Realizaba hace unos días una visita a la hemeroteca para volver a leer o escuchar lo que se promete en las declaraciones y comprobé como los políticos incumplen los compromisos. Pasado algún tiempo de su anuncio se vuelven a anunciar y entonces pasan a ser una promesa renovada. Esto me recuerda siempre al ejemplo de la inauguración de una rotonda, donde había más políticos presentes que metros de ancho tenía lo que se iba a inaugurar y la explicación de ello, es que hacía mucho tiempo y que no se había podido evitar la invitación a todos los que habían hecho algo durante el tiempo que se había tardado.
En una rueda de prensa realizada para explicar el #tarifazo
del agua, un periodista realizó una pregunta sobre un asunto distinto al de la
convocatoria que me hacía recordar un
nuevo incumplimiento. La pregunta tenía que ver con un compromiso del
Alcalde de Badajoz de buscar alternativas a la discriminación que sufren cuatro
de cada diez pacenses al no disponer en sus barrios de sucursal bancaria, ni de
cajeros automáticos. He vuelto a preguntar por ese compromiso y he podido
comprobar que la respuesta de aquél día fue una salida hacia adelante porque han
pasado siete meses y el compromiso ha pasado al sueño del olvido.
También se asomaban a mi pluma el caso de la “futura autovía”
BA-CC, donde pronto se cumplirán dieciocho años de la colocación de la primera
piedra y ya casi nadie se acuerda de dónde se depositaron los diarios de aquel
día. Porque hay que decir que se han completado más kilómetros en páginas en los
medios y en los debates que kilómetros construidos de lo que algún día unirá a
las dos capitales de la región por carretera. Y camino va de convertirse en más
que una promesa renovada en olvido definitivo, el ejemplo de la construcción de
la piscina de la margen derecha de la que no se ha vuelto a hablar por el
equipo de gobierno municipal y es vergonzosa la dejadez de la situación de una
demanda muy necesaria para la ciudad.
Y a estas alturas del artículo no creo que nadie dude de la
relación de los plazos y los tiempos, con los compromisos y la renovación de
las promesas. Y a todo ello unimos lo que dice el Alcalde que quiere
convencernos de que externalizar servicios no es privatizar, porque la ciudad
crece y hay que buscar la colaboración público-privada. Y lo relaciona diciendo
que se necesita un presupuesto para una nueva ciudad, cuando al que han
aprobado le van a quedar desde que se apruebe poco más de cuatro meses. Quizás
es que después de anunciarse varias veces que pronto tendríamos un nuevo
presupuesto, les ha dado un poco de vergüenza no prorrogarlos un año más y
empezar a trabajar en uno de 2025 que hubiera planificado lo que resta de
legislatura en el Ayuntamiento. Porque aquello de que se aprueba un nuevo
presupuesto para un nuevo modelo de ciudad, suena al titular que tanto les
gusta a algunos políticos destacar. Esperemos que sea una realidad para que no
tengamos que volver a decir “el papel lo aguanta todo”.
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