Los resultados electorales del pasado
domingo en Extremadura refrendan un claro apoyo de los ciudadanos a una
manera de entender y de hacer política. La mayoría absoluta del PSOE es
un argumento contundente e incontestable que han resuelto los
ciudadanos con su voto en las urnas. Lo contundente, por la respuesta a
unas políticas basadas en el diálogo y la moderación buscando siempre la
senda del acuerdo con los interlocutores sociales, económicos y
políticos en favor del interés de los extremeños y extremeñas. Lo
incontestable, porque el resultado obtenido le da a Vara el mayor apoyo a
nivel nacional, al haber conseguido los mejores resultados del PSOE en
todo el país.
Lejos de arrogarse con el resultado de las urnas,
se compromete a gobernar con la humildad y el diálogo que caracteriza su
acción política y de gobierno. Esas fueron sus primeras palabras una
vez conocido el resultado. Es una de las señas de identidad de un
político que consiguió la mayoría absoluta en 2007, que la perdió en
2011, recuperándola en 2015. Pero faltaba una victoria como la de estas
últimas elecciones. Faltaba ese refrendo que interiormente él
necesitaba, para devolverle al Partido la grandeza de una victoria
inapelable.
El resultado a nivel regional, más el de las
elecciones a nivel europeo, junto al conseguido en las grandes ciudades
de Extremadura a excepción de Plasencia, y en la mayoría de los pueblos,
lo convierten en el Presidente de una Comunidad Autónoma que más apoyos
ha obtenido. Por lo que podríamos hablar de una triple victoria del
PSOE, que quizás por la mayoría absoluta en la Comunidad no se esté
valorando en su justa medida. Este capital de votos, tiene que
convertirse en un capital que genere la conversión en realidad de las
reivindicaciones pendientes. Porque es el momento de Extremadura y
porque el próximo gobierno del país tiene que cumplir de una vez por
todas, con la deuda pendiente que se tiene con nuestra Comunidad.
Y
ahora es el tiempo de la política. De llevar a cabo las promesas y
propuestas de los programas. De gobernar pensando en los problemas de la
gente para hacer posible que quienes necesitan de la política puedan
ser más felices, que en resumen es de lo que se trata en el espacio
público que compartimos.
Y en el tiempo de la política, se trata
de hablar y dialogar. De los pactos, que es la esencia de la política,
teniendo en cuenta que hoy los tiempos en los que se despliega la
política, son ya los que definen qué es la política misma. Porque hay
que buscar el entendimiento sabiendo leer lo que los ciudadanos han
dicho en las urnas.
Y ahora como decía la misma noche
electoral…”las mayorías no se dan para envilecerte, se dan para
trabajar”. Y de eso trata la política, de trabajar para la gente.