Escribía hace una semana con el inicio del nuevo año que había para escribir un libro con lo que estaba pasando en tan solo cinco días. Y la cosa continúa una vez que ya tenemos Presidente del Gobierno y se han dado a conocer los nuevos ministros y ministras que lo conformarán, aunque aún sin haber tomado posesión de sus cargos. Bien por las continuas noticias de tribunales y su afectación política, bien por las noticias que está generando el futuro gobierno, todos los días la prensa tiene noticias para completar sus páginas.
Una vez que esta próxima semana tomen posesión y las noticias sean su confirmación y no sus filtraciones, el Gobierno comenzará a andar. Y será el momento de dar una oportunidad al nuevo Gobierno, tanto si su composición gusta más o menos, porque hay muchas necesidades y una de ellas es la de superar y dejar atrás todos estos meses de funcionamiento en funciones y de superar si es posible el acaloramiento por tierra, mar y aire que venimos soportando todos los ciudadanos. Sí, se que estoy siendo muy optimista, pero ahora el problema no puede seguir siendo el no poner en marcha políticas que han comprometido y firmado los dos partidos que formarán el Gobierno de coalición, porque será el poner en marcha cuanto antes las actuaciones comprometidas lo que deberá centrar el debate político, o al menos ello servirá para que los ciudadanos puedan valorar su actuación.
El acoso feroz por parte de la derecha y de los poderes e instituciones cercanas no va a parar. Por otro lado, los medios de comunicación no pueden ser los jueces mediáticos que marquen la política del rumor y de las filtraciones, porque ello conlleva tener que estar dando respuestas al debate que generan, por lo que cobra especial importancia el que no haya sobresaltos internos y que las Comisiones creadas para coordinar las políticas, tengan un funcionamiento y mucha comunicación interna antes de hacerlas públicas. Hay que facilitar y no obstaculizar, hay que crear confianza y no generar desconfianzas, hay que conjugar el nosotros como Gobierno y no el nosotros como partido, hay mucho que coordinar y dialogar antes de publicar, porque ningún otro Gobierno va a estar sometido al control que tendrá que soportar y aguantar este primer Gobierno de coalición progresista.
Porque hay muchas necesidades y expectativas que van a ser fiscalizadas y valoradas antes incluso de ser puestas en marcha, pero cuanto antes pasen de la palabra progresista a la realidad de hacer políticas que generen reformas que nos hagan avanzar a la sociedad y que nos lleguen a los ciudadanos para reconocernos en los cambios, cuanto antes practiquen que ser progresistas es salvaguardar y recuperar los derechos sociales y políticos conseguidos, construyendo una sociedad más integral, más igualitaria se demostrará que estamos ante una de las oportunidades del nuevo Gobierno para mirar hacia adelante, superar las adversidades y contradicciones internas y apostar por el futuro, porque está claro que lo del tiempo aquel de la cortesía de los cien días quedó en el pasado.
Leía en estos días sobre lo anormal en que se convierten las prisas, cuando después no se llevan a cabo con la misma rapidez las decisiones y se acometen las actuaciones. Es posible que sea que aún no está engrasado el protocolo de actuación, cooperación y coordinación de los partidos que formarán el nuevo Gobierno, pero parece claro que será muy necesario para hacer convivir la experiencia y la inexperiencia, para superar la ansiedad de la novedad y para hacer posible y creíble que en nuestro país es posible un Gobierno de coalición y de izquierdas.
Que sí, que han esperado 100 segundos.
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