Conocí hace algunos años a Paqui. A lo largo de estos últimos años hemos coincidido muchas veces en manifestaciones de colectivos y también en asambleas y reuniones del Partido. Hemos mantenido muchas reuniones y también hemos compartido concentraciones por diversas razones, al margen de la relación del movimiento vecinal. Hace unos días que ha fallecido. Paqui Yáñez, era la Presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio de Santa Engracia, también llamado de la UVA y también las 800 viviendas. Una gran mujer y una luchadora incansable por los derechos de la mujer. Defensora de la igualdad en todos los ámbitos de la vida. Mujer comprometida con su barrio y con el movimiento vecinal de nuestra ciudad. Han sido muchos los momentos que hemos compartido y cada vez que hablamos, siempre la escuchaba con mucha atención porque siempre aprendía de sus palabras.
Una de las primeras conversaciones que tuvimos cuando inicié el proyecto "Revitalizar el movimiento vecinal" me hizo insistir en un objetivo esencial. Me decía que había que reivindicar más respeto para el movimiento vecinal por las Administraciones con energía y cada vez que tenía oportunidad ante los micros lo manifestaba. Una de las pancartas que tenía en una de las paredes de la sede vecinal lo exigía. También me decía que las Administraciones no tenían reconocimiento. Porque nos veían como si fuéramos enemigos, cuando si confiaran en nosotros podríamos ser unos buenos colaboradores. Ella se lo decía a todos. Al gobierno y a los partidos políticos. También al suyo, el PSOE. Así lo decía. Comprometida con los vecinos y reivindicando siempre la igualdad entre los barrios de Badajoz, para que la frontera de la desigualdad no se siguiera agrandando.
Queremos que nos escuchen “coyle”. Era una de sus palabras, por no utilizar otra palabra malsonante. En los últimos meses reivindicamos junto a los vecinos de su barrio la situación crítica de las infraestructuras del agua y de la falta de accesibilidad de las calles de su barrio. Presentamos más de mil firmas que ella junto a un equipo de colaboradoras se encargó de reunir. Nos manifestamos e hicimos ruedas de prensa para dar a conocer y visibilizar la necesidad de inversiones en su barrio. Siempre estaba dispuesta a coger el teléfono y llamar a las administraciones para decirles un problema, pero lo reivindicaba con toda su fuerza. Cada año en la Fiesta de las Candelas llevaba su pancarta reivindicando alguna situación. Siempre nos acompañó a pesar de sus problemas, pero su pañuelo al cuello y su andador le bastaban para hacerse oír. Su voz siempre sonará con fuerza entre el movimiento vecinal, en su barrio y en todos aquellos y aquellas que la conocimos.
Paqui era una persona cariñosa y enérgica. Tenía su energía fortalecida por todo el río de la vida que pasó. Hace tres años coincidiendo con la primera de las Jornadas del Movimiento Vecinal le reconocimos desde la Federación de Asociaciones Vecinales su dedicación y trabajo, junto a otros compañeros y compañeras que llevaban muchos años al frente de sus asociaciones. Fue un día especial. De reconocimiento por su lucha y reivindicación en favor de la igualdad. Un reconocimiento que debería haber hecho el propio Ayuntamiento por tantos años de trabajo y dedicación altruista. El movimiento vecinal de la ciudad la recordará siempre. Descansa en paz querida e inolvidable compañera. Un beso grande.
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