Durante éstos días se ha hecho
público el informe de la Red Europea de
lucha contra la pobreza y la exclusión social en el Estado Español que nos dice
que un total de 398.000 extremeños estaban en 2013 en riesgo de pobreza o exclusión
social, el 36,1 por ciento de la población .
Analizando los datos y la
evolución territorial de la pobreza y exclusión se aprecia la gran desigualdad
que existe, una diferencia entre regiones de más de 24 puntos
porcentuales, siendo nuestra Región la tercera con las tasas más altas del
país. Estos informes demuestran la realidad de la crisis por mucho que las
precampañas electorales del Gobierno de Extremadura con sus vídeos nos traten
de dibujar otro panorama. Ponen en evidencia ante la sociedad a los gobiernos
porque muestran como las desigualdades cada día se hacen mayores.
Ante los
datos no valen las campañas propagandísticas que nos quieren dibujar una
situación que no es real, porque las conclusiones de los mismos revelan cómo la
crisis profundiza y sacude con mayor dureza en unas regiones que en otras y
también reafirma como las políticas desarrolladas no han conseguido mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos, sino que han sumergido y debilitado abriendo
mayores brechas de desigualdad que permanecerán durante varias generaciones.
Podemos
pasear y correr por la dehesa; podemos llenar de vallas publicitarias todas las
ciudades; podemos decir que nada es imposible, que podemos y lo haremos;
podemos decir tantas y tantas cosas, pero la situación de casi 400.000
extremeños es una realidad que hay que afrontar si no queremos seguir encabezando
una de las tasas más altas de nuestro país.
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