El Carnaval de Badajoz ha dado un salto de nivel y categoría al ser declarado en 2022 Fiesta de Interés Turístico Internacional. En otros ámbitos se podría referir este nuevo nivel o categoría a ser de otra clase, de otra calidad. Para su concesión deben tenerse en cuenta los criterios y la regulación que recoge la Orden Ministerial que tienen que ver con su antigüedad, su continuidad en el tiempo, el arraigo y participación ciudadana, así como la originalidad y diversidad de los actos y las acciones promocionales realizadas al efecto. La distinción es una denominación honorífica otorgada a festejos o acontecimientos que se celebran en nuestro país y que ofrecen un interés real desde el punto de vista turístico.
Este año 2024 cumplimos la
segunda edición con la nueva calificación de nuestra Fiesta más emblemática,
más característica, más profunda si se permite. Porque la Fiesta del Pueblo
como también podría denominarse al Carnaval está muy arraigada en toda la
ciudad y en sus ciudadanos. El arraigo por tanto se convierte en una expresión
muy interiorizada por todos los pacenses y los que participan desde distintas
ciudades y pueblos de nuestra provincia. Vengan de donde vengan las Comparsas,
las Murgas, los Artefactos y los Grupos Menores esta característica de nuestra
Fiesta se tiene muy asumida. Se podría decir que aquellos que más sienten el
Carnaval y que son los verdaderos artífices de que nuestra Fiesta haya subido
de categoría, están pensando a partir del día siguiente de que se acabe, en
iniciar los preliminares del próximo año.
Otra característica es la de la
participación ciudadana. La enorme participación ciudadana convierte a las
calles de la ciudad en una expresión popular de colorido, vistosidad,
afluencia, compromiso, diversión, sonidos increíbles y desfile de disfraces.
Badajoz se convierte en un maravilloso disfraz popular donde el protagonismo lo
tiene su gente comprometida con su Fiesta. Y dentro de ese compromiso hay que
destacar a los que lo hacen grande. Es mucha la gente que habría que destacar,
pero sin duda son las Comparsas y sus integrantes los protagonistas. Los que
hacen más grande la expresión popular. Los que han conseguido que la Fiesta
adquiera otra dimensión con el paso de los años y los que han subido la
categoría de nuestra Gran Fiesta. Por su originalidad, por sus majestuosos y
originales trajes llenos de colorido. Por sus bailes y sus ritmos. También por
su respeto y tolerancia por el colectivo LGTBI como se recordaba en 2018 con la
mención que la comparsa Achikitú hacía a Freddie Mercury y a su banda Queen, y
de la que la banda se hacía eco agradeciendo ese recuerdo.
Y ese respeto y tolerancia con
los valores de la Fiesta es un signo que también identifica al Carnaval en toda
su extensión y sentido. Y esa es otra de las características que hay que
cuidar, porque ser tolerantes y respetuosos es compartir la Fiesta desde la
diversidad y hacer compatible el pasarlo bien con ser comprometido para que el
valor del civismo prevalezca y seamos responsables para que nuestra ciudad siga
creciendo y no ocupe páginas y portadas por imágenes o escenas que no ayudan a
que tengamos una ciudad saludable entre sus calles y plazas.
Con esa definición de ser la
Fiesta del Pueblo, podría denominarse también o así se tiene asumido como
NUESTRA FIESTA. Un compañero de tertulia semanal me insiste en que debemos
apostar por aquello que a otras ciudades se conoce sin hacer falta pronunciar su
nombre. Por aquello que nos define y nos diferencia. Por aquello que debe ser
nuestra marca. La marca del Carnaval es Badajoz. Porque si algo es conocido por
su marca, no hace falta desarrollar mucho más en qué consiste, porque todo el
mundo en nuestro país conocerá su dimensión y será esa la mejor promoción que
pueda hacerse para ser conocido internacionalmente.
Pero nuestro Carnaval tiene que
innovar. Innovar significa cambiar. Cualquier organización pública o privada y
en el caso que nos ocupa nuestro Ayuntamiento, contando con todas las
organizaciones que tienen algo que decir en el éxito de la Fiesta es el que
debe liderar esas innovaciones para favorecer no solo la adaptación al cambio,
sino la posibilidad de ser parte activa del mismo y por tanto de su futuro. Hay
que crecer y pensar si queremos ser una ciudad de referencia de la Fiesta o
quedarnos en cumplir con dificultad y sin cambiar la obligación de la
distinción de Fiesta Internacional.
Y para ello es indispensable
sentar en una mesa a quienes hacen que nuestro Carnaval sea reconocido.
Escuchar las propuestas. Reconocer y poner en valor a las Comparsas, a sus
Murgas, a sus Artefactos y Grupos. También a Instituciones y expertos porque
escuchar es compartir y asumir que los cambios y su adaptación pueden funcionar
si existe el compromiso desde el liderazgo y se ejerce escuchando e innovando.
Porque la Fiesta ha adquirido otra dimensión que no puede ser sólo su expresión
en el centro de la ciudad. El Carnaval tiene que extenderse al conjunto de la ciudad
porque su crecimiento, calidad, expansión y reconocimiento no sólo va a venir
por la distinción y el cambio de categoría. El cambio significa asumir y
arriesgar para introducir los cambios necesarios que tienen que empezar a
valorarse desde el día siguiente a la finalización del mismo. Innovar y cambiar
significar asumir que la sociedad ha cambiado y que por tanto, los ciudadanos y
la sociedad civil deben ser tenidos en cuenta porque cuando se comparten las
políticas y se escucha, la gestión de lo público obtiene mayor consenso en
todos los sentidos.
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