Soy de aquellos que dicen que invertir en educación no es un gasto, es una inversión. Esta frase que puede parecer un tópico a algunos, se justifica porque es con la educación con la que podemos alcanzar la igualdad de oportunidades y conseguir el futuro. Igualdad de oportunidades y futuro dos conceptos que marcan desde el inicio de la vida para cualquier persona. A veces no pensamos lo suficiente en lo importante que puede llegar a ser que creamos en ello. Y también que apostar por superar esas dificultades, nos hace reforzarnos en nuestros principios e ideas. Qué cosas nos pasan cuando nos interrogamos por los principios y por las ideas. Sobre todo ahora que parece que seguir leales y fieles a los mismos ha perdido valor. Quizás es que ahora se cambia con mucha facilidad de opinión o aquello de los matices hace rectificar. Quizás son las palabras las que están tratando de equivocarnos, porque pueden quedar muy bonitas, pero soy de los que se queda con lo que se hace y no con lo que se dice.
Reflexionaba escribiendo este párrafo anterior sobre algunas cosas que han pasado en estas últimas semanas. Pensaba en esas cosas que pasa el tiempo y nos acostumbramos a ellas. En esos bombardeos sin reparar el lugar ni quienes están dentro que nos parece que siguen escuchándose lejos. Sobre esas guerras que continúan y que sólo el silencio del tiempo parece ser el testigo de que sigan existiendo. En esos acuerdos a los que los dirigentes de nuestra Europa llegan con esa denominación que ya por sí sola suena rara "solidaridad obligatoria pero flexible". En lo que ha sucedido en un país de las Américas porque lamentablemente así lo han querido los argentinos. En esos plazos y los compromisos, porque con el paso del tiempo compruebo cada vez más como lo que se hace es renovarlos y no cumplirlos. Y en esa facilidad con la que algunos pretenden confundir a los ciudadanos culpabilizando de los problemas a quien destapa una noticia como la que sucedió hace pocos días con el tema de los comedores sociales en Badajoz. Y seguía reflexionando mientras releía mi primera entrada allá por 2011, reafirmándome con los casi doce años que llevo compartiendo este Puente que cada semana cruzamos al borde de la corriente agitada de las pasiones públicas.
Y como quiero seguir comprometido para dejar de estar en silencio, en estos últimos días tuve la oportunidad de hablar con mucha gente a raíz de la iniciativa que tomamos desde la Federación Vecinal de denunciar y proponer aquello que consideramos que son problemas que sufrimos los ciudadanos. Hace unos días era lo que denominamos como "exclusión social financiera" y esta última semana han sido las condiciones tan vergonzosas que sufren los niños y niñas como también los profesores del Colegio Público Manuel Pacheco situado en la barriada de Suerte de Saavedra de la ciudad de Badajoz. Los niños y profesores del colegio están sufriendo desde hace días mucho frío por la falta de calefacción en el centro público. El retraso en el suministro de pellets para la nueva caldera y unas obras que empezaron tarde están haciendo que todos los niños y niñas estén sufriendo las bajas temperaturas de estos días y es solo el inicio de las mismas. Es inadmisible esta falta de previsión y de responsabilidad por parte del Ayuntamiento, teniendo que cuenta que no estamos hablando de algo que no pueda asumirse, porque comprar el suministro para la nueva caldera son unos 700€. Pero en poco tiempo han sucedido muchas improvisaciones y errores que me da que pensar, para seguir denunciando que no es nada normal lo que está pasando con la gestión de nuestros gobernantes municipales.
Escribía al principio que la educación es una inversión en el futuro. Compartía con profesores, madres y padres del colegio en la concentración exigiendo soluciones. Los niños celebraban la Navidad reivindicando, mientras cantaban las uvas. Entre campanada y campanada "celebraban" y cada uno pronunciaba una frase. "No queremos más, sino lo que tienen los demás. No quiero estar en clase con bufanda. Quiero tener mis dedos sin guantes. No quiero estar con el abrigo puesto. Quiero estar en el colegio, no malito en casa. No quiero estar en la cama. No quiero quedarme en casa. No quiero que me duela la garganta. Quiero estar calentito. Quiero ir al colegio, no al médico"....el director del colegio decía que los problemas de la falta de gestión y de previsión de los responsables municipales no tenemos que pagarlos los ciudadanos y menos los niños. No es normal lo que está pasando, me decía una madre. Y esto no ha hecho nada más que empezar. De regreso me hacía una pregunta: Porqué en algunos sitios cuesta tanto resolver un problema que tiene una fácil solución???...No es normal!
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