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domingo, 29 de agosto de 2021

Un viaje en el tiempo....

En estos días del mes que está a punto de terminar, nuestros pueblos han recibido a muchos extremeños que un día tuvieron que emigrar. Es seguro que no hay un pueblo en toda Extremadura que no haya sufrido la emigración. Hay extremeños repartidos por todo el mundo. Podríamos decir que siempre ha sido así. Ahí está la historia para comprobarlo. Desayunaba hace unos días en una de las dos grandes plazas que tenemos en mi pueblo y con la distancia debida, escuchaba a unos garrovillanos en una de las mesas cercanas. Sentados y hablando como si estuvieran solos. Es una forma de reencontrarse después de mucho tiempo sin verse, de recordar un tiempo y de compartir momentos. El tiempo no hace olvidar las buenas costumbres y uno de los buenos momentos posiblemente sea en la tranquilidad de esas horas del día.

En uno de esos paseos que nos llenan de recuerdos, pensamos en aquel tiempo de la inocencia de la edad cuando te pones a recorrer aquellas primeras calles donde aprendistes a andar. Aquellas escaleras que corrias para no llegar tarde a la clase después de haber jugado un rato antes. Aquellos pupitres de madera que no te permitían guardar distancias y que cuando te movías te delataban. Aquellos momentos del recreo que pasaban tan rápido. Aquellos días en que tocaba paseo y salir a cualquier parte como forma de compartir, de aprender otras cosas que a veces no se encontraban en los libros. Aquellos días en que como cualquier niño, no te dabas cuenta de que el tiempo estaba pasando y que poco a poco ibas creciendo y viviendo nuevos espacios que nos regalan los años. Viviendo, sintiendo, emocionándote porque empezabas a tener sentimientos de vivir la libertad que el tiempo y la edad te estaba dando.

Es un viaje en el tiempo. Es un volver al camino de la memoria donde afloran los sentimientos del interior de una etapa maravillosa de la vida. Es volver al espacio del inicio de la vida y de conseguir que la emoción rompa y se exprese de forma natural. Es una forma de vivir la libertad emocional que te permite vivir unos segundos de paz interior. Es un ejercicio que al practicarlo nos fortalece y al mismo tiempo nos pellizca como forma de expresarnos, haciéndonos romper con la cultura del silencio y consiguiendo que nuestras emociones no se repriman y puedan ser escuchadas, entendidas y compartidas.

Y en esos momentos, en muchos, pero en uno de esos recuerdos de estos días me veo sobre tu espalda. Te lo decía sentado a tu lado y aunque me mirabas, no sé si me escuchabas papá. Subido en tu espalda por no poder andar. Un corte de cristal profundo en el tobillo izquierdo. Así durante algunos días. Con esa fuerza que muchos de tus compañeros de trabajo me han hablado muchas veces. Así nos enseñastes y así te vimos. Así siempre en esa fortaleza sobre la que aprendimos a vivir, a sentir y a crecer, a vivir con humildad y libertad como tú querías. En ese apretar la mano de estos días como forma de seguir agarrado al rio de la vida. En esos ojos que abiertos o cerrados quieren seguir mirando, aunque estén perdidos en ese interior de baño de lagrimas que sienten al humedecerse. Unas lagrimas que expresan lo que las palabran ya no dicen, pero unas manos que siguen apretando nuestros dedos con la fuerza que te queda, para seguir sintiendo en el tiempo la sangre que sigue recorriendo tus venas.

En mi zulo y escuchando el cd de la música del órgano renacentista de mi pueblo recordaba estos últimos días. Una música que al escucharla, es como si te transportara a otro tiempo. A ese tiempo de silencio agarrándome la mano y mirándome sin verme. Mirando quizás a ese tiempo de esa fortaleza que aún reconociendo la edad y otros problemas, sigues queriendo sentir. Es posible que tu cuerpo esté haciendo una pausa para tu silencio y como estos últimos años sigas queriendo estar sin molestar, sin quejarte, sin saber si ese estado es acaso la expresión de tu mirada perdida, de tus ojos llorosos y de tus manos desnudas y blancas....de ese viaje del tiempo recorrido y que está llegando....como nos llegará a todos cuando el rio de la vida así lo quiera.

domingo, 22 de agosto de 2021

Contra el totalitarismo de la indiferencia....

Estamos en el mes de agosto de cada año y cuando una gran parte de nuestro país está con la persiana bajada o las puertas cerradas, casi siempre suceden  acontecimientos que consiguen que nos pongamos a preguntarnos o reflexionar sobre algunas de esas cosas que pasan en el mundo. O así debería de ser, que digo yo. Un conflicto internacional, un terremoto que nos inunda a todos, un virus que sigue moviéndose y causando muertes y contagios, un montón de incendios repartidos por todo el país, el precio de la luz que sigue subiendo y marcando récord un día sí y otro también y un extenso mundo de historias que nos pueden o deberían conmover, porque en este mundo hay historias que siendo reales, tengo la sensación de que no conmueven a todos por igual. Será que tenemos cada uno nuestra propia historia que también es así, pero no deberíamos dejar de movilizarnos y actuar cada uno dentro de la mejor racionalidad posible para no dejarnos llevar por el totalitarismo de la indiferencia.

Y así sucede que todas estas noticias copan las páginas de todos los medios. Las leemos, escuchamos, las vemos y nos convertimos en personas más solidarias con algunas de las mismas. Las imágenes nos impactan y podemos visualizar dentro de lo posible el horror de lo que puede estar pasando. Algo mucho de lo que está pasando en Afganistan tiene su referencia en lo que pasó un septiembre de hace veinte años. Dos décadas después de la invasión y ocupación por parte de una coalición internacional liderada por Estados Unidos, ahora las tropas americanas se retiran y dejan en la más absoluta desventura como estamos viendo a todo un país, donde la población se agolpa en el aeropuerto e intenta huir, temerosa del código de los talibanes que es especialmente cruel con las minorías y sobre todo con las mujeres.

Y mientras ello moviliza conciencias y consigue aunar criterios sobre la ayuda a prestar a los cooperantes, colaboradores y familiares de aquellos que estuvieron ayudando en aquel país, la respuesta y posición de todos los países y de los responsables políticos no es la misma. Lamentablemente siempre sucede, hay quienes pasan de las palabras a los hechos y otros que se quedan en palabras. Nuestro país ha estado en la disponibilidad de las palabras desde el principio para pasar a los hechos inmediatamente, posibilitando un espacio logístico para acoger y ayudar en la repatriación de los ciudadanos que han estado durante muchos años ayudando y gestionando una mejor posibilidad de proyecto de vida y de país.

Puede ser el calor de estas temperaturas que nos quema, puede ser que sea este mundo que nos está convirtiendo en seres cada vez más individualistas o puede ser que los que critican y los chismosos hagan más ruido que los que nos motivan o nos ayudan, pero el horror de los talibanes en Afganistan debería hacernos despertar una conciencia colectiva solidaria, no limitada tan sólo a permanecer sorprendidos ante lo que vemos. Y es ahí en ese espacio de lo común, donde cada uno podemos reforzar nuestras convicciones y compromisos como ciudadanos, aplaudiendo en nuestro caso como país la posición y disponibilidad practicando con palabras y con hechos nuestra solidaridad.

Leía en un libro hace años una historia en la que durante mucho tiempo una vez por semana, unas mujeres se encontraban y compartían para hablar de literatura. Se despojaban de los velos y de los mantos obligatorios y estallaban en colores. Ese estallar en colores, eran unas horas en las que el tiempo se convertía en libertad, en las que el régimen de autoridad quedaba suspendido y en el que la complicidad les permitía gozar de un punto de libertad al leer y analizar libros prohibidos por las autoridades islámicas....un pequeño espacio de unas horas en el que podido volver a encontrarme al leer las palabras de la basquetbolista afgana que decía "los talibán tienen sus propias leyes y no permiten a las mujeres ir a la escuela ni a la universidad, ni trabajar ni siquiera hacer deporte"....Sólo ir a la escuela, a la universidad, trabajar, practicar deporte....Solo derechos, como todo el mundo, que con ese régimen no pueden llevar a cabo.

domingo, 8 de agosto de 2021

Una historia real....

Hace unos días escuché una historia por la radio. Venía de vuelta a Badajoz después de todo un día en el hospital de Cáceres. Se trataba de un testimonio en una cadena de radio. Una conversación de la hermana de un negacionista que se encuentra en la UCI. La conversación me impactó por ser una historia real. Y no sólo real por estar contándola en primera persona que siempre resulta más conmovedor, sino porque expresaba con todos sus sentimientos el problema de su hermano....Ojalá me hubiese vacunado!!!. Es parte del texto que le envió a su hermana cuando le confirmaron que tenía COVID. En los muchos días de esta historia real que llevamos sufriendo durante año y medio hemos escuchado o vivido muchas de ellas. Quizás el haber estado durante muchas horas en ese día en un hospital te hace más reflexivo. Las horas en un hospital siempre se nos hacen más lentas, como si se detuviera el tiempo. Por el camino lo pensaba y más cuando cuando se trata de un viaje por la noche. Me resultó impactante. Pensé que era una historia que había que compartir y dar a conocer, porque creo que es positivo que este tipo de historias reales sean compartidas y escuchadas. Y más cuando se trata de un tema de tanta actualidad y trascendencia.

Nunca podremos agradecer lo suficiente a los científicos el haber conseguido en tiempo récord las vacunas. Estuvimos tanto tiempo deseando tener las vacunas que quizás y debido a la extensión de la pandemia, no hemos sido capaces de valorarlo como se merece. Cuando te encuentras con una noticia como esta lo piensas más. Pero no en si hay efectos secundarios o no, si tiene un tanto por ciento de inmunidad u otro, si el ruido que bulle en las redes sociales acerca de las distintas vacunas te podrá o no, porque lo que está claro y es real, es que las vacunas salvan vidas y aunque no lleguen a frenar totalmente los contagios, sí pueden evitar acabar en las UCI. Y ahora que una nueva ola, la quinta!, está poniendo en peligro la atención primaria y la actividad hospitalaria, los sanitarios a los que aplaudimos y agradecimos su esfuerzo nos piden más responsabilidad para evitar contagiarnos, porque aunque la situación no sea la misma que en los primeros meses, sí que no hay que tener dudas: la vacunación sirve para reducir la gravedad de la enfermedad pero hay que seguir siendo responsables y cumplir con las medidas de protección individuales.

En el viaje recordaba conversaciones de otros ingresos. Hay mucha diferencia entre lo que pasamos en marzo-abril del año pasado y lo que estamos pasando ahora, pero hay algunas cosas similares. Entonces nos pilló desprevenidos y no se sabía cómo actuar por parte de los servicios sanitarios y por parte de los ciudadanos, pero hoy las cosas han cambiado. Aunque es muy necesario que los sanitarios sean reforzados, porque vamos a seguir teniendo que convivir con esta pandemia. Pero hoy lo que ha cambiado sobre todo, son quienes están ingresados. Antes nadie estaba vacunado y no se podían evitar ingresos, pero lo inexplicable es que hoy habiendo vacunas haya gente que no quiera vacunarse. Me lo decían los sanitarios. Muchos de los que están ingresados son gente que no se ha puesto la vacuna porque no se la han querido poner.

Cada día es mayor el debate sobre la obligatoriedad o no de las vacunas. Algunos países como Francia lo ha aprobado para algunos colectivos concretos e incluso el equivalente del Tribunal Constitucional español ha avalado el pasaporte covid. Otros países europeos y americanos se lo están planteando para colectivos como el sanitario o el personal de residencias de momento. Algunas Comunidades Autónomas lo están valorando y han solicitado que se legisle sobre ello, para que prevalezca el interes general de la salud sobre el interés o decisión individual de no vacunarse. Se está hablando sobre la necesidad o no de una tercera vacuna para algunos supuestos e incluso en algunos sitios se plantea o se exige el certificado COVID para poder acceder a instalaciones y lugares de ocio. Cuestiones todas ellas tanto a nivel internacional como nacional que deben ocupar y preocupar para que cuanto antes haya una decisión que unifique los criterios, las decisiones y de lugar a actuaciones.

El sistema sanitario ha funcionado con todos los déficits estructurales conocidos de falta de recursos y de profesionales, pero hoy tenemos que aplaudir a nuestro sistema en todo el país y ahí están las últimas cifras de vacunación que nos dicen que España es el primer país del mundo en cuanto a porcentaje de población vacunada dentro de los grandes países. Pero conviene cuanto antes actuar. La historia real y que estamos escribiendo cada uno, nos está diciendo que no podemos pararnos. Que hay que fijar criterios y ser diligentes, porque el virus continúa y no paran de salir nuevas variantes, por lo que es mejor actuar y unificar criterios, porque esta historia no se resuelve igual si somos todos, que si somos unos cuantos.

domingo, 1 de agosto de 2021

Recuperar la empatía....

Y si la pandemia nos estuviera haciendo perder la empatía?....escuchaba esta pregunta hace unos días. No se puede generalizar una respuesta afirmativa a la misma, pero tengo la impresión de que hay cosas que la pandemia sí nos está haciendo no valorar todo lo que se debería, porque la empatía no trata sólo de ponerse en el lugar del otro. Es también ayudarnos a ampliar nuestra visión, posibilitar nuevas expectativas y hasta llegar a ofrecernos nuevas posibilidades. La gente habla y creo con razón que lo que estamos sufriendo, va a cambiarnos la vida. Nos la está cambiando ya, porque ya nada volverá a ser como antes. Y creo que esta es una de las conclusiones a la pregunta, porque se producen reacciones y comportamientos que al menos antes si sucedían, no se conocían como ahora.

El clima político en nuestro país no ayuda a que se recupere ese espacio de ponernos en lugar del otro, pero creo que se está empezando a dejar por imposible y no se si ello es bueno, porque siempre hay que dejar abierta una puerta al diálogo. Hay muy pocas posibilidades porque sencillamente no se quiere por parte de quienes están en la oposición. Ni siquiera la situación que sufrimos al principio y que continuamos, lo hace posible. El último ejemplo lo tenemos en esta última semana. Aparecen datos económicos y sociales buenos, también los del proceso de vacunación en nuestro país y ello no merece ni un solo aplauso por parte de quienes aspiran a ser alternativa al gobierno. Las continuas declaraciones negativas y con lo que aparece en algunos medios que despues se exterioriza por las redes sociales, no podemos esperar otra cosa.

Pero uno de esos ejemplos donde se debería producir más empatía lo hemos tenido en esta última semana con la Conferencia de Presidentes. Porque la empatía política en este caso, debería ser ponerse más en el lugar de todos que en el de cada uno, pero casi siempre el territorio tira a la hora de empatizar. El resultado de este tipo de encuentros siempre son de valorar. El que se reúnan los Presidentes de las Comunidades con el Gobierno del país ya es un dato positivo a priori, porque se produce un diálogo y se pueden valorar propuestas y siempre que hay diálogo se producen avances. Después el responsable político se apresura a poner más énfasis en su territorio y también se produce que el político responsable de la Comunidad lo critica o lo aplaude en función de más o menos sintonía política con el Gobierno del país. 

El resumen de esta cita de la España autonómica, plural, federal ...o multinivel, que algunos empiezan a hablar para que nos hagamos más lío y tengamos que volver a polemizar, es una conclusión que tiene más de aplauso y concordia que de polémica. El que las Comunidades puedan gestionar el 55% de los fondos que se recibirán en 2021 y que vayamos a recibir más vacunas de las previstas, consigue que hasta los propios Presidentes de las Comunidades del PP hayan aplaudido con cierta empatía y hayan dejado en muy mal lugar al propio líder del partido, que entre otras razones en su crítica hablaba de la falta de cogobernanza en la futura distribución y gestión de los fondos de recuperación.

Sería muy conveniente que el escenario en el que ya nos encontramos con la recepción de los fondos y su gestión, nos llevara a recuperar un clima de diálogo sin que fuera el ruido el que marcara el camino. Siempre va a haber discrepancias porque son muchos los factores que influirán a la hora de ponerse no en el lugar del otro, sino en el lugar de todos. Estamos ante la oportunidad como país para salir por la senda de la recuperación o continuar por la de la crispación....o es que realmente la pandemia nos ha cambiado tanto que vamos a ser incapaces de seguir valorándolo?...Ya lo dijo Eduardo Galeano "para no ser mudos, hay que empezar por no ser sordos".