Vistas de página en total

domingo, 23 de febrero de 2020

Hay que poner límites...

De nuevo tendremos elecciones en nuestro país. Ahora las Comunidades de Euskadi y Galicia han convocado a sus ciudadanos y a la vuelta de la esquina será Cataluña, dado el clima tan inestable que existe en la Comunidad. Estarán buscando el mejor momento político para hacerlo. Igual hasta hacen lo mismo que los vascos y le consiguen al Gobierno una nueva competencia para poder justificar de esta forma una mejor posición electoral, como así ha sucedido con las competencias de la Seguridad Social.
Después de las últimas elecciones generales, en el Congreso de los Diputados consiguieron representación hasta 16 partidos diferentes. Nunca antes habían conseguido presencia tantos partidos. De ellos sólo seis son formaciones nacionales.  El independentismo catalan consiguió la mayor representación hasta ahora y los nacionalistas vascos son fundamentales para el nuevo Gobierno. Tanto unos como otros son vitales para el nuevo Gobierno, unos por su apoyo con la abstención y los otros por su apoyo afirmativo. Siempre los nacionalismos han conseguido alguna ventaja por ser decisivos sus votos, pero ahora hay más partidos que van a poder sacar tajada de su representación. Aparte de los vascos y los catalanes, ahora tenemos a los canarios, gallegos, navarros, cántabros y también a los de Teruel, que han conseguido el ser los primeros a nivel provincial que obtienen un escaño. Quizás estemos en el momento de que el peso de un partido ya no está en sus diputados, sino en cuántos le hacen falta al partido de Gobierno, dada la actual composición del Congreso.
Y es que con esta fragmentación de la representación en el Congreso de partidos nacionales, nacionalistas, independentistas, regionalistas, provincialistas y localistas mantenía esta semana una charla con uno de mis profesores en la Universidad. Me decía, algún día habrá que plantearse el Estado de las Autonomías y habrá que cambiarlo, porque en los asuntos de competencia nacional y que fundamentan el Estado de un país como es el caso de las pensiones, pudiéramos estar en que la cesión de esta competencia iniciara la apertura a que cada Comunidad en un futuro no muy lejano se planteé y obtenga su propio régimen de cotizaciones y en conclusión pudiera establecer un sistema propio que rompería con los principios de sostenibilidad, solidaridad financiera y caja única.
Se habla cada cierto tiempo del papel que tendría que tener el Estado en la financiación de la Seguridad Social, pero de este asunto cuando se profundiza y debiera producir un consenso bastante amplio vinculado al Pacto de Toledo para que los presupuestos generales del Estado lo contemplaran, nunca se llega a acordar. 
Parece oportuno que antes del inicio real de la transferencia de la gestión de la Seguridad Social a los vascos, se determine en el seno del Pacto de Toledo que el proceso de transferencia debe abordarse desde el principio de preservar uno de los pilares fundamentales de nuestro Estado y en definitiva sin romper la solidaridad del sistema y de la igualdad de todos los ciudadanos. Sería una buena fórmula para comprobar la realidad de si lo que pesa más son los partidos de ámbito nacional o los partidos de ámbitos e intereses diversos.

domingo, 16 de febrero de 2020

Mantener la esperanza...

En el trayecto que hay entre la ciudad donde vivo y el pueblo del que soy, se tarda aproximadamente una hora y media. En el camino te da tiempo a pensar en cosas, escuchar música o noticias, observar el paisaje de la dehesa, esos alcornoques, esas encinas, esa sierra y ese contraste de bellos colores. Observas el verde de los árboles y del maravilloso paisaje lleno de vida y olores. Te da tiempo a pensar sin desviar la mirada de lo que tienes entre las manos. Esos espacios a lo largo del camino te permiten reflexionar sobre el tiempo pasado, sobre lo que has visto y miras en el retrovisor del rio de la vida. A veces en un corto espacio de tiempo, somos capaces de ver y recordar años de vida.
En ese espacio de la observación, de la lectura y de la reflexión del rio de la vida en la que me encuentro, reparé en esta última semana sobre que hay mucha gente a la que la crisis le golpeó de tal forma, que con el paso del tiempo y de los años, la herida le continúa sangrando y no se le ha cerrado. Y han pasado algunos años ya. Es una realidad que existe pero que apenas se ve, o quizás no la vemos o no la queremos ver. Porque esa es la realidad de quienes han sido afectados por una desigualdad que permanece y que seguirá. Son esa realidad de la gente que mantiene la esperanza de que su situación cambie un poquito. Ese poquito que les permita dejar de sobrevivir para empezar a vivir. Y en ese vivir, está el recuperar su dignidad y su autoestima, porque en ellos les va su futuro y el de los suyos.
Y en ese camino me asaltaban a la memoria algunas de las lecturas de esta última semana. Recordaba el informe del relator de la ONU sobre la extrema pobreza. Sabemos que a veces no puede generalizarse y que los números esconden una situación, que a veces no es del todo real, pero también sabemos que detrás de los números de las estadísticas están las personas. Algunas de las frases titulares del informe lo dicen todo. Barrios sin agua corriente, electricidad o saneamiento; donde las familias crían niños sin servicios sociales, ni centros de salud, ni colegios, calles sin asfaltar y casas pinchadas a la corriente eléctrica; niños cenando con la única luz del televisor y así ahorran luz, ese probar el pescado a través de las latas de conserva, o ese dejar de usar la calefacción para recortar gastos, etc, etc...Apunta en su informe que muchas de las asociaciones que están ubicadas en lo que podemos llamar "tecer sector" son las que han ocupado el papel protector de las administraciones públicas, son quienes están supliendo la falta de políticas y lo hacen con sus propios recursos o con subvenciones mínimas; o cuando apunta en la necesidad de abordar de forma urgente el tema de la vivienda, apostando por intervenir el mercado del alquiler y regular los precios de la vivienda. La necesidad de adoptar medidas que frenen la despoblación, la ausencia de oportunidades laborales, el riesgo de exclusión social, la soledad de los mayores y su cada vez mayor aislamiento social y abandono, porque la familia se desplazó a las ciudades para buscar trabajo y una oportunidad...o el problema que sufre el campo andaluz y el extremeño con la guerra de precios y la desesperación de muchos agricultores cuyos beneficios apenas les sirven para vivir al día. 
Habrá quien valore que estos datos no se ajustan a la realidad, pero las cifras existen y no esconden la crudeza de la situación. El problema es que sobre estos datos sólo se habla o son noticia, el día que alguien con voz los presenta o cuando las asociaciones con poder de convocatoria y voz los publican. Y ello también hace que la gente se sienta aún más abandonada, más aislada y por tanto más excluida y discriminada socialmente.
Alston también valoraba otros datos y comentó de lo maravilloso que es nuestro sistema de salud, que está cerca de ser universal, al igual que el sistema de pensiones que gracias a él, mucha gente mayor se mantiene fuera de la pobreza...y señalaba que el nuevo Gobierno parece que está comprometido con lograr la justicia social, pero que sin entrar en la retórica en la que se quedan las palabras "la pobreza es en última instancia una decisión política" y en mi opinión es que ahí está la verdad de la política, en decidirlo.

domingo, 9 de febrero de 2020

Universidad y Empresa...

En estos últimos días se ha hecho público el informe sobre las perspectivas del sistema universitario español. Un informe apoyado en más de un millón de datos recogidos de la Universidad Española en Cifras 2019 que se centra en abordar temas que están en las referencias de la opinión pública, de los responsables de los Gobiernos y de los agentes económicos y sociales. Se trata de analizar algunos asuntos que se expresan en la opinión de los stakeholders, expertos o medios de comunicación, como puntos débiles del sistema universitario español, si éstos están fundados en los hechos, posibilidades de mejora y posibles capacidades que tiene el sistema para afrontar y llevar a cabo sugerencias de acción para desarrollar las experiencias y posibilidades que nos facilita y nos permite el sistema.
Convendría no frivolizar y pasar de los informes a los hechos porque ya hace tiempo que estos informes han reflejado la situación, aunque podríamos decir que los tiempos han cambiado y de los propios datos de futuro que anticipan y de sus conclusiones, podría decirse que existe unanimidad en planteárselo de una vez. Y en este sentido ha querido referirse el Rector de la Universidad de Extremadura, cuando decía hace pocos días en una entrevista que "uno de los grandes retos de la institución es contribuir a que los estudiantes y graduados universitarios puedan quedarse a trabajar en la región, pues lo contrario, es una pérdida económica y social". En mi opinión, no es que lo vaya a ser, sino que lo es ya, porque se viene produciendo y no sólo de tipo económico y social, porque también es una pérdida de talento, de vitalidad y una causa final de envejecimiento demográfico.
Y es no sólo una pérdida económica y social, porque en el conjunto del país la tasa de paro entre los titulados superiores es la segunda más alta de la Unión Europea, un 8,4 % frente al 3,9% de media,  y cuando además cerca del 38% trabaja en puestos para los que no necesita su titulación, según los datos del propio informe de la Universidad Española en cifras. Los Rectores, recogiendo alguna de las conclusiones del Informe plantean revisar el modelo por la frustración de los graduados desempleados y señalan que reducirán el número de grados y que es necesario crear puentes con la formación profesional. Se trata de ajustar la demanda y de relacionar los perfiles a los puestos que reclama el mercado laboral, porque les decimos que estudien y se preparen, pero luego no les ofrecemos puestos a su nivel, con lo que se frustran y se marchan.
De mi etapa reciente en la Universidad recuerdo muchas conversaciones con jóvenes estudiantes. Entre sus principales objetivos estaba llegar más lejos, sentirse más motivados para su vida diaria  y lograr una mejor empleabilidad que les permitiera realizarse profesionalmente y obtener mejores rentas por su actividad laboral. Es lo que se espera de nuestras Universidades, que cumplan con la función de proveer de profesionales para desempeñar los puestos de mayor cualificación técnica y competencial que requiere y necesita el mercado laboral de nuestro país.
Datos recientes del anterior Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad señalan que la empleabilidad de los graduados universitarios forma parte de la debilidad del mercado laboral español. Y esta debilidad se refleja en el nivel de temporalidad de los contratos. El mercado laboral no absorbe, al menos con rapidez, el nivel de cualificación de los graduados universitarios y los subemplea, o, alternativamente, les ofrece unas condiciones de trabajo precarias: temporalidad de la contratación y retribuciones con base de cotización inferiores al trabajo que desempeñan.
Hace tiempo que venimos practicando las mismas soluciones cuando hoy los problemas son distintos. Ahora es tiempo de evaluar y revisar las políticas públicas que hemos destinado durante años al ámbito del mercado laboral, para poner de una vez en un solo carril a la Empresa y a la Universidad, para que unan sus espacios en un interés y en un objetivo común: conseguir que nuestros jóvenes no tengan que emigrar para que puedan desarrollar todas sus posibilidades y conseguir la empleabilidad en su territorio... hay que cambiar el paso porque aplicar las mismas respuestas ya no vale, ya que las preguntas de hoy son mucho más complejas y hay que responder a los nuevos tiempos.

domingo, 2 de febrero de 2020

La realidad de los datos...

En estos últimos días mientras los poderosos se reunían en el mayor foro económico y político del mundo, organizaban su visión global para trasladarla e imponerla a todos los países, organizaban sus relaciones comerciales y los cambios a introducir en los mercados, en nuestro país se publicaba la última encuesta de población activa referida al pasado año, con unos datos de empleo razonablemente positivos, pero con una tasa de temporalidad y precariedad que hace que cualquier dato de empleo de nuestro mercado laboral profundice aún más en unos elevados niveles de pobreza laboral en nuestro país y que al final de la vida laboral del trabajador le imposibilite tener unas pensiones dignas.
Hace algunos años me publicaron un artículo en un diario regional que tenía relación con la sostenibilidad del sistema de pensiones y la modificación que se introducía en cuanto a los años de cotización y la edad de jubilación. En el mismo me pronunciaba porque no era necesario ampliar la edad para jubilarse y que el problema no estaba en ampliar los años, sino en conseguir que cada vez hubiera más cotizantes y en consecuencia para conseguirlo, unos empleos de mayor calidad.
La EPA siempre es objeto de polémica cada vez que se publica porque hay quien utiliza los datos para contrastarlos con los datos del paro registrado que se produce todos los meses. Siempre ha sucedido, depende de lo positivo que sean unos u otros para generar la polémica, pero lo cierto es que los datos de la encuesta de población activa son considerados a nivel europeo como el mejor indicador de la evolución del empleo y desempleo en nuestro país.
Y los datos de la encuesta siempre nos dan claves. Claves sobre el mercado laboral, sobre la evolución de los contratos y del empleo creado, especialmente de la utilización del empleo a tiempo parcial, que es la opción más utilizada, más precaria y flexible que se ha consolidado y que está consiguiendo que hoy los contratos no sean por días, sino por horas, habiendo confirmado la destrucción del empleo a tiempo completo.
Una vez conseguida la subida del SMI que es una medida positiva para reducir el volumen de trabajadores con salarios muy bajos, las próximas semanas nos irán señalando por dónde y hasta dónde se llevará a cabo la derogación de la reforma laboral. Tengo la impresión de que los empresarios han sido un tanto flexibles porque les interesa mucho más tensar la cuerda en esta reforma que en la subida.
Han transcurrido unos años desde los inicios de las reformas laborales y nuestro país tiene graves efectos y consecuencias de las mismas en el empleo. Uno de los más perjudiciales y que sufren mayormente los jóvenes es el resultado de que un empleo fijo de ocho horas diarias durante cinco días a la semana, se ha transformado por otro en el que un día se trabajan esas ocho horas, otros solo cinco, otro más solo tres...y otros en función de las necesidades de personal en cualquier momento. Esta situación desconozco si estará mejorando la eficiencia de las empresas, pero de lo que no tengo ninguna duda es de que está incapacitando mayormente a los jóvenes para poder optar a una vida digna.
Conseguir que el futuro mercado laboral se reforme y regule para que estas consecuencias desaparezcan es una tarea urgente, no sólo para los jóvenes que las sufren, sino también para las personas mayores que dependerán de ellos en el futuro, porque como decía en el artículo referido, la cuestión no es que se amplíen los años y la edad, sino que haya más cotizaciones y cotizantes que aseguren las actuales y futuras pensiones....y eso sí, con empleos de mayor duración  y más calidad.