Hay canciones que marcan un tiempo y que consiguen que ese tiempo sea siempre reivindicativo porque cada vez que la escuchas, se quedan durante un ratito en nuestro interior. Será aquello de que hay canciones que nos marcan y con las que aprendimos a sentir. Como si golpeara nuestra conciencia. Puede que esto suene un poco raro, pero escucho de vez en cuando una de las mejores canciones de Dylan y siempre me pasa lo mismo. Seguro que muchos tenemos canciones o frases que nos hacen pensar y consiguen que tengamos unos minutos en silencio reflexionando y recordando sobre lo que escuchamos, aunque haya pasado tiempo. Creo que es algo que nos sucede a todos y en esos minutos hasta te puedes transportar a tiempos vividos que tienen relación con lo que estas escuchando, aunque en aquellos años el ruido no ejercía la influencia que hoy ejerce en los ciudadanos. Es como si fuera un tiempo donde la conciencia social y política era la de construir y no la de destruir.
Hay ruido, mucho ruido y nos bloquea también a todos. Ruido en los medios cercanos a la derecha y también en los más cercanos a la izquierda. Ruido en la sociedad, en las tertulias y programas de la televisión. Podríamos decir que llevamos demasiado tiempo instalados en el ambiente del ruido que genera la política y de la que todos creemos que sabemos y hablamos. La contaminación provocada por todos esos ejemplos consigue que no reflexionemos sobre lo que vemos, leemos o escuchamos. Es difícil mantener una conversación en un grupo en la red donde se habla más por ser partidarios de este o de aquél, en vez de hablar del porqué y de intentar razonar. En conversaciones con ciudadanos y compañeros suelo pronunciarme con toda la ironía que puedo, y digo que algunos ya se han leído la ley de amnistía de la que tanto se habla en nuestro país. Unos y otros de distintos partidos políticos se atreven a hablar sobre algo que no existe, pero que el ruido existente provocado o real hace que sea un monotema en el país. Algunos políticos con sus palabras lo dan por pactado y otros con su silencio y la siempre repetitiva respuesta están generando un caldo de cultivo que hace imposible que no hablemos o escuchemos siempre lo mismo. Y esto está conduciendo a que el aire político y social esté contaminándose cada vez más. Para muestra de todo ello, la manifestación que organiza el PP contra algo que hoy no existe, cuando deberían estar más preocupados en las razones del fracaso de la investidura de su líder. Pero hay que presionar para demostrar y justificar que tienen razón o que el dividir y crispar es el mejor aliado para seguir agrandando el nivel del ruido.
Y en este panorama con lo que está cayendo tiene mucho que ver lo que está pasando en nuestro país y en el Partido Socialista. Hay declaraciones de antiguos dirigentes del PSOE que gobernaron durante muchos años nuestro país donde también se pronuncian sobre la amnistía. El derecho a la libertad de expresarse en el seno del Partido ha existido siempre, aunque con matices. Y no es que no quiera profundizar más allá de mis experiencias y conocimientos sobre ello, pero siempre se ha podido decir lo que se pensaba y es bueno que hoy siga siendo así. Otra cosa es porqué no se expresaban los que silenciosamente discrepaban. Hoy se expresan de forma crítica los que antes gobernaron y dirigían el Partido. Hacen ejercicio de su derecho. El mismo derecho que antes tenían otros, pero por diversas circunstancias quizás no lo ejercían. Eran otros tiempos, también otros Estatutos, también otra forma de dirigir el Partido. También había menos autocrítica interna y no digamos externa. Pero como dice la canción, hoy los tiempos son otros y quizás quienes fueron, se resisten por sus razones a dejar de opinar y hablar. Habría que valorar si esas declaraciones ayudan a amplificar el ruido existente, pero en su libertad hablan porque en los órganos internos no lo pueden expresar o sencillamente no quieren estar en silencio.
Hoy con todos los matices, el seguidismo de muchos militantes hacia quien dirige el Partido está llevando a que el sentido de la autocrítica sea de otra forma o sencillamente casi no exista porque ya no hay debate con la misma profundidad. Son otros tiempos. Quizás las primarias que muchos entendíamos como una gran esperanza para el Partido, están ejerciendo ese silencio por haber delegado toda la responsabilidad del Partido en el Secretario General. También el Partido y los dirigentes no son los mismos y ya se sabe, hay otras formas de ver las cosas y de ejercer la crítica a través de la palabra. Quizás hay más crítica de una mayoría silenciosa que por distintas razones no se pronuncia. También creo que debería haber más debate interno y ante esta situación no estaría de más convocar al órgano recogido en los Estatutos, y más en algún territorio donde la interinidad en la dirección pueda estar poniendo en peligro marcar el discurso y el mensaje como oposición. Pienso que nunca la respuesta tiene que ser el silencio y aunque sólo se equivocan aquellos que se expresan, me atrevo a decir que volveremos a tener Gobierno siempre que sigamos teniendo Partido.
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