A veces sucede que las encuestas electorales no aciertan, porque los ciudadanos no expresan lo que piensan hacer o si lo hacen, no dicen la verdad. Puede que sea porque cada vez estamos más cansados de que nos traten como si fuéramos un botoncito para que los técnicos y cocineros de las mismas lo manipulen y lo adapten a lo que ellos quieren o a lo que les han dicho los que los han pagado. Sea la razón que sea y en un tiempo donde las encuestas tienen su atención, que mal les ha ido a aquellos que sólo veían el titular de los días anteriores a la decisión de los ciudadanos. Mandan las encuestas y se lo creyeron, hasta el punto de que consiguieron el efecto contrario a lo que vaticinaban. Y lo curioso por no llamarle de otra manera, es que aquellos que creían que iban a gobernar ahora culpan a las encuestas del resultado. Hay que ser hipócritas o cínicos políticamente hablando como mínimo. Como lo de reivindicar ahora de que se deje gobernar a la lista más votada, cuando lo han incumplido en varias Comunidades Autónomas. Habría que inventar algún "palabro" a los que hablan de esta manera para que si tienen algo de dignidad y vergüenza, se les calificara y no volvieran a pedirlo.
El resultado de las elecciones generales va a dar mucho juego a la política y a los analistas que hacen quinielas todos los días. Varios factores y estrategias han provocado un resultado que casi nadie creía. Si la campaña llega a durar tres-cuatro días más es muy posible que el resultado de los dos grandes partidos hubiera sido de empate técnico porque la remontada se empezó a creer como posible y casi. Y llevamos toda la semana de confabulaciones escuchando que el bloque que apoya al actual Gobierno de coalición sí podría llegar a conseguir una mayoría suficiente para seguir gobernando, aunque es muy complicado y no sabemos hasta dónde se va a poder llegar con algunos y creo que esto va a dar para que vuelva a haber división, pero los resultados sí que nos dicen que el bloque que conforman las derechas no va a llegar a poder conformar más votos que la suma de los dos. En cualquier caso, llega el tiempo de la política y como se suele decir casi todo es posible, menos que PP y VOX por sí solos lleguen a la mayoría absoluta y es que dijeron tantas barbaridades y mentiras que hoy nadie quiere pactar con ellos.
Y en estos tiempos donde la ultraderecha está gobernando en coalición en algunas Comunidades Autónomas sigue siendo muy necesario recordar la historia de nuestro país. Se está hablando por algunos de estos Gobiernos autonómicos de derogar la Ley de Memoria Histórica y la noche de las elecciones pude sentir y comprobar una vez más la necesidad de que en la última fase de primaria y por supuesto en la secundaria, se profundice y se explique con toda objetividad lo que pasó en nuestro país durante la República y durante la Dictadura porque creo que buena parte de la represión de la dictadura franquista sigue ocultándose cuando no tergiversándose. Pude vivir un caso la noche del 23-J cuando me dirigía a entregar las actas de la mesa electoral a la sede del Partido. Un grupo de jóvenes que no debían superar los 15-16 años estaba vociferando "Franco, Franco, Franco" y la expresión "que te vote Txapote". Tengo algunas dudas de que supieran lo que pasó más allá de lo que le hayan contado en sus casas. Pero me quedó muy preocupado que un grupo de 6-7 jóvenes actuara de esta forma y que además no se cortaran un pelo conforme me iba acercando hacia ellos e incluso llegaron a pedirme que les hiciera una foto. Estas cosas no son fruto de la casualidad, sino que nos puede dar una idea de que en este país hace falta mucha más cultura y educación, para que estas generaciones puedan realmente conocer lo que pasó en aquellos años y porqué. Por ello pienso y creo que ya está bien de que en los libros de texto no se puedan estudiar aquellos años y aquél régimen dictatorial con toda profundidad y objetividad.
Como decía anteriormente, llega el tiempo de la política y este país tiene madurez para que no se repitan unas nuevas elecciones. Los ciudadanos han decidido y en los pocos días que llevamos desde el domingo nos asomamos a las hemerotecas y casi nos parece que pasó más tiempo. Lo que Feijóo antes decía que estaba pasando, ahora lo ha suavizado y ya no hay partido sanchista, ahora lo llama Partido Socialista. Y antes no se acordaba del Rey y ahora quiere meter a Felipe VI en un lío. Y una sola cosa más porque han sucedido muchas, pero que esta especialmente me ha dolido por mi origen de Correos: la de poner en duda la profesionalidad de los empleados de Correos es indignante, cuando además se trata de una persona que en su día fue Presidente de la empresa pública. Es cierto, las elecciones no sé si han clarificado con el resultado definitivo, pero a algunos sí le ha quedado claro que no se puede fiar de las encuestas y que en los tiempos que corren, a veces sucede que las mentiras aunque se repitan, no consiguen ser verdad.
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