En el año 2010 se aprobó por unanimidad en la Asamblea de Extremadura el Pacto Social y Político de Reformas por Extremadura. Un pacto que previamente fue aprobado en un esfuerzo conjunto de negociaciones entre los Sindicatos y Empresarios de la región, y que posteriormente se aprobó por unanimidad de los grupos políticos con representación en la Cámara legislativa, que respondieron a la iniciativa del Presidente de la Junta de Extremadura de una resolución del debate sobre el estado de la región de aquel año. Algunos medios de comunicación lo titularon como "un ejemplo a seguir" y se consideró que estábamos ante un conjunto de aspiraciones asumidas por los firmantes, que podrían modificar la estructura productiva de la región, asentando de esta forma las bases para una nueva economía buscando reorientar la necesidad de un cambio en el sistema productivo, en el mercado laboral, en la gestión de los recursos naturales, en la agilización de normativas para hacer más fácil y consolidar la creación de empresas, en definitiva diseñar un nuevo modelo económico de desarrollo para los próximos lustros.
En estos últimos meses venimos asistiendo en nuestra región a un conjunto de iniciativas que se están presentando como futuras iniciativas empresariales y otras en las que ya se han comenzado las obras e incluso algunas que están en la última fase de construcción y de permisos de apertura para iniciar la actividad empresarial. Algunas de esas iniciativas ya se proponían en aquel Pacto que reconoció la necesidad de un nuevo tiempo. Y éstos últimos años han debido ser un tiempo en el que el factor del silencio y de la prudencia desde una actitud proactiva, ha tenido que ser clave junto al esfuerzo y el trabajo de la Junta de Extremadura para que varias de esas iniciativas estén saliendo a la luz y vayan a convertirse en realidades empresariales en los próximos meses. Algunas de ellas incorporan no sólo la inversión de grandes cantidades de dinero, sino que las mismas conforman la creación de miles de empleos que sin duda modificarán y cambiarán el sistema productivo extremeño y conllevarán el que el mercado laboral extremeño tenga que tener una mayor cualificación en el aspecto laboral, lo que todo unido repercutirá en un crecimiento económico y un aumento del PIB que se traducirá en mejores empleos y salarios.
Hoy los proyectos que están iniciándose en Extremadura no son fruto de la casualidad. Podría decirse que hoy nada es fruto de la improvisación. Siendo complicado aceptar a largo plazo por la inestabilidad económica y social de estos últimos años, sí que hay que planificar para adelantarnos a los tiempos. Hoy estamos en un tiempo donde la competitividad es un factor esencial, pero no es suficiente. Nosotros desde Extremadura unimos el disponer de recursos y haber mostrado flexibilidad y disponibilidad mediante las reformas legislativas necesarias para que esos recursos puedan aprovecharse de forma responsable, generando riqueza en la región en su transformación y ello se ha convertido en un factor determinante, al que hay que unir el disponer de una estabilidad económica, social y política como la que tenemos en nuestra región.
Y en este nuevo tiempo en el que somos nosotros los que podemos cambiar nuestro futuro, hay que creer mucho más en nosotros. Creer más en nosotros es clave. Tenemos que seguir cambiando nuestra actitud porque mentalmente somos fuertes, pero necesitamos un poquito más de empujar y valorar todo que tenemos y podemos, que es mucho. Tenemos que ser dueños de nuestro tiempo y reconocernos porque estamos a la vanguardia de la revolución industrial que va a cambiar el futuro de las próximas generaciones, y a todo ello le tenemos que poner dosis de ambición, de coraje y de una enorme ilusión de cara al nuevo tiempo que nos abre la posibilidad de situarnos en la primera línea de un inmenso abanico de oportunidades. Unas oportunidades que todos juntos podemos construir sobre la base del esfuerzo que cada uno podamos realizar, apostando por ese creer más en nosotros para ser dueños de nuestro futuro.
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