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domingo, 25 de abril de 2021

Más justicia, más democracia....

Hace pocos meses fue noticia en todo el país la publicación de una carta que un grupo de militares retirados envió al Rey cargando contra el Gobierno y en la que según los medios, se plantearon la posibilidad incluso de un pronunciamiento militar. También aparecieron publicados los comentarios de un grupo de WhatsAp en los que especulaba con la posibilidad de que se diese un golpe de Estado y aquello que decían incluso, de que la única solución a la situación política era "fusilar a 26 millones de hijos de puta". Y aunque no tiene nada que ver, aunque pudiera tener un "hilo" aquella carta de los militares retirados con lo sucedido en esta última semana, en la que el Ministro del Interior, el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid y la directora general de la Guardia Civil, reciben una carta con cartuchos de bala en su interior y con unos mensajes en los que se decían cosas como "tienes diez días para dimitir y el tiempo de reirte de nosotros se terminó", "Has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer, tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital", sí que merece la mayor de las condenas. Todos han denunciado los hechos para que se investiguen y todos los partidos políticos, excepto uno, han condenado las graves amenazas recibidas a estos responsables políticos. Son muy fuertes y graves, como para ponerlas en duda, como ha hecho la representante del único partido que no ha mostrado su repulsa y condena por las amenazas recibidas.

Los medios de todo tipo y color nos tienen monopolizados entre las noticias del covid y las elecciones autonómicas, amén de otro tipo de cuestiones como mociones de censura, cambios y dimisiones. Se viene hablando de forma ininterrumpida de unas elecciones a las que se les ha subido el nivel de autonómicas para subirlo al de nivel nacional. Y se está hablando de la polarización del voto y de las posibilidades de los dos ejes, derecha e izquierda. Y todo apunta que lo sucedido en estos últimos días va a conseguir que se movilice mucho más el voto, que en definitiva, es la decisión de los ciudadanos.

Pero no es la palabra como tal, es la decisión del voto de los ciudadanos lo que dejará fuera a los intolerantes, porque palabra ya hemos comprobado que van a seguir teniendo en las Instituciones. Y aquí seguirán mientras tengan voto, desprestigiando con sus actos y su palabra a la política. Porque les supone poco el que se les critique y les significa mucho el que se queden sin acreditación, porque si se quedan sin acreditación, se están quedando sin altavoz. Y mientras ello sucede hay que decirles que si no condenan, no tienen que tener audiencia.

Hoy las redes sociales son un caldo de cultivo para los radicalismos y los extremismos por un lado y por el otro. Todos recibimos mensajes de grupos de WhatsAp en los que se "aplauden" gestos, chistes y actitudes que infravaloran el mensaje. Que no se denuncian y están atentando contra los derechos y la dignidad de las personas y otras cosas. Hay quienes se ríen y hasta les hace gracia y los difunden sin sentido, sin pensar en los efectos que pueden llegar a tener. Hay quienes lo fomentan siendo conscientes o no, pero al difundirlos, no se están dando cuenta de que están colaborando al efecto que buscan quienes lo hacen. Así ha sucedido una vez más con el efecto de las balas que han recibido los políticos a los que antes aludía. Es indignante y vergonzoso, como poco, el uso que se está haciendo con ello.

Pero quizás con todo esto que está pasando, se está llegando a unos límites que yo al menos tengo dudas de que los hayamos alcanzado, siendo graves como los actuales, que lo son. Es muy preocupante el discurso del odio y la violencia que algunos han instalado en nuestro país. Quizás siempre estuvo presente y desde hace unos años ha dejado de estar ausente, para convertirse en algo en que lo más peligroso es que la sociedad y los ciudadanos se acostumbren y lo vean como algo que hay que soportar. Es el problema de esa frase que dice "es lo que hay". Más justicia y más democracia porque lo sucedido es muy peligroso, porque no hay equidistancia posible entre el fascismo y la democracia para cualquiera que de verdad defienda la palabra libertad.

domingo, 18 de abril de 2021

Hay que cambiar....

La semana pasada recibía un comentario de una amiga a mi última entrada en el blog. Me respondía diciéndome lo necesario que es aislarse del ruido. Un ruido que se escucha y que oculta muchas cosas. Hay que entender que ahora como nunca, los políticos están soportando mucho ruido en todos los sentidos. Y no es sólo un ruido mediático, que también, es otro tipo de ruido que está impactando y haciendo mella en el interior de los ciudadanos. Es el tiempo en forma de ruido que esta situación está acumulando y que nos está llevando a una mayor soledad y distanciamiento, aparte de otros efectos secundarios que no aparecen en ningún prospecto. Parecerá algo "soso" pero estamos hasta hartos de saludarnos con los codos, porque nos enseñaron a dar muestras de nuestro afecto con besos y abrazos, no de otra forma.

Pero la vida sigue y por ello hay que tratar de seguir intentando cosas que recuperen la empatía y la cercanía con la gente, porque aún no hemos aprendido a vivir y sentir de otra forma. Porque aunque sigan apareciendo mensajes que tratan de decir mucho, dicen más bien poco porque ya no llegan como antes. Es posible que el marketing se haya impuesto, pero como le pasa a todo lo que se trata de imponer, ello no significa que termine de convencer. Porque esta situación está hasta cambiando eso, porque sólo se habla o se transmite para los propios y eso ya no convence ni a los mismos.Y es que uno de los cambios que estamos experimentando es que cada vez nos asombramos menos, porque no toda la información es válida y aunque podemos tener mucha, no todo lo que se dice enriquece nuestra experiencia. 

Ahora que estamos en otros tiempos, es momento de no hacer lo mismo que se ha venido haciendo porque entonces podremos cambiar algo, pero no cambiaremos nada. Es un matiz importante, para diferenciarlo de una de las frases más pronunciadas y comentadas en todos los tiempos "si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie". Lo que esperan los ciudadanos de los políticos es no solo que se produzca si es posible la recuperación económica en el menor plazo posible, sino que esta afronte con resultados concretos, cambios que consoliden la prosperidad para las próximas generaciones y por ello quizás debería formar parte del paquete de las propuestas, la evaluación de lo que hasta ahora han representando los fondos para una región como la nuestra y repensar donde invertir siendo conscientes de que hoy todo cambió, pero teniendo en cuenta que Extremadura no podría tener muchas de las grandes infraestructuras que hoy tenemos sin haber tenido la solidaridad de la Unión Europea.

Y como en los próximos diez años nos encontraremos en una situación de recepción de fondos que permitirá construir y realizar esos cambios, deberíamos aprovechar bien nuestros recursos. Venimos diciendo que tenemos unos recursos de los que muchos carecen. Y es por ello que estos recursos deberían ser la palanca de cambio que ayudara entre otros objetivos a fijar la población. También a invertir en nuestra calidad de vida, que la tenemos, pero que esta crisis ha profundizado dejando muchas heridas, que deberían servir como lección para profundizar en mejorar los servicios esenciales. También impulsando nuestras ventajas competitivas basadas en los recursos naturales que disponemos y que no todas las regiones disponen, para conformar y fomentar un desarrollo y cambio del sistema productivo. También profundizando en nuestro sentido de la pertenencia, para creernos de una  vez aquello de no ser menos que nadie y conseguir a través de la innovación, que todo aquello que tenemos y producimos, conseguirlo fabricar y comercializar desde el territorio. Porque hay que conseguir que esa cadena de valor que son y que pueden representar nuestros recursos, se convierta en una cadena de oportunidades de desarrollo y de oportunidades de empleo para que nuestros jóvenes no se tengan que marchar.

Y como hay que hacer realidad el final de la frase para que las experiencias acumuladas no se pierdan, sino que se enriquezcan, hay que hacer las cosas bien. Tenemos la experiencia, tenemos los recursos y hoy sentimos ser capaces de producir el gran cambio que venimos diciendo querer realizar desde hace años. Porque aunque nadie tiene las respuestas para todo, sí que deberíamos pensar en las enseñanzas de estos últimos años, porque nuestra próxima realidad puede cambiar más rápido de lo que nos parece y no nos podemos permitir que nos vuelva a desnudar, porque se lo debemos entre otros muchos, a aquellos que se fueron hace 50-60 años en busca de una oportunidad para crear su proyecto de vida.

domingo, 11 de abril de 2021

Aislarse del ruido....

Me propongo en muchas ocasiones cuando me siento a escribir mi post no hacer caso del ruido permanente en el que nos tienen instalados los políticos y la prensa mediática. Trato de ponerme tapones en muchas ocasiones para no tener la sensación de que todo tiene que circular de lo que unos pocos quieren. Trato de situarme en un espacio en el que no todo lo que escriba sea la repercusión que está suponiendo la pandemia. Es difícil, porque vivimos un tiempo complejo y que además está situado en una posición de competición y casi nunca o muy pocas veces, de cooperación.

Porque como estamos viendo en los últimos días nos preocupa y mucho el proceso de vacunación y el poder llegar cuanto antes a esos porcentajes de inmunidad para tener un poquito de "normalidad". Pero hay otras preocupaciones de las que no se habla o sólo cuando aparecen los datos del paro y que está profundizando en la precaria situación de muchos trabajadores que aún siguen en ERTE, en la auténtica selva en que se está convirtiendo el mercado laboral con la utilización masiva de contratos temporales y por horas, en la precaria situación de muchos de nuestros jóvenes que acabada la Universidad están esperando una oportunidad y que son utilizados para suplantar a trabajadores con contratos como becarios y con una gran cantidad de parejas jóvenes que apenas llegan con sus salarios para poder pasar el mes o el eterno problema de la vivienda, el alquiler y sus precios. Y todo esto que está pasando, también son verdaderas preocupaciones en las que el ruido de fondo de las campañas electorales permanentes consiguen que no aparezcan como tal, a pesar de que me atrevo a decir que la inmensa mayoría de las familias españolas sufren algun caso de estos ejemplos.

Y es que ahora parece que para todo hay una respuesta oficial por la izquierda y otra por la derecha. Pero los ejemplos antes señalados, que son algunas de las verdaderas preocupaciones de la vida de cada uno de nosotros, no son cosa de un "me gusta/no me gusta" como sucede en las redes sociales. Son las cosas importantes en las que la política ha caído en el error de la retórica y de la simplificación. Porque más que hablar de las posibles soluciones que la política debería aportar, le han dado más importancia al lenguaje políticamente correcto y a dejar una frase que estéticamente pueda persuadir. Algo así como que no importa tanto lo que se dice, sino decir algo.

Por ello creo que hace falta más pensamiento crítico y que este debe obligar a la política a profundizar y matizar. A reflexionar más que a hablar por hablar. Hay una necesidad de rearmarse y de humanizar la política para que no pierda una de sus verdaderas razones de ser y de estar en la vida de la gente. Por eso hace falta mucho más que decir que hay una política de la que nos podemos encontrar alejados. Hay que encontrar la política del sentido común y del espacio compartido, pero si queremos recuperar la credibilidad de la política para la gente va a haber que hacer mucho más que declaraciones.

Y en ese espacio de la reflexión semanal traté de alejarme del ruido mediático con mi caminata, para encontrarme al menos por hoy, pensando que es mejor estar observando los tomillos y su flor lila, el amarillo de la flor de las escobas, recrearme con el blanco de la flor de la jara y disfrutar del mejor verde esperanza del color de nuestras dehesas. Y es que entre una provincia y otra, entre ese gozo del disfrute de nuestras encinas y alcornoques, en ese intermedio de salir del Guadiana y llegar a cruzar el Tajo, disfruté con esa Sierra de San Pedro desde la que encontré un lugar donde podemos disfrutar a solas con nosotros mismos, sintiendo el aire, escuchando los sonidos de la naturaleza y observando desde el silencio, olvidándonos del permanente ruido al que nos quieren llevar para que no dedicamos tiempo a reflexionar.

domingo, 4 de abril de 2021

Contradicciones más incoherencias....

Como afirma Malcom Gladwell, "aquí quien no esté confundido es que no se entera de nada de lo que está pasando"....porque podría ser un breve y perfecto resumen de muchas de las cosas que llevamos sufriendo en este año de pandemia. Porque es cierto que las redes sociales y las noticias falsas generan un caldo de cultivo muy propio para la confusión, pero es que hay decisiones que no son ni una cosa ni otra, pero que además nos tienen a los ciudadanos como "conejillos de indias", porque son las propias Instituciones las que generan ese clima de intranquilidad e incertidumbre, por lo que también podríamos llamarlo cuando ello sucede, como aquello de "apaga y vámonos".

Porque se podrían decir muchos ejemplos que han generado confusión y perplejidad en los ciudadanos. Y es que la política de las declaraciones a diario conduce en muchos casos a no poder evitar dar respuestas. Es uno de los riesgos de este tiempo, salvo que se hagan ruedas de prensa sin preguntas y a veces, hasta así es imposible. Y es que los últimos capítulos de la línea de contradicciones e incoherencias no ayudan a generar un clima de tranquilidad. Ya no digamos la incoherencia de permitir a los extranjeros que nos visiten, cuando los propios ciudadanos españoles no podemos salir de nuestra Comunidad o incluso de la propia provincia. Como el lío de la norma sobre la obligatoriedad de la mascarilla en todos los sitios. Hemos pasado de no ser obligatoria en todas las circunstancias, a ser obligatorias en cualquier circunstancia. Y ha sucedido que ante la controversia abierta de la norma que ha entrado ya en vigor, se ha reabierto la polémica y el propio Gobierno ha manifestado que se va a revisar. Ya no digamos el lío generado con la franja de edad y la aplicación de la vacuna de AstraZeneca que está generando un nivel no sólo de confusión, sino también de incertidumbre al crearse recomendaciones y fijarse cambios de criterios diferentes de unos países a otros.

Y mientras los ciudadanos sufrimos todas estas polémicas que generan algo más que confusión, el ruido político y mediático continúa. Puede que sean los efectos de la pandemia, pero el grado de perplejidad de la ciudadanía continúa en ascenso. En el ámbito de lo político se identifica el desconcierto y la desconfianza. Es un elemento muy importante y que de alguna manera concreta el nivel de credibilidad en las Instituciones y en los Gobiernos. Porque estamos en un tiempo complejo, en el que necesitamos de la confianza. Confiar y fiarnos de alguien, porque sabríamos muy poco si solo supiéramos lo que solo sabemos por nosotros mismos. Y siendo esto muy necesario, este tiempo nos ha hecho dudar hasta de los expertos y científicos, porque también ellos con sus declaraciones y falta de unanimidad se lo han ganado, al haber colaborado a generar ese clima de confusiones y contradicciones.

Este año y a pesar de las declaraciones gratuitas de alguien que llegó a relacionar la semana santa con la posibilidad del inicio de los viajes, estamos asistiendo a las procesiones desde el sofá de cada cual. Y como la gente tiene mucho tiempo y la imaginación no sobra, reparé en unos memes, porque es mejor tomárselo con un poco de humor y esperar tiempos mejores. Algo de ello debió pensar aquel que con un dibujo nos decía que ya había más cepas que vacunas.

A estas alturas de la pandemia y con el repunte de los contagios, podríamos estar o estamos ya en los inicios de una cuarta ola, porque la incidencia acumulada registra un ascenso importante y continuo desde hace días en prácticamente todas las Comunidades Autónomas. Por ello para no poner más grado de confusión a estas alturas y no banalizar el asunto, alguno debería de abstenerse de utilizar términos con adjetivos diminutivos como "olita"....porque como decía al principio "aquí quien no esté confundido es que no se entera de nada de lo que está pasando".