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jueves, 25 de julio de 2019

Yo no he sido...

Decía hace tan solo 48 horas que tocaba hablar y que era un sinsentido haber llegado a esta situación de tener que resolver en tan solo dos días, lo que no se resolvió por diferentes causas en casi tres meses. Pues bien, el plazo se cumplió y el resultado ya es conocido. El debate de investidura de Pedro Sánchez ha arrojado más noes que sies y nos vamos si de aquí a finales de septiembre no se arregla, a unas nuevas elecciones. Estoy en que se ha intentado lo imposible por alcanzar el acuerdo, pero de nuevo creo que las estrategias, las desconfianzas, los recelos, los imposibles de las propuestas, los egos y los entornos han podido más que la voluntad del acuerdo. Cuando se produce un fracaso y este lo ha sido, cada uno busca culpables y responsables del mismo y muy pocos concluyen asumiendo su parte.
Porque ha pasado lo que no debía haber pasado. Y sucedió lo que algunos estaban esperando. No había nada más que observar las caras durante la votación para saber quienes querían que hubiera un final como el que se ha producido. La bancada de la derecha, su cara lo decía todo. Sonrientes, deseando que se produjera la votación para tener un argumento más y seguir sembrando, porque tienen más claro hoy que ayer que en noviembre pueden tener su segunda vuelta. Si hay algún grupo que pueda estar aplaudiendo el resultado son los Casado, Rivera y Abascal porque éstos sí son capaces de ponerse de acuerdo. La historia se ha repetido una vez más en nuestro país. Las izquierdas son incapaces de ponerse de acuerdo y las derechas de nuevo toman aire.
Algunos deben preguntarse porqué hemos esperado tres meses para que sucediera lo que ha sucedido. Algunos con altas responsabilidades otorgadas por el voto de los ciudadanos han respondido con su voto frustrando las esperanzas de millones de españoles. Es verdaderamente decepcionante y frustrante lo reproducido en el Congreso en estos últimos días. Aún así, creo que hay un paso que hay que dar cuanto antes. Hay que cicatrizar las heridas provocadas por las conversaciones y el debate. Considero que es urgente ponerse a hacerlo cuanto antes, porque si no estaremos abocados a un nuevo fracaso a la vuelta del verano.
Hace unos años en una viñeta se preguntaban dos ciudadanos lo siguiente: Qué hemos hecho los españoles para merecernos esto?”, preguntaba uno de los personajes. El otro le respondía: “Nada. Y por eso nos lo merecemos”...Muchos ciudadanos se estarán preguntando hoy si lo que decidieron con su voto ha merecido la pena. Muchos es posible que hoy les asalten las dudas. Sólo tenemos que esperar unos meses para comprobarlo, pero tengo la impresión de que es posible que muchos que lo tuvieron claro piensen que no volverán a hacer lo mismo. Tiempo al tiempo.

martes, 23 de julio de 2019

Límite: 48 horas...

El título de la entrada podría ser confundido con el de una película estadounidense de 1982, pero nada más lejos de mi reflexión en la que trato de aportar una lectura del porqué estamos a la altura que estamos y ahora nos encontramos que después de casi tres meses de que se celebraron elecciones generales en nuestro país, tenemos que resolver una situación excepcional en tan solo 48 horas. Sólo dos días para tratar de llegar a un acuerdo político y de gobierno que pueda hacer posible que en España podamos tener Gobierno y no haya que ir a nuevas elecciones. 
Me parece increíble que hayamos dejado pasar tres meses y encontrarnos en la situación actual. Desconozco si ahora que hay tantos estrategas, community manager, articulistas y opinadores se ha entrado en esta materia, pero me parece importante manifestarlo para decir que este es uno de los fracasos de las reuniones discretas y prudentes. Así nos lo contaron a principios de mayo. La prudencia y la discreción serán las señas de las negociaciones. Ya lo vimos en el debate de ayer por la tarde. A cara descubierta y en caída libre, nos hicieron públicas todas sus diferencias y reproches. Se volvió a poner de manifiesto el déficit de confianza que los dos principales líderes de la izquierda se tienen. Ni colaboración, ni cooperación ni Gobierno de coalición.
En estos dos días se ha hecho público un manifiesto de un grupo de escritores, actores, directores de cine, músicos y periodistas en el que exigen al PSOE y a Podemos que se pongan de acuerdo ya para evitar que unos nuevos comicios puedan llevar a la derecha al poder. La ciudadanía expresó a través de sus votos un mensaje claro que obligaba a los partidos a entenderse. Nadie obtuvo mayoría suficiente como para gobernar en solitario y encuestas posteriores insisten en que la gente prefiere que haya acuerdos entre progresistas. Es el momento de pactar, entenderse, ponerse de acuerdo. Es el momento de hacer política para la ciudadanía, porque de no conseguirse ese acuerdo no tengo dudas de que si hay nuevas elecciones, la derecha conseguirá un mejor resultado y es posible que estemos adelantando su recuperación y hasta qué punto, su regreso al poder. 
Quedan 48 horas para conseguirlo. Es un sinsentido haber llegado a estas alturas y encontrarnos en esta situación. Pero ahora toca decidir. Ahora hay que dejar las estrategias y el postureo fuera del tablero de juego y hay que tomar decisiones. Decisiones que la mayoría de los ciudadanos esperan y desean de quienes son sus representantes. Toca hablar, pero sobre todo se trata de acordar. En este mundo no se consigue nunca lo posible si no se intenta lo imposible una y otra vez, y la política es el arte donde todo es posible.

domingo, 21 de julio de 2019

El sonido del silencio...

Hay ocasiones en que el tiempo parece que se detiene, como si no pasara nunca y es falso, porque el tiempo no se para, sigue su curso normal. Los segundos, los minutos y las horas tienen la misma duración. Pero a veces, el tiempo nos parece eterno. Es como si se detuviera. Algo de ello debió sentir la Ministra de Economía hace unos días ante una pregunta en una cadena de radio. A veces, tan sólo cuatro segundos deben parecer eternos. El tiempo se ha parado, debió decir la Ministra.
En mis ratos de lectura tranquila observo cómo pasa el tiempo. Desde la terraza observo a "pepi" encerrada en su jaula. No dice nada, sólo se mueve de vez en cuando. Se queda quieta como imagino que haría en el campo si viera quizás algún peligro. Lo hace para que no se note su presencia o para decirte que no quiere compartir su espacio. Que incluso le molestas que estés cerca. Se queda observando y a través de su mirada desconfiada, se queda encogida. Convive con nosotros desde hace algunos años y ya estamos todos acostumbrados a su presencia y ella a la nuestra. Ha debido comprender que compartir el espacio de la fresca por la mañana, permite escuchar los sonidos del silencio.
Muchas veces los silencios hablan más que las palabras. Muchas veces el silencio es la indiferencia. En otras ocasiones, el silencio es no saber qué decir, es no querer reconocer un error. Otras veces, el silencio se convierte en una defensa; en un escudo con el que quieres protegerte. El silencio es un momento por el que todos pasamos en alguna ocasión. El silencio hay que tomarlo también como algo natural en las personas. Podríamos decir que son esos segundos que pasan, que te parecen eternos porque no quieres dar una respuesta o consideras que no debes anticipar algo que puede ser importante. En muchas ocasiones, también el silencio se puede convertir en nuestro mejor amigo, en nuestro gran aliado para conocernos a nosotros mismos. Será cierto que los silencios también hablan y si hay un lugar donde los silencios se guardan es en el espacio público de la política.
De joven me gustaba y siguen gustándome escuchar las canciones de "Simon&Garfunkel", un dúo estadounidense de música pop. Una de sus canciones más famosas es "The Sound of Silence». Durante la canción., le hablan a la oscuridad y saludan el volver a hablar otra vez. Una oscuridad que dejó sus semillas mientras dormía y la visión de entonces, aún permanece dentro de los sonidos del silencio. Dicen que en este mundo hay gente hablando sin conversar y gente oyendo sin escuchar, pero nadie ha osado molestar a los sonidos del silencio.
Hay quien dice que el silencio es también un modo de comunicación, incluso más efectivo que cualquier palabra o frase que podamos decir. A veces es una cualidad innata en las personas que saben aguardar ese momento para no convertirse en rehén de sus propias palabras. Quizás será por aquello de que "la palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio preciso" (Mark Twain). 

domingo, 14 de julio de 2019

Déficit de confianza...

En esa manía de escribir en el interior de los libros, durante estos últimos días he estado repasando algunos de los escritos que había realizado en los últimos años. En un libro de Josep Ramoneda titulado "Contra la indiferencia", escribí hace nueve años que había que reivindicar la actuación crítica frente a las amenazas y una de esas amenazas que señalaba era la de la indiferencia.
En el mismo se refleja la lucha del individuo que es capaz de pensar y decidir por sí mismo, aquél que no acepta las ideas recibidas como verdades absolutas y aquél que frente a la actual sociedad de los creyentes que divulgan sin más el discurso del "líder", no repara en seguir profundizando en mantener en los argumentos de la reflexión, su esperanza de que la sociedad exprese su hartazgo y se rebele contra el totalitarismo de la indiferencia.
Durante estas últimas semanas los medios de comunicación están muy atentos a las reuniones que se mantienen en torno a si tendremos gobierno del país antes de que acabe el mes de julio. Hay que recordar que pronto se cumplirán tres meses desde que se celebraron las elecciones generales. Que se consideró que por la proximidad de las autonómicas de mayo, no se hablaría hasta que éstas no se celebraran, pero de estas hasta la fecha de hoy se van a cumplir en pocos días dos meses. Hay que llamar la atención porque entre otras razones, los presupuestos actuales son los prorrogados de cuando gobernaba Rajoy y muchas de las políticas sociales no podrán llevarse a cabo o seguir gobernándose a golpe de reales decretos.
Escuchaba en este tiempo de cierto relax y tranquila lectura que las desconfianzas y los recelos se mantienen entre las fuerzas de izquierda y que en el lado de las derechas sin embargo, las diferencias se están acercando a su fin. Suele decirse en estos casos que el poder acerca y que en las derechas lo tienen más claro que en las izquierdas.
Tiene relación el título de la entrada con la esperanza de que la reflexión serena y un último análisis de lo sucedido en los encuentros-desencuentros de éstos últimos días aclare de una vez por todas el escenario y podamos hablar del necesario último encuentro con el acuerdo conseguido, porque nadie a estas alturas debería estar tan ciego para que siga dejando pasar el tiempo y llevarnos a después del verano con esta incertidumbre y con un resultado absolutamente incierto que podría llevarnos a un desenlace aún más desconocido e imposible de resolver. 
En estos tiempos de una cierta cultura materialista donde el egocentrismo aparece con demasiada frecuencia, sigo pensando que es fundamental romper ese déficit de desconfianza y creo que ello se consigue siempre cuando se quiere, porque si no se quiere, lo que se hace es buscar excusas, como lo de inventarse preguntas a los creyentes y seguidores de las verdades absolutas.

domingo, 7 de julio de 2019

Caminante no hay camino...

El título como todo el mundo reconocerá es un poema de Antonio Machado. Es un poema escrito y que Serrat suele cantarlo en sus actuaciones. Quién puede resistirse a canturrearlo y no acompañarlo!. El año pasado en el maravilloso marco del teatro romano de Mérida lo estuve viendo con mi hija Lidia. Sencillamente única la experiencia que pudimos compartir juntos. La recomiendo. Lo he escuchado muchas veces y siempre me quedo en la reflexión de esas palabras, de ese camino de la vida que todos vamos recorriendo..."caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar"...un poema que nos marca una reflexión sobre la vida, porque la vida, es un camino que no está marcado y nosotros, a medida que vamos recorriendo esos caminos, vamos marcando los pasos y el destino que tomará nuestra vida.
Cuando hace unos días, en una de mis últimas entradas reflexionaba sobre el entorno, lo hacía siendo consciente de que tenía que tomar una decisión. Porque el entorno tiene mucha influencia y hay que intentar que sea cual sea la decisión, no dejarse arrastrar por él. Es lo que dice el poema de Machado, hay que aprender de ese camino y seguir las huellas con tu identidad. Pienso que nuestra vida es algo similar y a medida que abrimos camino, estamos creando el propio, que no es ni mejor ni peor, pero es el que uno ha creado caminando.
Dentro de mis manías de escribir en el interior de los libros, recuperaba unas palabras de hace unos ocho años. En ellas escribía sobre los apoyos, las propias fuerzas, los recursos y resaltaba que en este mundo complejo que compartimos las personas, hay que luchar cada día con pasión e ilusión por intentar cambiar las cosas. Con la confianza en uno mismo, como uno de los mejores argumentos para cambiar, para poder desarrollar las experiencias de la vida, para poder abrir la esperanza y reivindicar, siempre reivindicando el camino como presente, recordando y teniendo en cuenta el pasado, pero evitando que nos obsesione, ni él ni el futuro, a la hora de marcar nuestro destino.
La vida está llena de experiencias. Puedo decir que en esta última etapa he vivido y compartido muchas. He querido empaparme y beber de la sabiduría de mucha buena gente. Gente comprometida, con valores y valientes. Buena gente que he tenido la suerte de conocer, con la que he tenido la ocasión de trabajar, aprender, convivir y compartir un tiempo apasionante. Suelo responder a la gente que me ha preguntado, que en estos cuatro años he hecho un máster. Sí, con toda humildad lo digo.
Mientras escribo esta entrada...suena Serrat y reflexiono sobre el apasionante camino de la vida, de nuestra vida, de la de cualquiera de nosotros, porque realmente solo importa lo que se vive. Como dice la canción..."todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos...caminos sobre la mar".