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domingo, 29 de septiembre de 2024

Nos llegará la tarde!....

Alto el fuego!. Desescalada!. Escalada!. Reuniones y más reuniones!. Declaraciones, y más declaraciones!. Condiciones!. Líderes internacionales!. Fotos y más fotos!. ONU y más Organismos!. Ataques y bombardeos!. Comunidad Internacional!. Unión Europea!. Conflicto de hace años!. Guerra y más guerra!. Muertes y más muertos!. Niños y niñas, ancianos, mayores, mujeres, hombres!. Colegios, hospitales bombardeados!. Más muertes de personas!. Destrucción de ciudades e infraestructuras!. Firmas y ayuda humanitaria!. Negociaciones!. Bla bla, bla, palabras y palabras!. Estoy seguro que se podría seguir poniendo más adjetivos y nombres, pero lo que es cierto es que se cumple un año y el conflicto sigue y continúa. Porque de la otra, la de Rusia y Ucrania ya no sabemos ni de qué hablar. Israel y Palestina, Palestina e Israel una vez más y van muchas, siguen en conflicto y la comunidad internacional con Estados Unidos al frente sigue demostrando su ineficacia, con tanta palabrería. El tiempo transcurrido si se tuviera que medir por algo, debería medirse en muertos ocasionados por el conflicto y en familias absolutamente rotas. Pero ni por esas parece que estamos sensibilizados como sociedad!!!

Hoy seguimos asistiendo desde la distancia y el distanciamiento este conflicto. Asistiendo porque estando lejos lo tenemos cerca, aunque lejos porque no está en las prioridades de aquellos que lo pueden resolver. O eso creo que es así, aunque cada día que pasa y sigue produciendo muertos, es como si mostráramos cierta insensibilidad. Una insensibilidad que no es pasiva ni indiferente, pero es como si estuviéramos vacunados ante semejante masacre que se produce casi a diario. Quizás porque lleva demasiado tiempo instalado y hasta en los medios aunque se hable todos los días es como si fuera diluyéndose, salvo cuando se producen atentados o masacres grandes. No es que se olvide, porque no se pueden olvidar ni obviar los sentimientos y el daño que produce esta guerra, pero es como si debido a que suena repetido, estuviéramos dejando de prestarle atención y estuviéramos pensando en otras cosas.  Entre otras cosas porque cuando escuchamos a líderes hablar del conflicto y de sus posibles soluciones, suena a que esas declaraciones llevan demasiado tiempo escuchándose y no han producido resultados.

No es la primera vez que escribo sobre ello, pero cuesta asumir que este conflicto haya vuelto a aparecer y que desgraciadamente se repita cada cierto tiempo. Porque con tanto tiempo y tantas veces, es un fracaso. Todas las guerras son un fracaso. Un fracaso de la Comunidad Internacional empezando por la Organización de Naciones Unidas y ese Consejo que sólo resuelve cuando Estados Unidos da su visto bueno. Me pregunto si en el interior de nuestra sociedad existe sensibilidad. Porque antes mostrábamos más solidaridad y hoy nos hemos vuelto insensibles y el tiempo está consiguiendo que desaparezca de nuestro deber el manifestar nuestra repulsa, porque en otro tiempo sí que había más conciencia reivindicativa y colectiva para mostrar nuestro rechazo ante este tipo de barbaries. Y no quiero exteriorizar la respuesta, pero creo que hemos perdido ese sentido y esa conciencia de la solidaridad. 

Quizás es la incapacidad de mostrarnos o de hacer algo. Quizás es que le prestamos más atención a las audiencias de la televisión en sus canales diferentes. Quizás es que el ruido político nos ha contaminado a todos y todas. Quizás es que decimos que no se puede hacer nada y es un error, porque siempre se puede hacer algo. El intentarlo ya sería hacer algo. Pero quizás hoy nos están quitando las ganas y las fuerzas hasta de expresarnos y por eso nos callamos. Recuerdo un poema que escuché hace tiempo y que lo suelo escuchar en ocasiones, que tiene por título "aquí no hay viejos, solo nos llegó la tarde" Y puede que haya quien piense que no tiene relación, pero a todos y todas nos llegará la tarde, en forma de seguir viendo dejar pasar el tiempo. Un tiempo que no es que nos llegue tarde, porque hoy el problema no es la edad. El problema lo podemos llegar a tener pensando en nuestra incapacidad de sentir y expresar nuestro rechazo, porque creamos que pasó el tiempo de mostrar nuestra indignación y hasta de perder nuestra capacidad de expresar nuestra solidaridad.

domingo, 22 de septiembre de 2024

#HablemosBadajoz

Llevo algún tiempo reflexionando sobre nuestra ciudad y buscando entre sus características el encontrar un punto que sea un modelo para que todo el mundo pueda hablar de Badajoz como una ciudad de referencia y deje de ser una ciudad de paso. No me estoy refiriendo a nuestro grandioso Carnaval o a la tranquilidad de vivir en una ciudad donde casi todo está cerca. No me refiero a cómo es su gente, porque somos como somos y ello por sí solo es una de nuestras características. No me refiero tampoco a nuestra cercanía con nuestros amigos portugueses si apostáramos realmente por más vinculación y relación. No me refiero a nuestro Guadiana que ya lo quisieran muchas ciudades, aunque no en su estado actual. No me refiero a la falta de infraestructuras terrestres y ferroviarias similares a las que tienen otras ciudades de nuestro país.

No me refiero a cómo crece nuestra ciudad sin tener muy en cuenta que a mayor crecimiento y expansión debe producirse una mayor igualdad y no desigualdad entre unos barrios y otros. No me refiero a seguir viviendo de espaldas al Guadiana porque un río no separa, sino que debe servir para unir y disfrutar y ello se está consiguiendo con una mayor conciencia ambiental y ciudadana, aunque no por los que tienen competencias en su caso. No me refiero a que el gran polígono industrial fuera más dinámico y tuviera un mayor protagonismo y mejores infraestructuras prestándole más atención el Ayuntamiento. No me refiero a que el cambio económico y social esté tardando y las anunciadas empresas y proyectos no terminen de cuajar en una creación de empleo y riqueza para convertirnos en unos años en la gran ciudad referencia del suroeste ibérico.

No me refiero a llevar años sin saber o querer aprovechar el paso de varias culturas por la ciudad y no haber apostado realmente porque fuera una fuente de cultura, patrimonio y riqueza turística y de cambio para la ciudad. No me refiero sólo a sus tradiciones culturales y religiosas en esas calles y barrios que hacen sentir el paso de los años conservando su historia. No me refiero a esa parte del Casco Antiguo que está fuera del circuito turístico, que se evita y no aparece en los folletos, que nace a espaldas de la Plaza de España y discurre por calles a las que el tiempo y el olvido les pasa factura.

En alguna ocasión he tenido la oportunidad de reivindicar que el Casco Antiguo no es sólo nuestra maravillosa Alcazaba, sus torres y murallas. Una ciudad como Badajoz con el patrimonio que guarda entre sus piedras tiene que ser reconocida y admirada para sentir la autoestima de todos los que la visitan. ¡Cuántas ciudades quisieran tener el patrimonio que se esconde en esas calles llenas de historia! Por ello y para ser esa referencia a la que aludía en los “no me refiero”, es necesario creérselo y hacerlo posible invirtiendo en esos tesoros aún ocultos y que en el futuro pudieran conseguir que nuestra ciudad dejara de ser una ciudad de paso. Porque si las ciudades necesitan referencias urbanas para ser identificadas, la ciudadanía necesita de esas referencias para identificarse con ellas.

Conocer, escuchar y aprender....

Un concejal del gobierno del partido popular en Badajoz me comentaba en esta semana que debido a los vídeos y fotos que estoy subiendo a las redes sociales lo tenía a un "punto" de entrar a responderme. Lo animé a que lo hiciera porque de esa forma hasta podríamos contrastar el estado de abandono en que se encuentran muchas pistas deportivas de varios barrios de la ciudad. No sería la primera vez que tendríamos debates porque en otra etapa en la Asamblea de Extremadura mantuvimos muchos, pero en aquel tiempo eran las políticas de empleo y de materia social sobre las que debatíamos. Mantengo buena relación y también un respeto mutuo que es lo positivo de conocerse aunque tengamos una gran diferencia por tener ideologías distintas. Pero por las dos partes en ningún caso esas ideologías han impedido que exista esa buena relación como hemos demostrado siempre en nuestras conversaciones.

Las redes sociales influyen y cada día más. No estoy descubriendo nada nuevo. Pero sí que en estas últimas semanas me están demostrando que la gente en aquello que siente más cerca porque se identifica por muchas razones, lo está tomando como algo que tiene que exteriorizar. Es necesidad de mostrar un cabreo quizás. Es necesidad de exponer ese abandono que siente de sus políticos, también. Porque no quieren volver a escuchar una promesa renovada o quizás para no sentirse en la soledad y por ello comparten. Y puede que sea algo que tenga un periodo de tiempo determinado, porque a veces sabemos que las emociones nos duran lo que nos duran. Pero estoy comprobando por las visitas y charlas en los barrios y hablando con los vecinos que es algo general y que es una forma de demostrar un cierto hartazgo. 

Cuando hablas con la gente en los barrios tienes la posibilidad de conocer y aprender. Escuchar siempre es una buena escuela y no hay nada como la calle para hacerlo. Porque nos permite conectar en primera persona. Nos permite compartir y conocer la realidad. Y esa conexión de la realidad con el verbo escuchar nos tiene que hacer reflexionar. Porque las redes sociales a veces toman derivas hacia la descalificación y otras cosas, y eso no es debatir. Ese es uno de los problemas de las redes y lo estoy comprobando en estos días, pero también se puede leer en los comentarios que la gente está cansada de que no se les reconozca y no se les trate como a los demás. Y eso es algo que me viene preocupando desde hace tiempo porque estoy comprobando como la frontera de la desigualdad se sigue agrandando en muchas zonas de la ciudad.

En esta campaña recorriendo barrios de la ciudad se trata de poner en público aquello que no se dice, ni se habla, ni se visualiza. Aquello que se trata de ocultar por quien tiene la responsabilidad de gobernar. Aquello que no forma parte de ninguna campaña de publicidad como se ha hecho con las fuentes de la ciudad después de llevar mucho tiempo sin funcionar. Aquello donde practican deportes muchos niños y niñas y corren peligro por el estado de abandono en que se encuentran sus pistas. Aquél parque o juegos infantiles que no se renuevan desde que se colocaron por primera vez. Aquello que representantes vecinales comunican o denuncian y comprueban como pasa el tiempo y no les hacen caso, porque ni siquiera se les escucha. Por eso le decía al concejal que no todo es debatir en la red, que hay que ir a la calle y conectar con la gente. Y alguien puede decir que se están haciendo otras cosas en la ciudad. Pues claro que sí. Es la obligación de quien gobierna, pero también es obligación redistribuir el dinero de los impuestos para que esas inversiones lleguen a todos y no siempre a los mismos. 

domingo, 15 de septiembre de 2024

A contracorriente....

En esta semana estamos asistiendo a una especie de "guerra de guerrillas de dos televisiones", cuyos protagonistas son dos programas y sus presentadores. Sabemos que vivimos en una sociedad donde la televisión es el medio de comunicación que más genera o contribuye a formar una opinión en la gente. Es un medio de comunicación que ve todo el mundo, se está pendiente y no es raro que escuchemos que lo "ha dicho la televisión" y por ello ya le damos carta total de veracidad a lo que cuenta. Esa es una de las grandes razones de un medio. Ser veraz para ser creíble. El problema quizás es que hay una cada vez mayor sensación de que con tantas noticias ya lo de la credibilidad también tiene que ver con cómo se cuenta la noticia o se traslada la información y también seguro con eso que aceptamos cada vez que abrimos una página. Por no comentar y extenderme que también dependiendo del medio que lo cuente, porque hay muchas ocasiones que la noticia se cuenta y cuando se contrasta comprobamos que hay muchos matices, por llamarlo de alguna manera.

Pero por no despistarme de lo de "guerra de guerrillas" me causa cierto asombro que el seguimiento de la audiencia de los dos programas a los que me refería, así como de sus apariciones y conversaciones en distintos medios, esté constituyendo una noticia que lleve a una buena parte de la ciudadanía a estar pendiente o, en otros casos, a tener que haber visto o leído noticias relacionadas con ello. Casi podríamos decir que tiene una repercusión como si se tratara de un acontecimiento nacional y es raro no escuchar o leer una referencia casi todos los días. Quizás soy de una minoría de españoles que no está pendiente de esa audiencia o repercusión, pero tengo que manifestar que me parece increíble la trascendencia y niveles que están teniendo los debates de si uno u otro tiene más repercusión, entretiene más o menos y tiene mayor número de seguidores, así como si tienen tendencia hacia un lado o hacia otro. Y alguien podrá pensar que cuando reflexiono sobre ello, es porque lo estoy viendo y prestando atención y por tanto me estoy contradiciendo. Pero nada más lejos de la realidad. Leo prensa y escucho radio tanto de una línea política como de otra. Porque a estas alturas como me decía una buena amiga, nosotros ya estamos en posibilidad de seleccionar dial y medio.

Cuando estoy escribiendo sobre ello es porque he hecho un ejercicio. He puesto en el buscador "la guerra entre el hormiguero y la revuelta". Y como decía anteriormente, la "guerra se cuenta por días" y como recordaba la frase que hizo famosa un entrenador de fútbol, hay que ir día a día o partido a partido. En cualquier caso y como decía al principio, el poder de la televisión nos hace que condicionemos hasta nuestras conversaciones. Aunque como me comentaban en un grupo de redes, por suerte hay tantas opciones en tantos medios que aunque nos cueste un poco encontrar algo que nos pueda entretener al margen de los dos, al final es mejor que a nuestro tiempo le demos valor y lo dediquemos a algo más útil o que nos pueda hacer aprender alguna historia que no sea la de participar de esta guerra de guerrillas.

Una de las veces que visité el Museo Vostell de Malpartida de Cáceres me fijé especialmente en esos aparatos de televisión sobre los cuales hay un montoncito de hormigón. Sin saber exactamente el significado porque de cada obra de este artista se pueden encontrar argumentos, sí reparé en una reflexión en ese momento: el peso que hoy tiene la televisión por su influencia y hasta los dolores de cabeza que puede dar de convertirse en un hormigón armado. Se puede pensar que estoy en un error y que mi reflexión de hoy es una pérdida de tiempo. Pero no quiero formar parte de ese espectáculo de opiniones de unos y de otros. Los mismos medios lo han expuesto y así nos va. Pienso que se ha perdido desde hace tiempo esa opinión veraz, coherente, transparente y libre y que nos quieren tratar como conejillos de indias al hacernos partícipes de esta polémica como si no hubiera otras cosas más importantes y es por ello que es como si nos utilizaran para que formáramos parte como sujetos de esta batallita o guerra de audiencias....aunque a la vista de lo que dicen esos "datos", igual es que yo voy a contracorriente.

lunes, 9 de septiembre de 2024

No escuchan....

Hace pocos días se han aprobado los presupuestos de Badajoz de 2024. Sí, a finales de agosto se han aprobado unas cuentas que normalmente en estas fechas deberían estar en borrador las del próximo año, pero debemos entender que han estado atareados el equipo de gobierno y no les ha dado tiempo en todo lo que va de año y por eso vamos a tener un presupuesto para cuatro meses. Los presupuestos han sido aprobados con el voto favorable tan sólo del equipo de gobierno del PP. Han tenido alegaciones de ciudadanos, asociaciones y también de la Federación de Vecinos de la ciudad. En un tiempo donde la sociedad civil formula una serie de aportaciones debería haberse entendido por parte de los responsables del gobierno como una oportunidad para analizar y en su caso incorporar esas enmiendas que los ciudadanos hacemos, porque cuando ello se produce siempre es positivo escuchar y no rechazar sin más. Porque es una manera de desarrollar un modelo de participación civil, pero hay que entender y creer en la participación de esa parte de la sociedad que sin presentarse a elecciones políticas, está en contacto con la calle y con la ciudadanía a los que escucha. Pero a veces sucede cuando se tienen mayorías absolutas y teniendo todos los recursos para escuchar a los ciudadanos, que no se les quiere escuchar.

Ha transcurrido más de un mes desde la presentación de las alegaciones y se han aprobado los presupuestos sin contestar a las alegaciones presentadas por la Federación de Vecinos. No han tenido la deferencia de contestar a las alegaciones, ni tampoco mantener un contacto. Se amparan al rechazarlas por un lado en que no se ha desarrollado el Reglamento de Participación Ciudadana y que necesita de una normativa para ello. Recordemos que dicho Reglamento se aprobó hace casi cuatro años por los que hoy gobiernan. Acaso no han tenido tiempo para su desarrollo?.  Y por otro lado, se rechazan las alegaciones presentadas porque según ellos se han mantenido muchas reuniones donde se han escuchado las propuestas y se han recogido aportaciones. Nos hacemos preguntas. Porque si ello hubiera sido así, no se habrían presentado alegaciones. Si ello hubiera sido así, dónde están las actas de esas reuniones en las que se escucha presuntamente a los representantes de los vecinos?. Deberían ser honestos y decir claramente que no han escuchado y no tratar de justificar una visita para salvar su responsabilidad.

Hemos comprobado los presupuestos y las supuestas aportaciones que dicen no existen. Escuchar es prestar atención a lo que se oye y tener empatía y ponerse en el lugar del otro. Escuchar es creer en la participación de la sociedad civil que está dispuesta a dialogar y quiere colaborar para que su ciudad sea más sostenible. Escuchar es sentarse y atender las demandas y preocupaciones de toda la ciudadanía. Escuchar es obviar que se tiene una mayoría absoluta y tener la humildad suficiente para entender y compartir que nuestra ciudad es más y mejor con el concurso y el apoyo de toda la sociedad y dentro de ella, de aquellos que asumimos una representatividad de la ciudadanía.


domingo, 8 de septiembre de 2024

"Ladran, luego cabalgamos...."

"Ladran, luego cabalgamos"....esta frase que no figura en la obra de Don Quijote y parece que tampoco como tal es del ingenioso hidalgo, me la comentaban unos compañeros durante un paseo por el Guadiana. Se presta a cierta utilización, pero es cierto que se emplea como una referencia para señalar que algo o alguien avanza a pesar de las críticas, los impedimentos y también los problemas que se le pueden ir presentando. No es que sea muy creyente de este tipo de relaciones que se generan o se asemejan con un trabajo que venimos haciendo desde las asociaciones de vecinos, pero desayunando con un amigo me decía: en estos últimos meses se han puesto en modo público muchas de las cosas que existían y no funcionaban en la ciudad, estaban ocultas o por lo menos no se hablaba de ellas y se ha conseguido que los ciudadanos se enteren y opinen a través de plataformas o con comentarios en las redes sociales. Actualmente varios de esos recursos que se han venido publicando que no estaban funcionando, hoy lo están, y por eso ese contenido de la frase me hacía reflexionar porque efectivamente desde los responsables del palacio municipal algún que otro ladrido han soltado.

Pues que sigan ladrando, me seguía diciendo este buen amigo. No se hacen las cosas para ello, pero aquellos que no están acostumbrados o no quieren que nadie les contradiga en sus acciones, suelen utilizar esa forma de desacreditar. Se equivocan. Porque poner en público aquello que no funciona o está abandonado, se puede entender que no guste. Pero el deber y la obligación de todo responsable público es tratar de que las cosas funcionen. Y hay muchos recursos e infraestructuras que no funcionan y lo que se pide al exponerlo al público es manifestar una queja, una deficiencia y un problema. Un problema que no se quiere reconocer al final termina convirtiéndose en un doble problema. Y no es que algo se quiera poner en público de forma permanente, pero cuando no se quiere dialogar y no se escucha, no queda otra opción salvo la de estar en silencio, y en silencio ya estuvimos demasiado tiempo hace décadas.

Parece que vuelve la normalidad y ya que estamos en septiembre los medios de comunicación tendrán más noticias. Se han aprobado los presupuestos municipales con el voto a favor sólo del PP. Se han rechazado todas las alegaciones que se presentaron y ni siquiera han tenido la deferencia de contestar a los que hicimos las alegaciones. Se han publicado y por tanto ya tenemos a todos los efectos presupuestos aunque sean en principio para cuatro meses. Ha vuelto la normalidad de lo que ha sido un recorte de servicios y derechos de los ciudadanos durante los meses de julio y agosto al haber reducido la frecuencia de paso de los horarios de los autobuses urbanos. Se han puesto en funcionamiento muchas de las fuentes que no funcionaban y han hecho hasta una campaña para que nos enteremos, obviando que eso no es ninguna acción novedosa, porque es su obligación y lo que se ha producido es una dejación de responsabilidades al haber estado algunas sin funcionar desde hace años. La mayoría de las pistas deportivas continúan estando en un estado de abandono y corriendo peligros los chavales que ya entrenan en ellas. Parece que no se han enterado a pesar de la actividad de propaganda y haber duplicado el personal que trabaja en redes y en comunicación en el Ayuntamiento. Y ahora que parece que el tiempo nos dará un respiro, sería bueno que empezáramos a pensar en qué vamos a hacer o qué va a pasar con las obras de la piscina de la margen derecha, porque algunos dicen que igual el nenúfar permite bañarnos y en vez de piscina, mejor construir pisos que hay demanda en la zona. Tendremos contenido y seguiremos cabalgando para poner en público y que sigan ladrando.

Como dice mi compañero de tertulia, pasado el verano ya estamos con los "festolines" y ya no paramos en lo que queda de año. Es cierto que Badajoz arranca fuerte y que igual es una buena estrategia para que los ciudadanos estemos pensando en esa "fiesta" y no en otra que después nos acordamos. Fiesta que ahora va a venir completa con lo que llamamos en su momento #tarifazo del recibo del agua. Al igual que lo que representará para muchas familias la cuesta de septiembre donde el coste del inicio del curso escolar no baja en lo que se refiere al precio de libros, material y otras necesidades. Y seguiremos hablando de lo cotidiano para seguir poniendo en público lo oculto o aquello de lo que no se habla, porque entre otras razones uno no llegó aquí para hablar de las baldosas que bailan, que también, sino para seguir escuchando y compartiendo algunos problemas....y como diría aquél que lo escribiera o pensara "hay que seguir cabalgando, aunque les moleste a algunos y por eso están ladrando".

domingo, 1 de septiembre de 2024

Una mirada a lo sencillo....

Cuando llega el final de agosto y se inician los primeros días de septiembre tenemos la costumbre de decir que se inicia la normalidad. La vuelta al trabajo y a los colegios determina que la mayoría haya acabado el periodo vacacional y en los primeros días de septiembre se produzcan esos reencuentros, esas conversaciones y esa vuelta a lo de todos los días. Y también esa costumbre de las falsas promesas que después de pasados unos días se abandonan. Y también vuelve el ruido que no nos abandona. Eso que consigue que no estemos pendientes de las cosas que verdaderamente importan. Se aventura un inicio de curso político que será una continuación del de hace tan sólo unos días. Los políticos volverán a hablar entre ellos, para ellos y de sus asuntos. Esos asuntos que la gente termina diciendo "son las cosas de los políticos". Y caemos en muchos casos en un error, porque se termina no valorando la política.

Llevo unos meses centrado en otra mirada distinta y un tanto alejada de ese ruido mediático diario de lo nacional. Estoy observando lo más cercano, lo que veo y escucho hablando con la gente sencilla. Lo que puedo tocar y comprobar por mi mismo. Lo que he llamado como el valor de lo pequeño, de lo ignorado y oculto. Criticando y poniendo en público las desigualdades en Badajoz, denunciando la propaganda que nos quieren trasladar desde los responsables municipales de la ciudad de Badajoz. Gobierna el PP con mayoría absoluta en esta legislatura, pero lleva 30 años gobernando en la ciudad. Hace unos días se aprobaban definitivamente los presupuestos municipales, después de haberse rechazado las alegaciones que se habían presentado por ciudadanos, colectivos y por la Federación de Asociaciones de Vecinos. Unas cuentas para poco más de cuatro meses, si no vuelve a suceder lo que ya han hecho en otras ocasiones. Así estábamos desde hacía más de dos años y no nos extrañemos si lo vuelven a hacer. Ha quedado demostrado en la aprobación de los presupuestos que no escuchan y además mienten cuando dicen que han atendido las aportaciones de las Asociaciones, porque no hay ni una sola aportación recogida.

La mirada a lo cercano me reconforta porque es el espacio en que compruebas la realidad de lo sencillo. Una conversación con la gente que está preocupada por lo que pasa a su alrededor es absolutamente necesaria. Me atrevo a decir que hay que recuperar esos espacios para conectar con la gente que hoy no ha abandonado ese estímulo y esa reivindicación de estar preocupado en lo que nos pertenece a todos. Y esa es una de las razones que me está llevando a poner en público aquello que todo el mundo puede ver, pero que no reparamos por distintas causas. Aquello que el ciudadano tiene cerca cuando sale de su casa, cuando pasea por su barrio. Quizás por el ritmo que llevamos y por las preocupaciones que tenemos no nos paramos a observar. También por llegar a pensar que no se puede hacer nada y porque la gente se termina cansando de que no se les escuche o no se aporten soluciones. Hay que recuperar esos tiempos que forman parte del derecho de la ciudadanía a disponer de unos espacios en buen estado de conservación, mantenimiento y saludables, porque forman parte del estado de nuestra razón y es la obligación de nuestros representantes políticos el que podamos disfrutarlos manteniéndolos en condiciones sociales y medioambientalmente sostenibles.

Hace tiempo que venimos hablando de una desconexión entre la política y la ciudadanía. Los discursos no se escuchan y se podría decir que el relato lo acapara casi todo. Por ello aquello de que quien consigue que el relato entre primero, tiene ganado el espacio. Y esa es una de las razones de volver a esa mirada a la que me refería. Puede que no sea suficiente, pero puede que despierte una emoción que es muy necesaria. Hay que pararse a pensar en recuperar lo que hace que el ciudadano te pueda escuchar. Y por ello considero que es muy necesario centrarnos en esa mirada a lo cercano. Porque reconecta lo político con lo personal, lo acerca. Porque relaciona lo sencillo con el día a día de las personas. Porque le da sentido a la vida y la ciudadanía lo comparte, por ello necesitamos dar sentido y esperanza a lo cotidiano, a lo cercano, a lo sencillo.