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domingo, 25 de julio de 2021

El futuro es ahora....

En esta semana se ha presentado en el Congreso de los Diputados las conclusiones de un macrosondeo que entre sus muchas conclusiones, refleja cómo ven los jóvenes el funcionamiento del Estado. La encuesta ha sido realizada a la población de entre 16 y 34 años y señala cómo un 87% de los jóvenes se sienten poco o nada representados por los partidos políticos, mientras que un 92% asegura no sentirse escuchado y un 93% creen que hay muy poca oferta laboral para su generación. Poco o nada representados, no sentirse escuchados y muy poca oferta laboral para ellos. Tres conclusiones contundentes y que reflejan un claro síntoma de las preocupaciones y demandas de la juventud española en la actualidad.

He tenido la oportunidad de leerme las conclusiones de la macroencuesta....https://elfuturoesahora.org/. Las tres principales preocupaciones podriamos decir que se repiten en casi todas las encuestas: la dificultad en el acceso al mercado laboral y a la vivienda, así como la mala calidad del empleo. También se reflejan otras preocupaciones en los primeros lugares, como los problemas climáticos y medio ambiente, donde se viene a destacar la insuficiente concienciación ambiental y las pocas medidas que se están llevando a cabo para generar un nivel de conciencia ambiental. También se refleja el nivel de la calidad política en nuestro país y el suspenso rotundo que concluyen, posicionando como propuestas la necesidad de una reforma estructural del poder político, la necesidad de medidas más eficientes e inclusivas para los jóvenes y la puesta en consideración de la acción colectiva para el cambio social. Un dato que también se repite es la necesidad de la actualización y reforma del planteamiento público educativo, que debería ir hacia un aprendizaje más pedagógico, para facilitar posteriormente su inserción laboral y el desarrollo de una educación financiera para que cualquiera pueda manejarse con soltura en la economía. A destacar que entre las veinte preocupaciones que se recogen, los dos últimos puestos los ocupan el nacionalismo y la inmigración, lo que podría hacer reflexionar, porque no parece que sean coincidentes con lo que muchas veces la agenda política mediática refleja.

Tambien se proponen cuarenta propuestas que deberían ser valoradas por los poderes ejecutivo y legislativo, porque reflejan necesidades e inquietudes de la juventud. Algunas vinculadas con el futuro del trabajo y la vivienda, la justicia social y el emprendimiento, el futuro de la crisis climática y la sanidad, el futuro de la política y la educación, el futuro de las redes sociales y el futuro de la Unión Europea. Estas propuestas presentadas ante los Diputados en el Congreso, son una forma de conversar para buscar respuestas a problemas reales, por lo que deberían transformarse en iniciativas políticas que impulsaran cambios legislativos para hacerse realidad.

La macroencuesta es importante por las consideraciones que realiza, por el número de jóvenes que han participado, por las conclusiones y preocupaciones que marca y por las propuestas y demandas que refleja. También es importante porque en estos tiempos donde se cuestiona prácticamente todo, y todos nos sentimos con el derecho a hacerlo, es de destacar el nivel de compromiso de los jóvenes, su implicación, su búsqueda de propuestas para afrontar los cambios, porque aunque en este tiempo puedan sentirse criminalizados y culpabilizados por la situación actual que sufrimos, también revela que en nuestro país hay una generación que tiene la imperiosa necesidad de tener unas condiciones de vida dignas y de ser escuchados por la clase política.

Cuando los resultados son tan contundentes como los de la macroencuesta analizada no ponemos en duda de si son verdad o no. Porque entre otras razones, revelan que en nuestro país hay una generación que no puede mirar al futuro con ilusión y sabe que lo que le espera no va a ser una vida más cómoda que la de generaciones anteriores. Hay que crear sinergias, hay que recuperar y volver a priorizar el estar para hacer y no el estar para ser....no caben más encuestas, hay que cambiar, no se trata del futuro, porque este es ya hoy el presente.

domingo, 18 de julio de 2021

Saltan chispas....!!!

Saltan chispas!!!....de esta forma iniciaba un programa de radio un periodista hablando en su tertulia hace unos días. Lo relacionaba con algunas de las movilizaciones que ha habido en esta última semana protagonizadas por organizaciones sindicales y sociales. Cuestiones importantes como la petición de la subida del SMI, la reforma laboral, el precio de la luz y de los combustibles, a los que se podrían sumar un clima político de enfrentamientos que no ayuda a estabilizar un buen clima social, están empezando a conformar un estado de opinión cada vez más crítico en la calle y está generando un caldo de cultivo que puede seguir calentándose de no actuarse por parte del Gobierno, sobre todo en los que son de su competencia más directa y más está afectando a los ciudadanos.

Porque hay asuntos que son competencia exclusiva del Gobierno y otros que sin serlo totalmente, se pueden y deben regular de otra forma. Y tengo la impresión de que el ciudadano de la calle, el que todos los meses paga el recibo de la luz y no entiende cómo no se actúa para que no deje de subir, el que se acerca a una estación de servicio con su vehículo a repostar, el que invierte cerca de dos horas en las grandes ciudades al ir y venir de su trabajo, el pensionista y sus hijos a los que tiene que ayudar a pasar el mes, el joven que acumula contratos temporales y parciales, el autónomo o el pequeño empresario que ha tenido que cerrar, la familia que llega con dificultades a fin de mes o tiene retrasos en el pago de los gastos de la vivienda, la que no puede asumir los gastos imprevistos o irse de vacaciones al menos una semana al año....estos y todos los ciudadanos afectados, no entienden de competencias y tampoco entienden por qué no se actúa, cuando los datos que refleja la última encuesta de condiciones de vida en 2020, reflejan que se duplica el número de personas con carencias severas y un aumento del porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social.

Estos indicadores sociales que retratan la vida diaria de las dificultades de las familias y de los efectos de la pandemia en la situación económica de los hogares, están oscureciendo la magnífica campaña de vacunación que se está realizando en nuestro país, porque son las vacunas las que nos están permitiendo no volver a los primeros meses del virus. Porque en este caso no se trata de competencias de alarma o de excepción, se trata de haber actuado con agilidad y rapidez tomando unas medidas cuando antes, ante una crisis sanitaria de la que no podemos hablar en términos de pasado como a veces se hace, porque está más de presente de lo que algunos han interpretado.

Hoy es muy difícil que no se produzcan filtraciones de las resoluciones antes de ser públicas. Y es lo que ha sucedido con el fallo del Tribunal Constitucional sobre el confinamiento de los primeros meses del Estado de Alarma. Ya no vale de nada si unos y otros apoyaron las medidas, ahora vale lo que el fallo judicial ha dictado. Ya no vale para nada si se actuó rápido para que no se produjeran mas fallecimientos, ahora vale que el Gobierno se equivocó y en vez de excepción, aprobó alarma con el apoyo del Parlamento. Eso no se pone en valor. Ahora y aunque pueda parecer de otro ámbito, el deporte nacional no es el fútbol, sino el de criticar. Todo el mundo nos sentimos con el derecho de hacerlo y además creemos que tenemos razón. Como prueba de interpretar, la propia sentencia con su división lo dice todo!

Saltan chispas....y hay que trabajar para que no se enciendan más. Hace unos días escuchaba hablar de la importancia de los fondos europeos y del desafío de su gestión y su gobernanza,  porque no nos estamos jugando sólo una parte importante para la recuperación económica y social, también nos estamos jugando nuestro futuro como país. De ahí que cobre especial importancia el que el ruido que seguirá calentando el clima, no oscurezca la oportunidad que tenemos para que podamos recuperarnos cuanto antes, por lo que el Gobierno debería colaborar para solucionar lo cotidiano, que es lo más cercano al ciudadano y en lo que tiene la competencia....lo refleja la última encuesta con claridad y es fácil su interpretación. Hay que actuar.

domingo, 11 de julio de 2021

Pensiones y sostenibilidad....

Durante estos últimos días se ha conseguido un acuerdo entre el Gobierno, Sindicatos y Empresarios en la mesa de diálogo social en materia de Seguridad Social y Pensiones. Un acuerdo que hay que poner en valor como ejercicio del diálogo y el consenso. Un acuerdo que cambia el rumbo de las pensiones al anular los recortes de 2013 y que frente a la reforma que el PP adoptó en solitario, es fruto del consenso parlamentario y del acuerdo con todas las fuerzas económicas y sociales. Y es en este punto donde es conveniente remarcar y darle valor a este acuerdo social, porque además supone un cambio fundamental en la orientación de la política de pensiones en nuestro país, porque significa la recuperación de la revalorización de las pensiones en función de cómo evolucionen los precios (IPC), la eliminación del factor de sostenibilidad que fue pensado para reducir las futuras pensiones y además se han acordado unas medidas para mejorar los ingresos de la seguridad social y para que los gastos que hoy asume la caja de la seguridad social que corresponden a los Presupuestos se sufraguen por esa vía, así como nuevos derechos y equiparaciones en materia de viudedad, cotizaciones de los jóvenes becarios y mejoras en el régimen de autónomos o a los cuidadores no profesionales de personas dependientes.
 
Sin profundizar en exceso, uno de los argumentos que con insistencia se planteaba en su día por quienes apoyaban aquella reforma del 2013, era el déficit en el que se encontraba la seguridad social y que según los expertos que apoyaban al Gobierno de Rajoy se situaba en el excesivo gasto en pensiones, sin querer tener en cuenta el desplome en los ingresos ocasionado por los efectos de la crisis sobre las pérdidas de empleo y de las reformas laborales con su incidencia sobre la caída de los salarios. Unas pérdidas que tuvieron relación directa en las cotizaciones y consecuentemente agravaron el déficit de las cuentas públicas, al utilizarse además el Fondo de Reserva de la Seguridad Social (hucha de las pensiones) y quedarlo en 2017 en poco más de 8.000 millones, de los más de 66.000 que estaba a finales de 2011.
 
Es una primera parte muy importante lo acordado y habrá que perfeccionar en una segunda, teniendo en cuenta las experiencias de todos estos años y tratando de establecer un marco de financiación suficiente que no esté sometido a los vaivenes políticos, a los ciclos económicos y a las presiones de los sectores económicos y financieros que tienen un claro interés como impulsores de la reforma anterior. Por eso es un buen inicio para actualizar y centrar la financiación aplicando el principio de separación de fuentes de financiación y que las cotizaciones se utilicen para pagar las prestaciones contributivas y no otros conceptos. Como igualmente habrá que ajustar y orientar bien el nuevo mecanismo que sustituirá al factor de sostenibilidad, ahora llamado de equidad intergeneracional, porque el que hoy disfrutemos de una mayor esperanza de vida es una clara y positiva consecuencia del estado de bienestar, por lo que habrá que utilizar unas proyecciones lo más realistas y rigurosas posibles de la evolución del empleo para que de forma progresiva y mantenida se acierte en la viabilidad económica del sistema, para lo que es fundamental un mejor funcionamiento del mercado de trabajo asegurando más ingresos por cotizaciones, lo que repercutirá en una mayor sostenibilidad del sistema público de pensiones.

Hace unos días en el camino hacia la concentración para condenar el asesinato del joven Samuel, charlaba con dos de los pensionistas que se movilizan periódicamente exigiendo unas pensiones dignas. Me comentaban que si la sanidad se financia con las aportaciones de todos los ciudadanos a través de los impuestos que pagamos, las pensiones no podían ser la "pata" más debil del estado de bienestar. Aplaudían el acuerdo y me decían que ahora al menos no perderían poder adquisitivo cada año, porque lo del factor generacional a ellos ya no les tocaba.
 
Buscando en la hemeroteca rescaté un artículo que escribí en el año 2013, que me publicó el diario "HOY" y que titulé "Pensiones y Sostenibilidad". Lo terminaba con una alusión a un cartel de un joven en una manifestación con una frase que decía "Queremos vivir como nuestros padres". En aquel año se inició un proceso para desmantelar el sistema público de pensiones que el acuerdo firmado ha conseguido que no se produzca y confiemos que los "tiburones financieros" con sus presiones, no consigan reiniciar. Ahora con el ejercicio del consenso y del diálogo debería reforzarse para que nunca más el sistema público estuviera en peligro, teniendo en cuenta el fondo de la cuestión, porque el problema de la seguridad social no es de gastos, sino de ingresos y eso tiene mucho que ver con que haya más empleo de calidad y por tanto se produzcan más y mayores cotizaciones fundamentalmente.

domingo, 4 de julio de 2021

De lo cotidiano....

Cuando empecé a escribir y reflexionar en este Puente hace poco más de diez años, me propuse hacerlo siempre de forma sencilla y lo más natural posible. Como dice la cita, se trataba y así sigue siendo de compartir. Compartir y reflexionar de forma crítica sobre lo que la experiencia del día a día me aporta, sobre lo que pienso y valoro, sobre la experiencia de la vida que es la escuela que sigue siendo un espejo desde el que observar y mirarse. Es como preguntarse a diario, no para encontrar las respuestas que no existen, sino para mantener esa conciencia y alimentarla desde el espacio interior. Son reflexiones que un día decidí escribir en cualquier espacio en blanco, a veces en un folio durante una reunión, en un curso o una jornada, mientras hacia que escuchaba o tomaba notas antes de cansarme de escuchar a alguno que trataba de estar en posesión de la verdad. Hasta es posible que no se comparta esto, pero cuando se trataba del turno de preguntas o de valoraciones y me daba cuenta de que eran vagas o sin profundizar en la temática, pero que todo se aplaudía, empezaba a pensar que algo no debía funcionar bien porque no era posible entonces y creo que tampoco ahora, que hubiera tal unanimidad. Nunca creí ni creo en la unanimidad y de existir siempre pensé que no sería buena, porque casi todo lo que vemos o pensamos tiene al menos dos visiones y no se cuantas versiones. Ahora se dice con mucha frecuencia, que todo está lleno de matices.

Estando en una sala de espera de un hospital se pueden escuchar las conversaciones de los familiares que esperan pacientes tener información de su familiar. Ventanas abiertas, pero la naturalidad de la gente hace que inicies conversaciones como si fueran conocidos de hace algún tiempo. Será la naturalidad una de las características tan nuestras y de nuestra gente, que por ello nos hace diferentes o especiales. Siempre he dicho que tenemos un maravilloso patrimonio y el más importante ese ser como somos. La espera se hace más amena. La conversación es natural y como el tiempo de espera se alarga y la información no llega, hay una herramienta que hoy todo el mundo guarda, que hace la espera del tiempo más llevadero. Bueno, durante un tiempo, porque la paciencia tiene su espacio y se agota.

Se escucha una voz y se queja de que estamos bajo mínimos y los fines de semana son muy fuertes. Se produce el cambio y el que entra pregunta y el que sale contesta. Que pases buena guardia. Otra voz de una familiar se queja y suelta aquello de que los ciudadanos pagamos las consecuencias de los políticos. Más recursos y medios hacen falta y que el dinero que pagamos, no se emplee para pagar chiringuitos y defender el idioma y crear embajadas catalanas. Es la naturalidad de la gente, pero en un tiempo tan polarizado este tipo de conversaciones espontáneas o influenciadas por el ruido de lo que pasa, creo que están penetrando más de lo que parece en el sentir de los ciudadanos y hay ejemplos que lo reflejan a diario.

Y es que está sucediendo que toda la gente se cree en posesión de la verdad y practicamos el deporte nacional de criticar porque es lo más fácil. A veces con mucha razón, pero es cierto que esta situación y este clima quizás nos lleva a simplificar en exceso el diagnóstico. Es como si el crecimiento de la antipatía en general hubiera crecido más que el espacio de la afinidad. Y esto nos está llevando a un circulo perverso, donde no valoramos la realidad de la situación de gravedad en la que estamos y a no valorar suficientemente los esfuerzos que se están haciendo por los gobiernos en controlar esta situación que vuelve a azotarnos con cientos de contagios. Unamos todo esto al tiempo que llevamos y el resultado puede ser que no reconozcamos ni siquiera la victoria de haber conseguido una vacuna y que el proceso de vacunación esté cumpliendo con creces las previsiones.

Como decía al principio, de existir la unanimidad soy de la opinión de que no sería buena. Pero hoy deberíamos obligarnos todos a que en lo individual y en nuestro entorno social, laboral y político buscáramos acuerdos que nos ayudaran a resolver esos problemas que desde lo cotidiano de la vida tenemos por delante y a partir de ahí, luchar contra la confrontación, que sólo sirve para enfrentar y alimentar el ruido de unos cuantos y así romper la sensación de aquellos que se creen con el monopolio de la verdad.