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miércoles, 30 de marzo de 2011

Las redes sociales

Hace algún tiempo leí que figurar en la red se había convertido casi en una obligación. También, que si te quieres mantener en éstos tiempos que corren, no puedes ser sólo tecnológico, sino que tienes que ser sociable, pero sobre todo tienes que tener grandes dosis de originalidad y ser muy coherente en tus comentarios y entradas.
No descubro nada nuevo, pero es algo que nos debe hacer pensar. Hay verdaderas carreras por tener "amigos" y por mantener "seguidores". Las redes nos informan, conectan, descubren y nos hacen ser más activos, entre otras muchas cosas. Son ventanas abiertas al mundo que nos hacen recuperar y conocer nuevos amigos, y por ello no debemos dejar que la carrera de la notoriedad nos inunde y nos haga perder el sentido de la coherencia.
Se ha impuesto aquello de ser sociable si estas en las redes. Hasta es muy posible que si nos descuidamos un poco, tendremos que inventar alguna otra tarjeta que nos identifique en que espacio nos movemos.
En la sociedad de lo virtual, en la que crece una cierta esquizofrenia por aparecer sobre la realidad, no debemos olvidar que la ciudadanía reconoce y no concede el derecho, sólo a aquello que comparece...
Saludos.
Anselmo.

domingo, 27 de marzo de 2011

¡Indignaos!

Hablamos con frecuencia y nos preguntamos, porqué suceden algunas cosas. Suelo comentar que en éstos tiempos un tanto convulsos llenos de incertidumbres de todo tipo y que inmediatamente hacen que no nos acordemos de algunas noticias positivas que también suceden, que el camino no es resignarse y dejar que pase el tiempo permaneciendo con grandes silencios. No son tiempos para no manifestarse, porque "la peor actitud es la indiferencia", como nos dice Hessel en su libro ¡Indignaos!.
Que un "chaval" de 93 años se haya convertido en récord de ventas en Francia y que haya llamado la atención con un toque y un grito a los más jóvenes reclamando que cojan el relevo, no nos debería de mantener en silencio.
Escuché hablar del libro hace un par de meses en uno de mis paseos por el Guadiana. Después de algunos comentarios y frases del mismo, supe que era un libro con el que me identificaría bastante, no lo dudé, lo adquirí hace algunos días y algún párrafo escribí en mi perfil de facebook.
La tranquilidad del Guadiana, el silencio de sus aguas y el principio de una primavera que se antoja rebosante, me conformaron un espacio infinito de paz...mientras, seguía leyendo y pensando que la referencia de la historia, debe seguir manteniendo un lugar cercano en nuestro diario.
Saludos.
Anselmo.