Vistas de página en total

domingo, 31 de julio de 2022

Un poco de sentido común....

Las cuentas de los resultados de la Banca y de las grandes compañías eléctricas conocidas durante estos días me hacen reflexionar de nuevo sobre el principio de solidaridad y su relación con la situación actual que estamos sufriendo los ciudadanos. Los beneficios millonarios conseguidos chocan con la situación económica de las familias y están demostrando por otro lado, la voracidad de estas empresas que crecen cada día a costa de los ciudadanos, pero que siguen mirando hacia otro lado cuando se trata de arrimar el hombro y ser sólo un poquito solidarios.

La posición y los argumentos que están teniendo los bancos y las eléctricas por el futuro impuesto que el Gobierno va a imponerles nos está llamando la atención a muchos de los ciudadanos. Es difícil comprenderlos porque no se sostienen y porque cuesta trabajo entender esa actitud que están manteniendo, sobre todo porque aquí quienes se están apretando y pagando las consecuencias somos los ciudadanos de a pie. Y es difícil comprenderlos porque siendo unos beneficios impresionantes los que están consiguiendo en los últimos años, están justificando ser muy insolidarios con su actitud y oposición. Se olvidan o no quieren que se hable de los 65.000M€ que el Estado (todos) les entregamos a interés cero para su rescate a la Banca. Millones de € que no devolverán y que por tanto perderemos el conjunto de los españoles.

Los Bancos están demostrando su nula voluntad de colaborar con el Estado y también con su actitud y su respuesta de plantearse recurrir este impuesto están mostrándose como lo que son realmente. Solicitaron ayuda y se les entregó sin pedirles nada, pero ahora no quieren ayudar a quién los salvó de la quiebra. En los últimos años hemos comprobado cómo han cerrado oficinas y muchos de nuestros pueblos están pagando las consecuencias con el agravante de daños que esta medida está teniendo en los ciudadanos de esos pueblos. Han llevado a cabo regulaciones de empleo, despidos y prejubilaciones que estamos pagando de los impuestos a los que colaboramos todos. Hace unos meses y sólo a través de la presión de una campaña en las redes sociales de un pensionista que impulsó una iniciativa para mostrar la realidad del problema que les estaba ocasionando la digitalización, mostraron su cara de intentar convencernos de ser un poquito más humanos, facilitando unos horarios más acordes a la situación, pero están demostrando ser un pequeño lavado de cara.

La iniciativa política que va a llevar a cabo el Gobierno lo sitúa claramente en su sentido ideológico más social y progresista porque además va acompañada de prohibir el que las entidades financieras puedan repercutir ese impuesto en los ciudadanos pero me pregunto si está calando lo suficiente en la ciudadanía. Y es por ello que me propongo también reflexionar en el tipo de sociedad que estamos construyendo, cuando son unos pocos los que se niegan a repartir una pequeña parte de los beneficios a los que contribuimos el conjunto de los ciudadanos. Me atrevo a llamarlo como una oportunidad única de "humanizar" los beneficios que están obteniendo, porque es de sentido común que aquellos que obtienen beneficios extraordinarios sean quienes aporten parte de esos beneficios a la solidaridad común, pero debo seguir siendo un iluso por pensar de esta forma y por seguir creyendo en la necesidad de una economía donde la prioridad sean los valores y no los intereses.

domingo, 24 de julio de 2022

Basta YA!!!....

Han pasado casi cinco años de aquel 18 Noviembre de 2017, donde miles de extremeños nos trasladamos a Madrid para exigir unas infraestructuras dignas. Un año después miles de extremeños nos "mojábamos" en Cáceres mostrando de nuevo nuestro hartazgo, reclamando un tren digno. Recuerdo la Plaza de España de la capital convertida en un clamor por un tren digno y del siglo XXI. Previamente a aquellos días de 2017 se constituyó una Plataforma de reivindicación social y política para exigir al Gobierno de España que contribuyera al desarrollo de Extremadura. Se realizó una campaña por todos los medios de comunicación y por las redes sociales. Los Ayuntamientos llamaron a secundar la movilización y se publicaba un vídeo que decía “No me rindo. Es el momento de terminar el viaje. Perseguir nuestro sueño. Seguir volando. Que las promesas se conviertan en hechos. El momento es importante. Necesario. Más de una década de promesas incumplidas. No me rindo. Nos corresponde una parte del progreso. Porque es la hora y ahora es el momento. No me rindo porque no estoy solo. Somos muchos. Es un clamor social. El futuro llega en tren.

Pocas veces los extremeños y extremeñas nos habíamos sentido tan unidos. Entendíamos que se había despertado un sentimiento de defender lo que por derecho nos pertenecía y se nos debía. Que por primera vez después de muchos años estábamos dispuestos a una lucha juntos y unidos. Una única consigna y una sola bandera. Extremadura. Miles de extremeños, miles de emigrantes que se desplazaron desde temprano desde sus ciudades de la Comunidad de Madrid. Un sentimiento recobrado. Lleno de coherencia y humildad pero con una fuerza que hacía de ese día una reivindicación de fortaleza, identidad y sentimiento. Todos los medios se hacían eco en ese fin de semana de la marea verde, blanca y negra que llenó la capital, demostrando que había vida más allá del foro. Un amigo me decía en esta semana que la desvertebración que estamos sufriendo en nuestro país tiene consecuencias y cuando se necesitan medios y recursos rápidos que nos acerquen y no nos distancien en desigualdad es cuando realmente se nota y se siente.

Y después de casi cinco años, hoy seguimos siendo noticia por lo mismo. Podríamos decir que entonces reclamamos dignidad y hoy la tenemos que seguir reivindicando. Podríamos decir que las promesas se siguen incumpliendo y duermen en el sueño del olvido. Podríamos decir que el nivel de indignación ha superado los niveles de todas las olas de calor juntas. Podríamos seguir diciendo que los sueños, sueños son, porque siguen sin convertirse en hechos y realidades. El progreso que otros construyeron con nuestros recursos sigue formando parte y agranda la brecha de la desigualdad porque seguimos sin poder salir de la casilla de salida con los mismos recursos que los demás. Aquel día en Madrid llegamos a decir que el tiempo de esperar se acabó y la paciencia, también. Y hoy después de casi cinco años podemos seguir hablando solo de más paciencia y de más esperar?. Hoy tenemos que seguir aguantando declaraciones como las del Presidente de Renfe y podemos seguir esperando sólo disculpas y explicaciones que se cachondean en nuestra cara?.

Hoy podríamos preguntarnos en alto ¿un tren digno, qué es?. Después de casi cinco años aún no lo sabemos y no me refiero al AVE precisamente. Quizás hasta hemos asumido ya que lo del AVE forma parte de los titulares si tenemos en cuenta los años que unos y otros nos lo han venido prometiendo. Ahí están las hemerotecas. Ya está bien de cachondeo y de burla. Ya está bien de tener que aguantar las declaraciones del Presidente de Renfe de que "hasta que se encuentre una solución, van a incrementar los tiempos de viaje para que la gente no tenga la sensación de que llega tarde"!!!. Es indignante y este responsable no puede seguir ni un sólo día más en su puesto!. Es posible que aquí haya más responsables y culpables y no somos precisamente los extremeños. O quizás sí, porque hemos sido muy prudentes y excesivamente pacientes. Basta ya de disculpas y explicaciones, porque queremos soluciones. Porque nos va en ello nuestro futuro y el de nuestros hijos y porque cuando los hechos se repiten no hay ni incidencias ni anomalías, solo hay indignación e indecencia que es lo que sentimos y se nos está haciendo a los extremeños y extremeñas.

domingo, 17 de julio de 2022

Luna llena....

Un viaje inesperado y una canción en la noche me permitió recordar otro tiempo al escucharla. Tambien observar el cielo como normalmente no se puede hacer. Había luna llena y como suele suceder en esas noches, todo se ve de forma diferente. Más luz en la dehesa, más sombras que se reflejaban, más visión del cielo y las estrellas que en una noche normal. Estaba cruzando la Sierra de San Pedro y era de madrugada. La temperatura marcaba 34 grados en el exterior y te daba cosa abrir la ventana para escuchar lo que permitiera el ruido del motor del coche. Te entraban ganas de pararte a estar en la soledad escuchando los sonidos de la noche. Pararte y ponerte a observar desde la tranquilidad del silencio, pero la temperatura y las ganas de llegar para descansar te hacían pensarte dos veces la decisión. La luna continuaba y parecía que me seguía. Te parabas en un punto y es como si se parase también.  Pero la realidad es que siempre estaba en el mismo sitio. Ni se movía, porque todo es una ilusión que nos hacemos. Si se mueve, lo hace de forma tan lenta que no se percibe. La luna llena parecía enorme y más debe ser estando como está a millones de kilómetros de distancia de nosotros.

Una canción de Víctor Manuel en el viaje de vuelta me puse a escuchar.... “cansado estoy de ladrarte luna, cansado estoy de mirarme en ti”….y la canción consiguió en la soledad del horizonte con el silencio de la noche, ayudarme a reflexionar sobre lo que escuché en el viaje de ida. Pero ahora estaba de vuelta y el reflejo de la luz en las rocas me hacía como sentirme acompañado, como si fuera de día. No es que no quiera volver a las escuchas y el debate sobre los contenidos de las conversaciones de un excomisario, sino que me parece tan vomitivo tanto por su parte como por los que le permitieron llegar a donde hemos llegado, que son de aquellos asuntos sobre los que no quieres comentar para no perder tiempo, pero no por ello hay que dejar de condenar y denunciar porque es muy grave todo lo sucedido. Solo de pensar que todo eso ha venido pasando y gente con altísimas responsabilidades se han prestado a ello, nos da una idea de lo que algunos están dispuestos a hacer para cumplir sus objetivos. Y el periodismo, ah el periodismo! la justicia, ah, la justicia! los políticos, ah los políticos!...menos mal que todos no son iguales!.

Cuando estaba recorriendo algún punto del camino me acordaba de uno de los últimos libros de Luis Landero, donde cuenta algunas de las historias de sus vivencias en su pueblo. Sin saber el lugar, piensas que podrías estar recorriendo esos caminos. Hasta llegar a ponerte a pasear con esa luna llena que me perseguía. A cierta distancia observo como un animal pasea por la carretera. Debe ser la luna y de alguna manera su luz que me permitió aminorar la marcha para no tener un posible problema. Un jabalí que estaría buscando algún lugar o comida aprovechando la luna llena. Vuelvo a recordar en mi interior a Landero buscando en el Huerto de Emersón  el volver a vivir un tiempo de la infancia en su pueblo. Todos hemos pensado en alguna ocasión en ello y nos damos cuenta en esos segundos de la cantidad de momentos que hemos vivido y que nos gustaría volver a disfrutar.

El silencio de la noche, la observación de la luna llena, la soledad del camino y el cansancio consiguieron que el viaje pareciera más largo. Un día escuché que siempre tenemos que tratar de pensar en determinadas circunstancias en las cosas positivas que en el río de la vida siempre asoman, porque te permiten y más en este tipo de situaciones el pensar que mañana comienza un nuevo día y se abren otras posibilidades para seguir disfrutando de la vida. A veces resulta más fácil decirlo que hacerlo, pero hay que intentarlo, siempre hay que intentarlo. Y es que esos momentos componen historias de un tiempo maravillosamente vivido. Es la imaginación de un tiempo, es la mirada hacia alguna parte para reencontrarnos en las palabras cuando notas en ese tiempo del viaje de ida y vuelta que nadie te examina, excepto la luna que no quiere dejarte y que sin darte cuenta te observa y te permite cerrar los ojos para ver en un segundo todo el camino que te queda por delante, para como dice Victor Manuel "no es que prefiera soñar a oscuras ni acariciarte sin verte bien".

domingo, 10 de julio de 2022

Creer, crear....

"El litio que se extraiga en Extremadura deberá ser transformado en Extremadura, al declararse de interés general el aprovechamiento del mismo". Estas palabras pronunciadas por el Presidente de la Junta de Extremadura en el Debate del Estado de la Región de esta semana han sido foco de titulares en los medios y de conversaciones en la calle y en las redes sociales por los ciudadanos. Unas palabras contundentes y bien recibidas por la gente que pensamos que los recursos que tenemos tienen que aprovecharse y generar beneficios, sumando valor añadido a su explotación en nuestro territorio. 

Se viene hablando desde hace mucho tiempo de que los recursos naturales que tenemos en la región son uno de nuestros mayores patrimonios y una de nuestras mayores ventajas respecto a otros territorios, pero quizás hasta ahora nunca nos habíamos propuesto el llevar estos pronunciamientos con esta posición manifestada por el Presidente de la Junta por diversas razones. Ahora vivimos un tiempo nuevo para Extremadura en el que estamos en condiciones de proponer y nos hemos situado en la línea de salida porque podemos hacerlo con las mismas condiciones que los demás y demostrarles a los que se llevaban nuestra riqueza que vamos a competir con ellos en todos los ámbitos. Y ahí radica uno de los cambios más importantes que tenemos de los últimos años. No sólo estamos en mejor disponibilidad, sino que tenemos la ambición y el coraje que durante mucho tiempo no nos revolucionaba nuestro interior en forma de reivindicarnos para desarrollar cualquier proyecto que se nos pusiera por delante. Ambición y coraje, como decía el Presidente Vara. Y ese es uno de los grandes cambios que hemos experimentado los extremeños y extremeñas que cada día somos más los que creemos en nuestras posibilidades.

Y es que en este tiempo que vivimos y sobre todo cuando hablamos de la cosa pública y su entorno, nunca nos hemos movido con tantos ruidos, desconfianzas e intereses. Se podría decir que este es otro de los cambios que se han generado en la sociedad. Hoy cuesta más que ayer creer en algo y más, cuando a todo ello se suman factores que pretenden crear conflictos donde no debería haberlos. También porque a veces los hemos generado nosotros mismos con nuestra pasividad y complacencia. Pero este tiempo nuevo tiene que romper definitivamente esos factores y no debe estar preso de nuestras contradicciones y nuestros pesimismos y para ello hay que decir que hasta aquí hemos llegado. Este tiempo tiene que hablar de si queremos construir lo que hemos venido exigiendo y reivindicando en cuanto a nuestro futuro, para crear riqueza y cambiar la realidad de nuestra historia para que el futuro lo decidamos los extremeños y las extremeñas.

Cuando regresé a nuestra región después de unos años en Barcelona seguía escuchando hablar en términos de si podíamos, si fuéramos capaces, si tuviéramos.....era como una manera de estar resignados y sin atrevernos a cambiar nuestra mentalidad y actitud. Hoy después de muchos años estamos ante una nueva situación donde esa resignación la hemos cambiado porque creemos más en nosotros mismos. Creemos y creamos, porque hemos entendido que para ser dueños de nuestro destino en este nuevo tiempo, hay que creerlo sintiéndonos orgullosos de que podemos llegar a ello. Hoy no tenemos que envidiar nada a nadie. Hoy podemos proponer y cambiar nuestro destino porque queremos ser los protagonistas, porque como bien me decía mi buen amigo el Soñador de Guardia: Extremadura aún no ha cambiado lo suficiente para dejar de cambiar.

domingo, 3 de julio de 2022

Y de eso se trata....

Escuchamos y leemos noticias e informaciones en los medios de comunicación de ingentes cantidades de millones de euros que se destinan a ayudar a países y a las personas más vulnerables. Cuando los medios escriben sobre personas con dificultades o en situación de pobreza y exclusión social, a veces tengo la impresión de que son calificaciones gratuitas, porque muchas veces me hago la pregunta de ¿si se destinaran realmente esas grandes cantidades de dinero, cómo es posible que cuando aparecen informes de organismos oficiales o entidades que ayudan y colaboran con organizaciones no gubernamentales sigan apareciendo cifras que no paran de aumentar el número de personas que están en esa grave situación?. Y decía lo de gratuitas, porque no creo que sea verdad que se destinen esas cantidades. Algo se pierde por el camino o algo no se utiliza para el fin que se acuerda de forma adecuada.

Es algo como lo que pasa con la actual guerra de Rusia contra Ucrania. Después de cuatro meses del conflicto y de la masacre que se está produciendo con la pérdida de vidas humanas, siempre los que más sufren las consecuencias de las tragedias son las personas más vulnerables. Los niños, los mayores, las mujeres y en definitiva todos los ciudadanos que de una u otra manera están sufriendo esta barbarie, pero principalmente los primeros. Escuché cuando sucedió la riada en Badajoz que siempre sucede lo mismo y no se me olvidará nunca. Las tragedias siempre se ceban con los más débiles y éstos encuentran siempre el desamparo, la represión o la muerte como ha sucedido recientemente a los migrantes en la valla de Melilla.

Y la Comunidad internacional con los Estados Unidos a la cabeza cada día dedicando más dinero en armamento y obligando al resto de países a hacer lo mismo. Más millones de euros que significan recortes para otras prestaciones o medidas. La ONU intentando o queriendo dar la impresión de intentar hacer algo para que se sepa que existe, aunque siempre supeditada a lo que dicta el país más poderoso de la tierra. Me comentaba un amigo hace unos días que es como si los Estados Unidos tuvieran que estar cada década en conflicto y liderando el mismo. Como si formara parte de su origen bélico o de las grandes mutinacionales armamentísticas que son las que están ganando dinero con el conflicto y ya sabemos que los intereses son los que mueven el mundo de los poderosos. Porque este conflicto como todos los conflictos de esta naturaleza, ya está durando demasiado desde el primer día del mismo.

Ya casi dejan de sorprendernos las imágenes del genocidio. Quizás es que la sociedad tenemos tantas preocupaciones por lo propio que no vemos nada más o pensamos que nos queda lejos. Quizás es que la humanidad está intentando buscar algún hueco pero cada vez se nos hace más difícil encontrarlos. Es hasta posible que lo que está pasando nos haga reflexionar, pero lamentablemente no encontremos respuestas a nuestras preguntas, porque todo sea mucho más complejo de lo que nos parece o que nos han acostumbrado a que lo veamos así. Debería producirse un clamor ciudadano ante la debilidad en que nos están dejando a la sociedad con la crisis de los más vulnerables y de la barbarie de la guerra, porque una de las peores cosas que nos puede provocar todo esto que estamos viendo y sufriendo es la pérdida de nuestra posición y el dejarnos llevar por el camino de la indiferencia humana....y ese es un camino que nos conduce al espacio de la pasividad y el de pensar como decía aquel, que esto no va con nosotros. Leía hace unos días una frase en un libro de Donna Leon que me hizo reflexionar sobre todo lo que viene pasando en los últimos años con todas las crisis "Hay que ser muy empático con la humanidad para querer salvarla"....Y de eso se trata, entre otras cosas.