Hace unos días paseando con un grupo de amigos por los caminos de la margen izquierda del Guadiana comentábamos que era vergonzosa la imagen que podrían estar llevándose nuestros visitantes por el estado del río en su paso por la ciudad. No hay que utilizar calificativos sobre su estado porque quizás estos ya se hayan agotado. Los pacenses sabemos el porqué de su situación y sin buscar responsables únicos, porque los hay en todos los partidos y gobiernos por el tiempo que lleva así, podríamos definirlo como un problema al que todos miran un tanto hacia otro lado. Y es que como suele decirse últimamente, cuando el problema es de todos al final parece que no es de nadie, porque ninguno se responsabiliza. Indignados, es como estamos todos los pacenses.
Hay un problema que representa la planta invasora del nenúfar
y las derivaciones que tiene para el medio ambiente y la propia situación del
agua, como también de quienes viven y comparten por ser su hábitat natural.
Esto lo ve todo el mundo y lleva demasiado tiempo en esta situación a pesar de
los proyectos que han conseguido kilómetros en las páginas de la prensa, pero
que ahí está sin solución. Hay otro problema que se representa en la creciente
vegetación que crece descontrolada en mucha parte del tramo ocupando espacios
que podrían estar embelleciendo el lugar y que están consiguiendo que alguna
parte de esos caminos estén levantados o se estén abriendo grietas. Como las
grietas que están provocando los eucaliptos que crecen en los pilares y
contrafuertes del Puente de Palmas que de no eliminarse provocarán la caída de
alguna piedra del monumento. Otro problema es el almacenamiento de las hierbas
secas, maleza e incluso ramas de árboles cortadas que se encuentran cercana a
los paseos. Como el problema de los olores en una parte del camino, motivado
posiblemente por un vertido no controlado y que provoca que a la proximidad del
lugar haya que apretar el paso para pasar cuanto antes. Y nos podemos encontrar
que si queremos informarnos en alguno de los paneles informativos que se
encuentran en su margen, tendremos que abandonarlo porque por los efectos del
sol y la lluvia han provocado que su lectura sea imposible y así llevan
demasiado tiempo.
Hace falta menos ruido y propaganda. Porque en estos días de
calor comprobamos en algunos barrios como son los propios vecinos los que han
procedido a limpiar algunas de sus calles donde hay solares sin edificar. Donde
los matorrales, maleza e hierbas secas suponen un peligro por las altas temperaturas
y ser pasto propicio para el fuego. La Ordenanza Municipal de Limpieza Urbana
contempla que esa limpieza es obligación de la propiedad y que en su caso el
Ayuntamiento podrá llevarla a cabo cuando se incumpla, procediendo además a
sancionar. Causa perplejidad que quien debe hacer que se cumpla la norma, la
incumpla y no pase nada. Y todos estos problemas que forman parte del diario de
lo cotidiano, aparecen para los ojos de los ciudadanos como el tiempo donde los
políticos podrían demostrar que la política sirve para resolver y no para ser
el problema. Por eso, más hechos y menos palabras, porque Badajoz lo necesita.
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