En este fin de semana se han celebrado manifestaciones en las capitales de nuestro país en contra de los precios abusivos de los alquileres y de la vivienda. Gente de todo el país ha reivindicado en la calle como hacia tiempo que no se llevaba a cabo. Un problema colectivo que se sufre y al que los distintos gobiernos en sus ámbitos de competencias respectivas, no terminan de ponerse de acuerdo ni dar una respuesta que pudiera al menos aliviar la situación. La vivienda dejó de convertirse hace tiempo en una necesidad para convertirse en un lujo. Podría parecer contradictoria la frase, pero comparto que es una realidad. Ahí están las estadísticas y como se ha convertido en un auténtico negocio el precio de la vivienda. Podríamos decir que el acceso a la vivienda se ha convertido en un auténtico problema social en nuestro país, ya que, a los problemas existentes para adquirir una casa por la falta de ahorro, se suma también los problemas para pagar el precio del alquiler debido a los elevados precios de los mismos.
Según los datos del informe que presentó el Consejo de la Juventud de España a principio de este año sobre las condiciones de la juventud emancipada, se destacan datos alarmantes sobre las dificultades económicas que atraviesan los jóvenes para acceder y mantener una vivienda en alquiler. El informe lleva por título "Un problema como una casa". Se señala que el 70% de los jóvenes se emancipan a través del alquiler, y que el 87% de ellos comparte vivienda con otras personas. Y que la principal motivación para esta situación es la necesidad de reducir los gastos, y que además alrededor de un 30% de los jóvenes emancipados necesita la ayuda económica de su familia para poder hacer frente al alquiler.
Al margen de las estadísticas que reflejan con los números una realidad que pasa hoy en día, no podemos obviar que en esos números hablamos de personas que en su mayor parte jóvenes sufren esta situación. En todas las familias estoy seguro que podríamos encontrar algún ejemplo. Ejemplos de ayudas y de jóvenes que hoy siguen viviendo con sus padres porque les resulta imposible hacer frente a los gastos y a la cantidad que tienen que aportar para pagar una vivienda o poder pagar un alquiler. Porque hay que añadir a esa dificultad la situación económica de los mismos y relacionado con ello sus salarios. De ello también hay que hablar porque todo ha subido y con el precio de los productos de necesidad lo podemos encontrar, porque los salarios no han subido porcentualmente de la misma manera y la desproporción que existe asienta claramente cada vez más que la frontera de la desigualdad se sigue agrandando.
Hay muchos problemas nuevos y hay otros que se interiorizan y por tanto se sufren casi en silencio. El problema de los precios de la vivienda es uno de esos problemas que sin ser nuevos, hemos permitido que se instale en nuestra sociedad y que parezca que tenemos que convivir con el, sin hacer nada por cambiarlo. Sin hacer nada o sin poderlo hacer, dada la diversidad y divergencias que nos encontramos en el ámbito de las competencias de las distintas Administraciones. El artículo 47 de nuestra Constitución declara que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. La letra y el espíritu de nuestra Ley de leyes es como si estuviera hablando de un derecho fundamental, que sin serlo, sí que otorga a ese derecho el de disfrutar de una vivienda digna y adecuada. La cuestión, y ahí estarían nuestros entendidos juristas, es si una vez contemplado como un derecho, podemos o pueden seguir permitiendo que se haya convertido en un abuso, tal y como estamos comprobando en la realidad.