Hace tiempo me pregunté por qué existían tantas asociaciones en ámbitos sociales, económicos, culturales y de otros colectivos. Profundicé en ello y comenté con ciudadanos, compartiendo las dudas. Investigué y comprobé que hay muchas asociaciones y que todas tienen su eco en la sociedad. Minoritario en muchas ocasiones y en otras más influyentes, pero todas tienen objetivos. A veces es muy específico porque sólo se refiere a su ámbito concreto y otras tienen espacios que nos afectan a toda la ciudadanía. Organizaciones y asociaciones ciudadanas que reivindican y trabajan desde la voluntariedad de sus socios o componentes. Las Asociaciones entienden que desde su espacio pueden elevar la voz ya que desde las Instituciones en muchos casos no los escuchan, cuando debería entenderse por éstas que ello ofrece posibilidades de compartir y mejorar, porque los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil juegan un importante papel para ayudar a las instituciones públicas, cuando estas así lo asumen y se lo creen.
Porque juegan un papel importante para ayudar a ser más
transparentes, responsables e inclusivos en la toma de decisiones, en los
servicios y los proyectos. Pero hay que creer en ello, porque participar
comporta asumir que puede haber cambios y como todos los cambios, algunos
pueden entender que conllevan riesgos. Participar es comprometerse en cambiar
aquello que nos hace ejercitar voluntades en una sociedad que necesita de un
dinamismo y de una participación más crítica y activa. Por ello fomentar y
fortalecer esa participación consigue que los gobiernos respondan mejor a las
demandas de la sociedad.
Cuando estas reflexiones vean la luz pública estaremos
manifestándonos en Badajoz convocados por la Asociación Salvemos el Guadiana
en defensa de un río limpio y saludable, en recuperación del alma de la ciudad
y para que volvamos a sentir el orgullo como ciudadanos, en definitiva para
recuperar ese sentido del río como pertenencia de la ciudadanía. Reivindicando
un espacio natural medioambiental y en defensa del mayor patrimonio natural que
puede tener una ciudad. Cuántas ciudades en nuestro país quisieran tenerlo, porque
un río es un pulmón verde para la ciudadanía. Y para recuperar ese patrimonio
que tenemos, ha tenido que ser de nuevo una Asociación la que protagonice esa
llamada reivindicativa de auxilio porque las Administraciones seguían mirando
hacia otro lado lanzándose las culpas y responsabilidades los unos a los otros.
Hemos tenido oportunidad estos últimos días para comprobar la
utilidad de escuchar a las Asociaciones. Conseguir que la ciudadanía se
sensibilice con algo que haga suyo no es fácil en estos tiempos, donde miramos
más lo de cada uno y cada día menos lo de todos. Los políticos de todas las
Administraciones han dejado pasar mucho tiempo y el Guadiana está muy herido.
Ahora han llegado a un acuerdo y esperamos que no tarden tanto tiempo en llevar
a cabo las medidas sobre las que comprensiblemente tenían que ponerse de acuerdo,
como el que han tardado en sentarse en una mesa para hablar y acordar. No hay
más tiempo que perder. Por ello sería muy conveniente que agilizaran todos esos
plazos, porque el Guadiana no puede esperar todos esos trámites administrativos
y esa burocracia que consigue que los plazos sean interminables.
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