No voy a hablar de lo que todos los expertos en derecho internacional están escribiendo o hablando porque no tengo información ni entiendo de los conflictos entre países o de aquellos en los que tienen intereses otros países para que sigan siendo objeto de conflictos internacionales. No voy a comentar sobre las palabras del máximo mandatario del mundo porque si alguien debería estar informado al milímetro de lo que pasa, ya lo ha dicho todo cuando se ha pronunciado sobre el origen. No voy a valorar la información por lo que dice otra parte, porque puede que haya una dosis de subjetividad que lo aclare todo. No voy a culpar a nadie "porque en base a lo que he visto parece que ha sido la otra parte, pero hay mucha gente por ahí que no está segura, por lo que tenemos mucho por delante"....respuestas como estas hemos podido escuchar en directo, es decir no nos lo han contado desde otra supuesta parte, pero como decía no voy a comentar porque creo que a estas alturas y después de varios días, esto no es lo que interesa o sí interesa a alguna parte que no quiere que este conflicto pare. Será porque siempre estuve en contra de cualquier conflicto y sobre todos, de aquellos que generan siempre los más poderosos porque siempre buscan sus intereses sin importarles las consecuencias del mismo. Y dicho todo esto, que difícil se me hace no hablar de todo ello, cuando vemos las imágenes y el sufrimiento del pueblo palestino que no puede vivir en paz en su territorio.
En alguna ocasión he escrito que siempre un conflicto lo pagan los más indefensos. Los más perjudicados siempre son los más débiles y en lo que está pasando en este conflicto de Israel y Palestina y de otros, lo están pagando quien no tienen ninguna responsabilidad ni entienden del mismo, los niños principalmente. Comentaba con un amigo que estos conflictos se han eternizado y nunca acaban. Una de las razones para que sigan años y años es que se fomentan y generan el odio y el rencor. También más conflicto y más guerra. La permanente crisis que nunca se acaba, y por recordar un dato que casi nadie está hablando de él: en 1994 Yasir Arafat, Shimon Peres e Isaac Rabin, recibieron el Nobel de la Paz por sus esfuerzos para alcanzar la paz en Oriente Próximo. Entre los motivos para su concesión, estos tres galardonados "realizaron una contribución histórica al proceso de paz sustituyendo la guerra y el odio por la cooperación". Hace 20 años de este reconocimiento y podríamos decir que la historia está ahí. Como si el tiempo se hubiera detenido. Se nos olvida siempre por aquello de que hoy el tiempo de los valores ya no se escucha ni se imparte, y por ello podríamos decir que quien olvida la historia está condenado a que se repita.
Nadie habla con la lengua de la paz. Nadie está pronunciando la palabra PAZ. Parece que nos hemos olvidado hasta en la calle. A veces pienso que el virus del que todos decíamos que íbamos a salir siendo mejores, nos ha contagiado otro virus. El de no preocuparnos de las cosas que son de todos. Quizás por aquello que se dice, de que lo que es de todos al final no es de nadie. Me pregunto si toda esta sinrazón de todas las guerras no se acaba porque priman los intereses siempre en vez de las consecuencias. Me pregunto si toda esta vergonzosa normalización en la que empezamos a estar instalados en la sociedad no nos está conduciendo a encapsularnos a todos y a querer saber cada día menos de lo que le pasa a nuestros vecinos. Quizás es que pensamos que nos pilla lejos, sin darnos cuenta de que hoy no hay distancias insalvables.
Una situación inhumana creada por humanos. La sinrazón de los poderosos y su permanecer y asentir como si no estuviera pasando nada. Bla, bla, bla....y más declaraciones de gente que tiene nombres, pero que no tienen el poder. Porque el poder lo sigue teniendo aquel que ha dicho que por lo que ha visto o le han contado, parece que ha sido la otra parte. Todos los conflictos nos tocan porque no hay ninguna guerra sobre la que debamos permanecer impasibles. La lección de la historia siempre es la misma en un conflicto que lleva años y del que hoy nos seguimos preguntando el porqué sigue. Es muy peligroso que normalicemos los conflictos y más uno de estas dimensiones, porque puede que algún día la respuesta que sólo se nos ocurra sea la de que eso lleva mucho tiempo así. Y si ello sucede, puede que para ese virus no haya vacunas, porque ya nos habrán inmunizado a toda la humanidad.
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