En alguna ocasión he escrito sobre algunas experiencias dentro del Casco Antiguo de nuestra ciudad, Badajoz. Siempre recordaré lo que tan acertadamente escribió una gran periodista. Miriam Fernández de la Rua decía que hay dos cascos antiguos en Badajoz. Uno que se enseña, se pasea, se disfruta y se exhibe en los folletos turísticos y se fotografía para mostrarlo al mundo. Y después hay otro casco antiguo, el que está fuera del circuito administrativo, comercial, turístico y de ocio que saca los colores, que se evita y no se enseña. Un día me encontraba paseando en la cercanía de la Plaza de la Soledad y observé un grupo de turistas con una guía. Me acerqué para escuchar y conocer. Hubo un momento en que una de las personas le preguntó a la guía por esas calles que nacen en esa Plaza y que llegan hasta la Plaza de España, Calle San Juan o alrededores de la Plaza Alta. La mayoría de las casas fueron locales comerciales, pero hoy se encuentran cerrados. Muchos. Calles peatonales, como la calle Virgen de la Soledad de unos 150 metros de larga, donde hace poco conté más de 200 baldosas rotas o que bailan al paso. Calles donde hace algunos años había vida, de gente que paseaban, compraban y disfrutaban. Disfrutaban y sentían con unas calles con mucha historia. Unas casas con fachadas para fotografiar y hoy en varios casos observamos que están reforzadas sus fachadas ante un riesgo de derrumbe que se agrava con las lluvias. Hay muchos ejemplos y las denuncias de vecinos y asociaciones así lo confirman. Los que están a pie de calle, o eso dicen, deberían gastar más suela de zapato y menos culera en el sillón, como me dice un amigo.
Me preocupa nuestra ciudad. Porque toda esa zona necesita tener más paso de ciudadanos para recuperar una parte de la vida. Como le pasa a la calle comercial por excelencia, como es Menacho. Hace unos días paseaba y me llamó la atención el número de locales comerciales cerrados en una calle que tiene poco más de 250 metros de larga. Hay 28 locales que se encuentran en venta, alquiler o sencillamente con la persiana bajada y las telarañas creciendo. Hay personas que lo achacan todo al centro comercial El Faro. Claro que tiene su peso ese gran centro comercial, pero pienso que también hay otras razones para que todas esas marcas y otras sin ser grandes hayan cerrado. Hay que innovar y encontrar fórmulas para que al igual que ha pasado en otras ciudades tipo a la nuestra, esos espacios no se encuentren cerrados. El Ayuntamiento debería estar haciendo mucho más de lo que está haciendo. Porque no se trata de conceder ayudas o subvenciones al pequeño comercio exclusivamente. Hay que innovar e investigar en otras alternativas como se ha hecho en otras ciudades, donde se han recuperado esos espacios. Y la primera Administración debería concentrar los esfuerzos, porque es muy importante hablar de la ciudad, porque nosotros somos la ciudad.
Produce tristeza pasear por esas calles llenas de historia. Y también provoca reflexión al observar fachadas pintorescas llenas de legado que en algunos casos conservan señas de identidad de las diferentes culturas que pasaron por Badajoz. Esa identidad y esa cultura nos debería hacer reflexionar sobre la urgente necesidad de qué hacer con esa zona de nuestra ciudad que podría ofrecernos una experiencia rica en cultura, historia y gastronomía. Quizás en estas tres palabras podría investigarse sobre el futuro de qué queremos hacer para mantener que esa zona icónica tuviera un futuro donde se podría profundizar en un gran cambio, donde manteniendo la historia y con voluntad política pudiéramos recuperarlo para que siguiera manteniendo su carácter emblemático y alcanzáramos ese atractivo que consiguiera que la gente lo hiciera suyo para volver a llenarlo de vida. No hay nada que sea imposible si dejamos de mostrar nuestra indiferencia ante ello. Miremos a nuestro Casco Antiguo. Otras ciudades lo han conseguido y son referencia por su recuperación....Y en nuestra ciudad, porqué no va a ser posible?