Se acaba el año y todos hacemos un resumen de lo vivido en estos últimos 365 días. Y dentro de ese tiempo que pasa, que ya no vuelve, que se nos va, tenemos momentos para la reflexión. Lo vivido, lo sentido, los cambios experimentados, los recuerdos entre los que están y los que se fueron. Nos propusimos llevar a cabo cosas, nos proponemos cumplir promesas que comprobamos como casi cada año tenemos que mejorar, nos planteamos seguir siendo un poco mejores, nos proponemos cambiar....Nos proponemos mucho que no cumplimos y al final sabemos que tenemos que seguir adelante porque este mundo y cada uno de nosotros en él, en cualquier situación que tengamos, tiene que ser eso. Un paso adelante.
No vamos a hablar de política en esta última entrada. Demasiado hemos escrito o hablado en estos últimos meses para seguir haciéndolo en las últimas horas que quedan de este año de cambios. Esto es más bien difícil porque más de una vez me he preguntado si acaso todo aquello que hacemos o hablamos no es acaso política. Y más en este que se acerca, donde desde ya todo será en clave 26-M.
Como toca hacer balance, ha sido un año que en lo laboral ha tenido cambios en el trabajo. Unos cambios que conllevaron seguir trabajando con nuevos impulsos, con nuevas tareas y responsabilidades que había que seguir implementando para que el cambio se notara lo mínimo. Un cambio ilusionante y motivador que poco a poco va adquiriendo una dimensión con más dosis de experiencia y como dice un amigo y compañero: in crescendo.
En lo personal ha sido un año de grandes cambios. Un nuevo retoño llegó a la familia y con él, un nuevo motivo para encarar las cosas desde otro punto de vista. Un nuevo motivo para seguir adelante y trabajar por dejar este mundo en mejores condiciones que las que nuestros padres y abuelos lo dejaron. Un nuevo motivo para vivir la vida con ilusión y con más optimismo, intentando ser un poco más feliz cada día. En alguna ocasión ya hemos hablado de ello. Las sensaciones son distintas cuando uno es abuelo y observa ese retoño en su tranquilidad y en su paz. En su carrito dormido, donde no hay nada que perturbe su alma tranquila, ni el ruido de la calle, ni el canto de los pájaros. En su sueño profundo que nada de lo que pasa a su alrededor le hace despertar de ese sueño de la vida. Los que lo hayáis experimentado lo sabéis y los que vayáis a tener la oportunidad lo sentiréis. Creo que en la vida hay momentos de paz interior únicos. Uno es el de la observación de ese binomio de sueño y paz interior. Es una manera de encontrar el sentido de nuestra vida, como una necesidad de encontrarnos.
Y ojalá de nuevo podamos seguir compartiendo, viviendo, soñando, sintiéndonos... y en definitiva seguir siendo nosotros mismos queriéndonos un poquito más...Ojalá todo lo que queráis se cumpla en 2019!.
Desde aquí, desde este puente y aparte de todo lo que queráis, yo sobre todo os deseo Mucha Salud!.
No vamos a hablar de política en esta última entrada. Demasiado hemos escrito o hablado en estos últimos meses para seguir haciéndolo en las últimas horas que quedan de este año de cambios. Esto es más bien difícil porque más de una vez me he preguntado si acaso todo aquello que hacemos o hablamos no es acaso política. Y más en este que se acerca, donde desde ya todo será en clave 26-M.
Como toca hacer balance, ha sido un año que en lo laboral ha tenido cambios en el trabajo. Unos cambios que conllevaron seguir trabajando con nuevos impulsos, con nuevas tareas y responsabilidades que había que seguir implementando para que el cambio se notara lo mínimo. Un cambio ilusionante y motivador que poco a poco va adquiriendo una dimensión con más dosis de experiencia y como dice un amigo y compañero: in crescendo.
En lo personal ha sido un año de grandes cambios. Un nuevo retoño llegó a la familia y con él, un nuevo motivo para encarar las cosas desde otro punto de vista. Un nuevo motivo para seguir adelante y trabajar por dejar este mundo en mejores condiciones que las que nuestros padres y abuelos lo dejaron. Un nuevo motivo para vivir la vida con ilusión y con más optimismo, intentando ser un poco más feliz cada día. En alguna ocasión ya hemos hablado de ello. Las sensaciones son distintas cuando uno es abuelo y observa ese retoño en su tranquilidad y en su paz. En su carrito dormido, donde no hay nada que perturbe su alma tranquila, ni el ruido de la calle, ni el canto de los pájaros. En su sueño profundo que nada de lo que pasa a su alrededor le hace despertar de ese sueño de la vida. Los que lo hayáis experimentado lo sabéis y los que vayáis a tener la oportunidad lo sentiréis. Creo que en la vida hay momentos de paz interior únicos. Uno es el de la observación de ese binomio de sueño y paz interior. Es una manera de encontrar el sentido de nuestra vida, como una necesidad de encontrarnos.
Y ojalá de nuevo podamos seguir compartiendo, viviendo, soñando, sintiéndonos... y en definitiva seguir siendo nosotros mismos queriéndonos un poquito más...Ojalá todo lo que queráis se cumpla en 2019!.
Desde aquí, desde este puente y aparte de todo lo que queráis, yo sobre todo os deseo Mucha Salud!.
Ojalá, todo lo que tú quieras también se cumpla en el 2019 !!
ResponderEliminarUn abrazo.
Ojalá que tú deseos se cumplan en su totalidad
ResponderEliminarEs cierto que todos durante el paso de la vida vamos sufriendo cambios, la mayoría de las veces derivados de lo que la propia vida te va dando
Yo ya en la vida laboral pocos cambios amén de aquellos que por mi propia inquietud me busque, pero si en la observacioo de cada día observo cambios que algunas veces me hacen pensar en situaciones nada buenas para el mundo, mundo en el cual se encuentra mi querida España y por tanto todos mis seres queridos
Solo pido a este 2019. Que la paz y la salud les acompañe considerándose a ti uno de ellos
PAZ Y AMOR A TODOS
Que esa salud nos acompañe a todos.
ResponderEliminarUn abrazo