Todos nos acordaremos de aquella campaña “Soy mayor, no idiota” de un jubilado que denunciaba y provocaba una reacción social con miles de firmas exigiendo un mejor trato por parte de las entidades bancarias. Han pasado dos años y hoy nos siguen cobrando comisiones abusivas por tener nuestro dinero si no cumplimos los requisitos que nos imponen. Nos cobran por retirar efectivo a través de los cajeros. Nos cobran por tener tarjetas y por hacer transferencias. Por gestionarnos la firma de un crédito y por cancelar nuestras hipotecas. Por tener descubiertos en nuestra cuenta o demorarnos en el pago del préstamo. Nos han impuesto un horario de caja y casi nos obligan a tener que hacer nuestros movimientos de entradas y salidas a través de los cajeros o casi te obligan a utilizar la llamada banca digital. Nos obligan a tener domiciliados nuestros recibos porque si no lo hacemos te pueden modificar las condiciones del préstamo y puede incrementarse la cuota mensual que abonamos.
Nos dijeron que a nuestros mayores
se les iban a facilitar todas las gestiones con atención presencial y personal,
y de lo dicho, nada. Y a todo ello tenemos que sumar que nuestro dinero no
tiene rentabilidad alguna por tener un depósito fijo o no, porque se han puesto
de acuerdo en no dar ni un sólo euro por ello. Y todo esto está pasando cuando
en estos días hemos conocido que la gran banca española ha conseguido los
mayores beneficios de su historia y no dejan de sorprendernos cuando se siguen
negando a pagar el impuesto bancario que el Gobierno les ha prorrogado. Es su
forma de demostrar el ejemplo de solidaridad que cuando el Gobierno los rescató
con nuestro dinero!.
Hace unos meses la
Federación de Asociaciones Vecinales de la ciudad de Badajoz presentaba un estudio
donde alertaba de la exclusión financiera forzada que sufren cuatro de cada
diez pacenses y le solicitaban al Ayuntamiento que dotara al menos de un cajero
a todos los barrios de la ciudad. Que convocara un concurso y a través de un
convenio con las entidades financieras se posibilitara su instalación y
gestión. Esta alternativa no es nueva, ya que se viene produciendo en otras
ciudades donde las Administraciones llegan a una clase de acuerdos con una
regulación pública y concreta para la licitación, instalación y gestión dotando
de cajeros automáticos a las zonas de su ciudad donde no existen sucursales
bancarias.
Estamos en un tiempo donde este tipo de situaciones que producen desigualdades sociales, la admitimos con la mal llamada normalización del problema. Asumimos el problema que está provocando que sin querernos dar cuenta la brecha social entre los ciudadanos siga ampliándose. En nuestra ciudad son varios los barrios que no disponen ni de un simple cajero automático y son miles las personas que viven en ellos que tienen el problema. El Ayuntamiento como administración más cercana a los ciudadanos debería intervenir y demostrar que todos tenemos las mismas posibilidades, porque esta situación está provocando que cada vez en mayor medida la brecha de la desigualdad se siga agrandando. Badajoz somos todos, quiero recordar.
No Anselmo, así no, por Ley, obligando a las instituciones Bancarias a prestar el Servio y si no lo prestan, que se preste desde el Servicio de correos o desde los Ayuntamiento y sin intereses o incluso cobrándoles a los Bancos por supuesto. Verás como cuando les toques el bolsillo, aparecen los cajeros.
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