Una de las primeras cosas que suelo hacer a primeras horas de la mañana en los fines de semana es pasar un ratito en la terraza. Me siento a observar y escuchar. A primera hora se escucha hasta el silencio. Un par de palomas en el tejado de enfrente parecen desprenderse de tener que haber soportado la lluvia del día. Abren sus alas demostrando de esta forma como hacemos los humanos, que hay que abrir pulmones para que entre el aire. Los vencejos vuelan y a veces tengo que irme hacía atrás porque pasan a una velocidad en la que solo ellos son capaces de controlar los posibles obstáculos. Por el parque pasea una señora acompañada de su perro. También el animal tiene ganas de moverse, pero no se aleja porque hay días que no se ha debido dormir bien y cada uno quiere su territorio. Farolas, árboles, margaritas, rosas y el césped que es el lugar donde hacen el "descanso", por llamarlo de alguna manera. Pienso que hace falta más civismo y bastante más cultura, porque siendo responsabilidad de todos, las necesidades de los animales son obligaciones de quienes los tienen.
Un buen libro me acompaña y me hace reflexionar. Estos últimos días han sido de mucha actividad en la Asociación de Vecinos. Estamos en la fase de asentar un cambio que era muy necesario y sin ser una actividad reconocida, hemos sentido como muchos vecinos lo están empezando a ver y así nos lo han venido comentando y agradeciendo. Ha sido desde el inicio de la renovación de la Directiva un objetivo común. No estamos para organizar sólo fiestas y exposiciones. Estamos comprometidos para generar dinamismo y movilizar las conciencias. Por lo que preocupándonos por lo de todos, nos preocupamos y luchamos también por lo de cada uno y ese es uno de los objetivos. No estamos haciendo aquello que se empezó a hacer a principios de los 80, porque aquello en buena parte está superado. Pero está claro que la sociedad civil de la que forman parte las Asociaciones Vecinales son muy necesarias hoy en día para generar aquello de la identidad y del sentido de pertenencia a un barrio y en definitiva a una ciudad.
Pero es necesario reflexionar sobre el papel que tienen que jugar las Asociaciones. Sobre el papel y el reconocimiento que tienen que tener, salvo que no se comparta que el modelo de participación de la sociedad civil adquiere en las Asociaciones uno de sus mayores exponentes. Aquí no hay promesas, sino que hay compromisos. Aquí no hay retribuciones económicas, porque es el tiempo voluntario y altruista de los componentes y de los socios el que las sostiene, junto con la dedicación, el tiempo y esfuerzo a una causa por la que no se percibe dinero. Por eso hay que entender desde este sentido que no se pueden pedir los esfuerzos y la responsabilidad a las Asociaciones como si se dedicaran a una actividad económica de la que se lucraran. Por esa razón se pide flexibilidad y que si se exige el cumplimiento de unos requisitos que son razonables, lo que se pide es que los primeros en cumplirlos deben ser quienes los exigen.
Y en esa reflexión cuando profundizamos nos podemos dar cuenta o nos ratificamos hacia el modelo de sociedad participativa al que nos dirigimos. Considero que es muy preocupante que nos dediquemos solo a participar como ciudadanos en los procesos electorales que se celebran cuando tocan. Porque ese no puede ser el modelo de la nueva sociedad. Pero a veces tengo la sensación de que ese pensar solo en lo de cada uno, nos está llevando a que mostremos poco interés y preocupación hacia lo que es de todos. Y aquí es donde veo muchos peligros, porque aparecen factores como la indiferencia, la apatía y la pasividad donde los problemas que estos factores provocan parecen no tener responsables, siendo responsabilidad de todos.
Muy bueno lo tuyo, mi querido Anselmo
ResponderEliminar