Reflexionaba en esta semana ante el inicio del mes de Agosto y como casi siempre sucede por estas fechas se asoman con más intensidad los recuerdos. Los recuerdos a los ausentes, sobre todos. Los reencuentros con los familiares, con los amigos y con los que sin saber muy bien por qué, aún se les sigue llamando "forasteros", aunque ya menos. Sí, aquellos conocidos que viven en otra Comunidad y que normalmente en estos días suelen venir a pasar unos días a su pueblo de siempre. También veía y escuchaba en la televisión a un grupo de mayores y algunos jóvenes promocionando lo de "salir al fresco". Es algo así como aprovechar el espacio de la acera o una esquina en cualquier calle, sentarse en una silla y charlar hasta que llega la hora de irse a la cama, que a veces suele ser entre las 12 y la una o más. Un grupo de vecinos y vecinas se ponen a charlar de lo suyo del día. No se ponen a hablar de otra cosa. Y tan a gusto. Se conocen y los años junto con las conversaciones de familia, de amigos y de vecinos han generado un clima de humanidad y vecindad que es de lo mejor que te puedes llegar a encontrar en el día a día. Es una tradición que tenemos y que estoy seguro que todos compartimos.
Se habla también de política. Lo del telediario hace prácticamente imposible no hablar de política. Si nos paramos un poquito y más en estos últimos tiempos más de la mitad del tiempo del "rollodiario" es política. En todas las televisiones. Hace años no había tanta opinión en las televisiones, porque no había nada más que dos canales y la radio. Hablábamos más de lo nuestro y ahora si no fuera por estos ratitos, sabríamos más de los que no nos son nada, que de los que nos conocemos toda la vida. Esta respuesta me dejó pensando. Es cierto. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo hablando de cosas que nos dirigen. En muchos casos con una información sin contrastar y contradictoria, sin saber si es cierta. Pero será que el ruido del que hablamos a diario, ha conseguido introducirnos en la nube y ahí está todo contaminado.
Me puse a pensar en lo que había escuchado. Lo dejé durante un rato, pero los cambios de opinión en política de estos últimos días consiguieron que me pusiera a comprobar en la hemeroteca y me hicieron retomar y buscar en mi blog algunos artículos de hace algún tiempo, no demasiado. Porque una de las cosas que vienen sucediendo últimamente con mucha asiduidad es que los cambios de opinión en la política son muy frecuentes. Cada día más. En todos y por todos. Ya no sabría como definirlo exactamente, pero aquello que escribí hace pocos días de "estos son mis principios y si no le gustan, tengo otros...."empieza a ser casi una norma, porque reconociendo que no todo es fácil en absoluto se puede tratar de si los principios gustan y si no, se cambian por otros. Me cuesta y además cuando no se explican las cosas y se cambia de opinión en asuntos que nos afectan a todos, me cuesta mucho más de entender. Y ese es uno de los problemas de hoy. Los cambios no se explican o si se hacen, ya es tarde. Y entonces sucede que la nube ha contaminado todo y ya no hay manera de cambiar esa primera opinión del relato o del mensaje.
Una entrada del blog de noviembre pasado a la que titulé "mi querida España" reflexionaba sobre las condiciones del acuerdo con los partidos políticos de Cataluña que harían Presidente del Gobierno a Pedro Sánchez. Comentaba lo de la amnistía. No se conocía la letra en su totalidad, pero todo el mundo hablaba. Condición. La cesión del 100% de todos los impuestos que se pagan en Cataluña. Hace unos días se decía por la propia Vicepresidenta del Gobierno que no se produciría eso. Condición. Dos cuestiones fundamentales que una suscitó una convulsión en todo el país y lo que viene relacionado con el poder judicial que tiene base en ello. La otra, lo que puede llegar a suponer para el conjunto de las Comunidades no me gusta nada, porque no quiero privilegios de unos sobre otros y porque la igualdad y la solidaridad tiene que darse en todo el territorio por todos, porque entre todos hemos contribuido a que este país haya alcanzado el progreso y pueda disfrutar del bienestar independientemente de la cuna y del lugar donde hayamos nacido, pero de nuevo me vuelvo a acordar de aquella canción de Cecilia "mi querida España".
Puede que sea una voz en el desierto, pero nunca me gustó reflexionar ni opinar en silencio. No me gusta lo que está pasando y como se está desarrollando lo de Cataluña. Por eso creo que debería haber una opinión de todos en aquello que nos puede llegar a condicionar en el presente y en el futuro. Y en el tema de aquel patrimonio que nos pertenece a todos y del que todos colaboramos y hemos participado a su estabilización, crecimiento y riqueza de país y de Comunidad me gustaría tener la posibilidad de decidir y participar. Mientras reflexionaba esperando a que la temperatura "a la fresca" fuera bajando, seguía pensando en que cambiar de opinión se puede cambiar, pero cuando las cosas no se explican ni se informan es muy difícil seguir pensando en que se trata sólo de un simple cambio de opinión, por eso me gustaría que la decisión fuera participada y decidida por todos.
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