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sábado, 16 de septiembre de 2017

Nuestros recuerdos...

Esta mañana recibía un mensaje vía whatSapp. Era un foto que me enviaba un familiar desde bastante lejos y aparecía mi abuelo. Su carnet de pensionista ferroviario. Recordé con la foto muchos momentos vividos, muchas conversaciones y me vino bien recordarlo y recordar aquellos encuentros. Le encantaban mis visitas pues se alegraba de verme. Recuerdo una que el me hizo después de venir de Madrid de unas pruebas para ingresar en la Renfe. Aquel día lo pasó mal, pero sus ánimos y sus palabras me dieron fuerza para superar aquellos momentos. Tienes mucho camino por recorrer y este servicio es muy duro, no se acaba el mundo.
Cuando nos asaltan los recuerdos es muy difícil que no influyan en nuestras emociones y sentimientos. Nuestra memoria se vuelve aún más frágil porque nos acerca a una historia real, a nuestra historia. Nos emocionamos y la intensidad del recuerdo de nuestra juventud y de nuestros seres queridos nos convulsiona, nos muestra así de naturales.
Miro a mi alrededor y en mi habitación me encuentro rodeado de libros que me acercan a historias y recuerdos escritos. Unas son reales, vividas y contadas en su interior, otras imaginadas en las mentes de quienes las escriben. Pero al fin y al cabo, son historias contadas y escritas que recorren el mundo y que nos acompañan a los que las compartimos o vivimos. Miramos y nos encontramos en esas historias con recuerdos de esos momentos. Incluso nos llega un momento que queremos apropiarnos de las mismas al querer incluirlas en nuestra imaginación. Quién no tiene historias escritas en unos libros o en unas paredes donde guarda los recuerdos inolvidables bien de su juventud o de otros momentos.
Me gustan esas historias y esos recuerdos de antes. No es solo por recordar esos años de la foto de mi abuelo, sino porque es como una mirada que llegaba a un paisaje con la conciencia limpia del aire que te permitía penetrar en el mismo. Sería por la ilusión y la fuerza de la edad, por descubrir un camino que empezaba a ver y sentir los cambios. Pero ese camino creo que era más profundo. Quizás porque se respiraba un proyecto de un  joven que no estaba construido, pero que sí empezaba a tener claro lo que quería.
Es vivir adentro, es recordar nuestros recuerdos...es vivir nuestros recuerdos.

1 comentario:

  1. LOS ABUELOS,lo pongo con mayusculas no porque lo sea yo, sino por lo que significaron en cada uno de nosotros, el cariño que nos dieron.
    Ellos formaron parte de nuestra historia,de esa historia que estamos realizando en ese tren que van subiendo gente y bajando.
    Anselmo es bonito que compartamos esos momentos vividos con esas personas que tanto nos enseñaron.

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