por esta sociedad, en uno de esos días que paseas por un espacio acompañado de un ruido controlado y a un volumen que te permite no perder lo que puede pasar a tu alrededor, escuché que la historia está condenada a repetirse si no se la escucha. Una historia que hoy es imposible que se comporte de la misma manera porque los tiempos son otros y los que vivimos en este mundo tenemos recursos y fortalezas de las que antes se carecían.
Ni siquiera se cuando escribo esto porque lo escribo. Es posible que la única razón sea que la historia y el paso del tiempo no me haga olvidar la irracionalidad del día de hoy. No estoy diciendo que lo que pasó hace años pueda volver a pasar,. Hoy los tiempos no son iguales. Pero lo que puedo decir es que hoy es un día triste para todos los españoles. Día de tristeza y desolación porque no se haya llegado a entender que lo que debería haber prevalecido es el sentido común y la vuelta a la sensatez.
Quizás escribo estas líneas porque en el viaje de vuelta escuché a una periodista catalana. Sus palabras me transmitieron mucha desolación en su interior. Una catalana que hablaba con todo su corazón. Hablaba como una catalana que se sentía traicionada y que se abría al mundo. Que se había resistido a dar su opinión pero que lo que estaba sucediendo le impedía seguir callada. Me pareció que necesitaba ese acto de sinceridad para expresar su indignación. Me pareció un acto de nobleza y responsabilidad por sus palabras, por como las dijo y porque su nivel de sinceridad fue extraordinario.
Creo en la política y esperaba que el sentido y el significado de la política se impusiera hoy. Por lo que representa y sobre todo porque los que confiamos en la política y entendemos de lo necesario de la misma fuera al final lo que se acordara. No creí nunca que se llegara a tal grado de insensatez, a este nivel de sinsentido y que se pudiera llevar por delante este espacio público que no tiene exclusividad porque nos pertenece a todos los ciudadanos.
En estos momentos es difícil conocer las respuestas a las preguntas que la inmensa mayoría de los ciudadanos nos hacemos. Pero si hay una palabra que creo que se impone en todas ellas, sería la de la preocupación. No creo que haya ningún ciudadano que pueda sentirse contento con lo sucedido en el día de hoy...El día de hoy se incorporará a la historia, a unas páginas que en mi opinión no deberían haberse tenido que escribir nunca.

domingo, 22 de octubre de 2017

Los límites de la realidad.

Hace unos días escribía en este espacio que me sorprendía que no hubiéramos aprendido la lección y que después de 40 años de convivencia constitucional y democrática no fuéramos capaces de situarnos en la realidad y de encontrar una respuesta a este tiempo que vivimos. Un tiempo de convulsión que en unos días ha pasado de ser convulsión política, a adquirir unos niveles muy altos de convulsión económica, social y ciudadana, aparte de política.
Las calles se llenan de ciudadanos reivindicando. Las televisiones de comentaristas de todos los colores que nos provocan con sus posiciones. Las declaraciones en los medios se producen casi al instante y prácticamente no da tiempo a leer o escuchar, a saber lo que está ocurriendo o lo que es actual. Las redes sociales nos inundan al segundo y consiguen que la noticia en papel sea atrasada cuando se publica.
Y en este estado de noticias, sucesos y hechos que ocurren no hay tiempo para la sensatez y el sentido común. No hay tiempo para pararse, porque vamos a tal velocidad que nadie ha puesto la palabra "stop" en su casilla o en su pensamiento. Nadie o es que todos hemos caído en la provocación, porque lo que en estos días está sucediendo en nuestro país, va a cambiar todas las estructuras y ya nada volverá a ser igual que antes.
Hace unos meses un profesor en la Universidad provocaba un debate sobre los cambios sociales. No se había producido lo que estos días estamos viendo que está pasando en Cataluña. Recordando aquella clase me viene a la memoria una frase que resumía como comentario resumen:" los límites de la realidad". Y ello me recuerda a lo que desde mi punto de vista se estaba reclamando desde hacía tiempo: la respuesta política. Y no digo que la respuesta política que se ha tenido que tomar, sea la mejor. Posiblemente, nadie quería que se haya tenido que tomar. Pero lo que no tengo dudas, es que había que tomar una decisión ante la sinrazón de un Govern y de un President que tiene entre otras cosas secuestrado desde hace semanas a su propio Parlamento y que se permite aprobar, desaprobar y suspender algo que no existe y es capaz al mismo tiempo de manifestar que es el peor ataque a las instituciones de Cataluña desde los tiempos de Franco. Increíble.
Porque hacía tiempo que se estaba reclamando una respuesta. Y esta ha llegado. Las declaraciones una vez que se ha tomado una decisión por el Gobierno de restaurar el orden constitucional están dando la idea de que algunos no pensaban que se llegaría a donde hemos tenido que llegar. Ahí es donde la frase que encabeza esta entrada tiene todo su vigor y fuerza. Los que se habían lanzado a la aventura de la ilegal e inconstitucional independencia han obtenido un baño de realidad. La realidad en la que como bien ha dicho Guillermo Fernández Vara se sitúan los que se salen de la ley.

domingo, 15 de octubre de 2017

Vivir de distinta manera....

Una chica tomando café te saluda y te observa. De pronto te dice que si tienes pañuelos. No la entiendes y te lo repite. Parece confundida pero no es así, está pensando en si necesitas algo. Alguien que la conoce se da cuenta de que parece necesitar algo. Pero no es así. Ella no está pidiendo para sí, se ha percatado de que tienes un respirar un tanto dificil e interpreta que necesitas desahogar tu nariz, porque le ha parecido que tu respiración es un poco complicada y necesitas evacuar algo de mucosidad.
Esta situación es un momento que puede pasar cada día. Cada día nos podemos encontrar situaciones parecidas. Este tipo de situaciones puede que no sea la normalidad, pero sin embargo a mí si me dicen cosas. La gente es más sensata y tiene signos de preocupación que en casos como este puede que se den con más  normalidad de lo que parece. Asistimos a un momento concreto, pero que dice mucho de las personas que tienen alguna diferencia física, motora o psíquica, alguna discapacidad, y que suelen ser más intensamente sensibles a los problemas de los demás, porque parecen mostrarse con más cordura y sensibilidad que el resto de las personas. Esto es siempre así. Una vez escuché y leí que el mayor signo de solidaridad se suele dar en la gente que tiene mayor humildad.
Me hizo reflexionar este momento del día de hoy. Me sucede que siempre que veo o tengo la ocasión de estar en un momento de éstos, me viene el momento reflexión. Personas con diferencias se muestran así de naturales y sencillos. No suele suceder en personas que no tienen este tipo de problemas. Y además apunto algo: no quiero dejar de sensibilizarme viviendo situaciones como estas. Nos podemos decir lo que queramos, pero el momento de sensibilidad y ayuda que muestran este tipo de personas no tiene precio. Suelo ver situaciones cercanas a las descritas porque cerca de mi parque suelen pasear niños y niñas con discapacidad. Los observo cada vez que tengo oportunidad y pienso que en este mundo tan complicado, ellos deben vivir su felicidad de otra manera o quizás no. Nunca llego a saberlo porque no he querido preguntarlo. Suelo compartir ese momento desde la observación, con el silencio y el disfrute con sus gestos, con su sonrisa.
El día que deje de mostrar mi sensibilidad en sus diversas formas al ver esta escena pensaré que este mundo me ha cambiado. No creo que ese momento suceda. Porque quiero seguir preguntándome y escucharme en el silencio mientras vivo ese momento. Es uno de los momentos en que el silencio de tu corazón lo dice todo y pienso que ello me ayuda a seguir valorando la vida, a las personas que quiero. Es uno de esos momentos en que no necesitas que nadie te toque para sentirte vivo.
No me asaltan las dudas por ello. Me reafirma en la necesidad de poner en valor las cosas que no tienen precio, que el tiempo en ese momento no pasa porque parece que se para observando. Son las cosas que nos hacen sentir, son algunas de las cosas y escenas que quiero seguir compartiendo porque se trata de vivir adentro y disfrutar de ello...se trata de vivir esos segundos que la vida te regala y que sencillamente te hacen sentir  y vivir la vida de distinta manera.

domingo, 8 de octubre de 2017

Tiempos convulsos.

Mi querida España...esta España nueva, esta España vieja. Comienza así esta canción de Cecilia, cantaautora española que falleció en accidente de tráfico, pero que nos dejó varias canciones para el recuerdo y que en tiempos como el que vivimos están de nuevo cobrando mucha más actualidad. La gente canta alguna de sus canciones y no es extraño, puesto que la letra de su canción más popular estaba dirigida hacia su país. A nuestro país, España. Como muchos otros cantautores, también sufrió la censura.
En estos días corren tiempos convulsos. Tiempos que recuerdan por un lado a otros tiempos por varias razones, pero que sin duda, son los momentos más complicados que estamos soportando los españoles desde hace años. Temas que no nos habíamos cuestionado, nos lo estamos cuestionando. Asuntos que parecían cerrados, vuelven a ser abiertos. Dudas e incertidumbres en el ámbito económico y social, como hacían muchos años que no se planteaban. Enfrentamientos políticos que no se habían vuelto a producir desde la etapa antidemocrática. Muchas dudas e interrogantes sobre el modelo de esta España que describía la cantante Cecilia en su vieja pero hermosa canción...mi querida España. Y todo esto con nuevos actores políticos, que muchos de ellos ni siquiera vivieron esos otros tiempos convulsos donde no existía una norma llamada ley de leyes o Constitución Española.
Leyendo a Peces Barba en su libro titulado "la España civil" se describe una mirada a un panorama político distinto. De reconocimiento a algunos políticos que pusieron por delante los intereses del país a los intereses estrictamente políticos de su partido o comunidad. Como voz autorizada, trata de poner en valor el ejercicio de la política desde una luz distinta, desde la esperanza. Puede ser que aquel tiempo que describe no se parezca al actual, pero en aquellos años de enorme complejidad se cimentó sobre la base del diálogo abierto y de construcción de un nuevo país. Desde el respeto. Desde el amor a un país, llamado España para construir una nación abierta y tolerante. Una nación que hoy es envidiada por muchos a partir de sus valores democráticos y la Constitución y las leyes.
Llevamos tiempo escuchando declaraciones de unos y de otros, pero la luz del túnel sigue sin verse y las repercusiones de todo tipo comienzan a sentirse. No parece que mostremos esa frente esclarecida que reclamaba el profesor.  Hay que intentar colocar una luz en la barricada, no para deslumbrar, sino para iluminar con estabilidad...esta frase de Kennedy no sé si resume una buena parte de lo que hay que hacer, pero sigue sorprendiéndome que en los finales de los 70 supimos situar el amor a nuestro país como la prioridad de todos los españoles y hoy cuarenta años después seamos incapaces de priorizar la historia y la lección de aquel pacto social que produjo el periodo de paz, libertad y prosperidad más importante que ha vivido nuestro país en la historia moderna.

domingo, 1 de octubre de 2017

#SencillamenteExtremadura.

Hoy me levanté con el ánimo de escribir sobre una jornada maravillosa, sobre uno de esos días que guardas en memoria de los recuerdos. Uno de esos días que no olvidarás nunca. Cuando se viven experiencias únicas, los momento son increíbles, sencillamente únicos. Tratas de contar y de revivir cada segundo. Quieres que la memoria sea tu único espacio para recordar cada lugar. En el camino de vuelta me trataba de relajar del día vivido. Las imágenes se agolpaban en mi y quería permanecer en silencio para volver a escuchar el bramido de los ciervos y volver a recorrer esos caminos casi inaccesibles por los cuales el gps desaparece y no te reencuentras. Rincones increíbles por los que sólo la naturaleza es capaz de entender lo que pasa. Espacios infinitos de paz, en los cuales quieres sentarte a observar y dejar que el aire te sorprenda y te relaje. Donde te sentarías en esa carretera a escuchar el sonido maravilloso de una de las experiencias más impactantes de la naturaleza. Donde cada bocanada de aire quieres acogerla con el ansia infirnita de libertad.
Habíamos quedado para pasar el día en Monfragüe. Había estado en otras ocasiones, pero la jornada vivida ayer son de las que guardaré en el disco duro de mi vida. Les recordé a los compañeros de viaje que hace unos años había pasado por lugares bellos en el parque, pero la jornada de ayer fue superior. La intensidad de los momentos vividos junto a las conversaciones, risas y fotos compartidas son de los momentos que se recuerdan para siempre y que nos hacen que le demos todo el valor a las cosas que realmente lo tienen. Gracias amigo Jesús por tu insistencia para que hiciéramos posible este viaje y también al amigo Oscar por acompañarnos y empaparse de nuestra maravillosa tierra.
Cuando me puse a escribir esta entrada, vi imágenes desayunando que me hicieron dudar de si escribir en la línea que al final decidí hacerlo. Es un día muy complicado para nuestro país y por un momento dudé si escribir sobre una jornada maravillosa o una amarga. Después de pensarlo y pararme, me despejé las dudas. Pensé que una jornada como la vivida ayer no podía dejarla pasar y que debía ser positivo. 
Entre otras razones porque en esta Extremadura nuestra hay gente maravillosa, Gente con mucha clase. Y la clase no depende de la posición social ni de la educación recibida en un colegio elitista. Amigos Ángel y Andrés, gracias por ser como sois. Por permitirnos compartir con vosotros. Por dejarnos aprender de vosotros, por vuestra humanidad. Porque por gente como vosotros sí merece la pena seguir reivindicando y ser reivindicativos para mejorar y conservar. Sí, aunque sea hacérselo a la junta de la junta como nos explicó Andrés.
Nuestra Comunidad está llena de rincones increíbles. Describí en mi interior que hay lugares que me hacen sentirme más orgullosos de mi tierra. Es el ejemplo de cuando se te pone el vello de punta y sientes que en ese momento está pasando algo realmente maravilloso...ayer, yo tuve muchos momentos de esos...únicos, maravillosos, increíbles.....