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jueves, 31 de diciembre de 2020

20....21, Por Fín!!!

Hoy es un día un tanto extraño....raro, raro, raro. Un día al que no nos enseñaron a sentir y disfrutar como lo estamos teniendo que hacer. Un día distinto por ser el último del año. Un día distinto porque en la calle aunque se escucha ruido, no es el ruido de otras ocasiones. Un día gris, por decir algo. Por no decir otra cosa. Un día en el que se nos agotan los calificativos para intentar resumir lo que ha sido todo un año. Un día en el que el vacio y el silencio puede que nos esté inundando de nostalgia o de recuerdos. O también de lo que podemos llegar a pensar, porque cabe casi todo y no precisamente bueno. Lo mejor es que se va, que se acaba. Que por fín....se acaba.

Hoy escuché que ojalá el silencio, deje paso al bullicio. Que ojalá desaparezca el dolor y la incertidumbre. Que ojalá hayamos aprendido algo de lo que hemos vivido. Qué grande Coronado con tu interpretación llena de sentimiento y de un profundo interior. No hay mejor forma de destacar todo un año lleno de vacio y de un dolor insoportable. Hace unos días escribía que aprendimos el significado de un aplauso y de una mirada, sin apenar rozarnos y vernos. O vernos a distancia, porque teníamos que tener un refuerzo interior como forma de demostrarnos que no estábamos solos. Que había que comprometerse y corresponder con aquellos que estaban con su esfuerzo, trabajo y dedicación dándolo todo por nosotros. No los olvidemos.

Hay ocasiones en las que buscamos un lugar donde encontrarnos a nosotros mismos. Donde encontrarnos a solas con nosotros mismos y sentir el silencio. Ese silencio que hace que nos pellizquemos y que sintamos que estamos vivos. Ese silencio que con los años pasados y los que quedan por delante, quiere tener muchas más ocasiones para celebrarlo. Ese espacio interior que nos dice que cerremos los ojos y tratemos de ver a lo lejos, que sintamos el aire que nos da la vida y que sigamos adelante porque hay todo un camino que seguir viviendo.

En el año en el que la distancia le ganó a los besos y a los abrazos. En el que el saludo se hace aún con los codos. En el que los ojos aún continúan siendo la identidad y los ojos la sonrisa oculta....mi deseo es que vuelva la normalidad. No, la que me han contado este año que era. La normalidad, la de siempre. La normalidad de los besos y los abrazos, de transmitir el sentimiento sin estar oculto, de gritar sin hacer ruido, de poder beber y hasta fumar el aire compartido, de apretar las manos y respirar, respirando.

Que en 2021 recuperemos esa normalidad del sentimiento, del silencio, del espacio, del aire, del contacto, del beso, del abrazo, de la sonrisa abierta...para seguir sintiendo el mundo de los afectos y la pasión. #MuchaSALUD amigos y amigas.

domingo, 27 de diciembre de 2020

" A ver si todos nos portamos bien...."

Entramos en los últimos días de un año que no podrá ser olvidado. Estoy seguro que nadie podrá hablar de este año y no recordar lo que aún está sucediendo. No hay que profundizar a estas alturas sobre lo que ha sido y lo que está significando, porque se explica por sí solo. Una sola palabra servirá para siempre cuando se hable de un virus para saber que nos estaremos refiriendo a uno solo. Es como si no existieran más o no llegaran a producirse, a pesar de que hay más de uno a lo largo de un año.

Pasa lo mismo que cuando se habla de los reyes. Los que tenemos todos los años y que este año serán diferentes. Porque hasta ahora, se ha hablado más del Rey actual y del emérito que de los que tenemos todos los años a primeros de cada Enero. Menos mal que ya pasó el dichoso discurso del monarca!. Han sido muchos días confabulando sobre las claves del discurso. Cuántas horas habrán soportado los poco más de 12 minutos de duración?. Cuánto tiempo habrán dedicado para repetir lo obvio "los principios morales y éticos nos obligan a todos sin excepciones y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personas o familiares"....Igual hasta soy "políticamente incorrecto", pero creo que cada vez somos más los que conforme va pasando el tiempo, creemos menos en los discursos, o al menos, en estos discursos, que creo que centran más la atención por lo que los medios quieren decir, que por lo que realmente dicen.

Con la magnífica notica de que ya llegó la vacuna y que se está empezando a ver el ¡ ojala¨! principio del fín de la pandemia y con el discurso del rey sin nombrar al emérito, pero dicen que refiriéndose a él, hoy en un estupendo desayuno y perfecta compañía, recordaba un tiempo en el que los jóvenes estábamos obligados a cumplir el servicio militar. Lo contaba y me asaltaban los recuerdos. Esos días de frio entre León, Zamora y Salamanca; esos obligados "barrigazos" que nos imponía el sargento de turno a pesar de la nieve; esos fines de semana de autostop por esas carreteras; esos nueve kilómetros acompañado de la soledad de la noche; ese viaje en un Mercedes con un chupito de whisky sin hielo....ese tiempo de juventud que ya no volverá, pero que siempre es agradable recordar. Y es que ante la situción actual, cerrar unos segundos los ojos y conseguir que rebroten los recuerdos es un ejercicio muy aconsejable.

En el próximo 2021, este Puente de Alconetar cumplirá diez años.Y trataré de conseguir que se convierta en algo más que un blog. Algo que pueda sostenerse entre las manos. Algo que al buscar un título se encuentre con una referencia. Algo que permita asomarse a la reflexión de los sentimientos y de la experiencia de la vida. Algo que sirva de reencuentro en el espacio de los recuerdos con su lectura y algo que sin pretender nada, haga compartir un ratito en compañía desde el maravilloso espacio de la amistad.

Que el próximo 2021 con poco que nos regale, nos estará regalando mucho, porque nos estará haciendo volver a disfrutar y practicar con los sentimientos retenidos durante mucho tiempo. Ese es mi deseo. Que tengáis una gran salida de año con toda la moderación del mundo y que saludemos la llegada como nos decía Araceli "A ver si todos nos portamos bien y conseguimos que el virus se nos vaya"....


domingo, 20 de diciembre de 2020

En 2021....¡ojalá!

Hace unos días antes del vaivén al que nos tienen sometidos a los ciudadanos y cuando se empezaba a hablar de la Navidad, escribía en una entrada del blog que fuéramos responsables, porque sobre todo o casi todo, dependía de que así lo seamos. Se acercan las fechas que celebramos todos los años y tengo más claro que ayer, que tenemos que ser muy respetuosos con lo que ya sabemos y ser especialmente prudentes y responsables.

Cuando termine todo lo que estamos pasando en este año que por fín se acaba, me gustaría que fuéramos lo que decíamos al principio del inicio del "bicho". Podríamos definirlo como aquella palabra que utilizamos cuando tenemos un vivo deseo de que suceda ¡ojalá!. Porque este 2020 no sólo quedará para la historia como una pesadilla real que se llevó y aún sigue, muchas vidas. También quedará para la historia, entre otras muchas cosas, como aquel deseo de que seríamos mejores personas. Que nos seguiriamos acordando de esos vecinos que viven en soledad. Que valoraríamos el gran esfuerzo de sanitarios y otros muchos colectivos que nos protegen en el día a día desde su trabajo y ya no aparecen en los medios. Como también quedará para la historia tantas y tantas polémicas estériles que nos han radiotelevisado a diario y han desnudado a la clase política de nuestro país con sus broncas, contradicciones e incoherencias.

Nos costó entender lo de "la vuelta a la normalidad" y ahora hemos descubierto que ya no hace falta, porque nadie habla de ello. Ahora ya con la inminente vacuna, creemos que estamos inmunizados antes de ponérnosla y hemos convertido estas próximas fiestas, en unas fiestas que podríamos denominar asimétricas. Que serán diferentes en función de donde vivamos. Mientras tanto, el Estado de Alarma que hay que recordar que nos encontramos, permitirá a cada presidente autonómico regular y decidir el cómo, cuántos y hasta dónde podremos sentarnos, viajar y cerrar. Si había cosas que los propios responsables habían pedido que no se produjeran, estamos en las puertas de que haya en cada una de las diecisiete autonómias una "porrusalda", como una especie de caldo distinto en cada Comunidad. Lo definía de forma irónica, pero con muy buen tino un político vasco en esta semana con ocasión de un debate en el Parlamento, donde sus señorías hablan cada día más para ellos mismo, sin tener en cuenta que ello aumenta el grado de toxicidad y los distancia más de la ciudadanía.

Esta semana he comprobado una vez más, como siguen siendo las cosas sencillas las que siguen llenándonos de emociones y consiguen que nos olvidemos un poquito de "porrusaldas" y "navidades asimétricas". Un vídeo producido por la televisión local de mi pueblo (AlkoTV) felicitando las fiestas, donde ponen en valor a varios colectivos que regalan lo mejor que pueden desarrollar y aportar: su vocación, su trabajo y el compromiso con su pueblo. Es un ejemplo de los ¡ojalá! que todos nos decíamos allá por los meses de marzo y abril....

Nuestro rio de la vida está lleno de emociones y momentos únicos. Este año que acaba hemos vivido muchos que no se olvidarán. Ahora que se anuncia que en las próximas semanas estaremos ante el principio del fin, el ¡ojalá! desde este puente, es poder estrechar manos, abrazos y besos en el 2021 con todos vosotros y vosotras, pero sin adelantarnos, porque tendremos todo un año por delante para poderlos compartir.

domingo, 13 de diciembre de 2020

Mirar lo nuestro....

En una de las dos entradas por carretera que tiene Garrovillas de Alconétar, el Ayuntamiento ha construido una representación de dos de los monumentos más significativos de la historia del pueblo: La Torre de Floripes y el Puente de Alconétar, también llamado Mantible. Los dos monumentos originales se encuentran a unos kilómetros de distancia del pueblo, pero son dos símbolos muy apreciados y valorados por los garrovillanos que ahora de alguna forma, los podrán disfrutar un poco más cerca. Es como conseguir que nuestros abuelos puedan reflejarse en esas tierras hoy cubiertas por las aguas del pantano. Creo que es acertado y así está siendo valorado, porque es una manera de reconocer y recordar una parte de la historia, de esa historia que podemos seguir disfrutando con la riqueza de nuestra cultura en esas piedras milenarias.

En esta semana se ha presentado una campaña de turismo de Extremadura. El anuncio es como una historia contada desde el futuro. Sencillamente preciosa. Que pretende situarnos en el 2071. Que pretende que nos imaginemos y que redescubramos en nuestro interior. Que nos puede hacer recordar momentos maravillosos. El vídeo lo hace, lo consigue, porque hace compartir y vivir, porque consigue que también nos olvidemos de lo que estamos pasando y que pensemos en lo que nos debe importar realmente en la vida. Nos hace recuperar el sentido de las emociones. Consigue que volvamos a valorar las etapas del rio de nuestra vida. Que valoremos la riqueza de lo natural, de lo sencillo, de lo auténtico. De lo nuestro. De esa parte del rio que no hace falta que te la cuenten, porque brota de nuestro interior y nadie mejor que nosotros mismos para contarlo.

Me ha hecho recordar momentos maravillosos. Esos recuerdos que hace unos días repasé durante el paseo en el arroyo Morisco. Esa primera niebla de la mañana. Ese despertar con fuerza de los primeros rayos de sol. Ese sonido del agua esperando que llegaran esas primeras sábanas. Esas matas de jaras que se resistían a dejar de salir o esas ramas de encina que costaba arrancar. Esa fogata encendida para calentar y empezar a preparar el terreno, para conseguir ese brasero de picón que calentaba toda la casa. Ese atardecer precioso que te decía que era hora de recoger. Ese espacio compartido con las personas que quieres, sintiendo que en esas vivencias y experiencias de la vida están los momentos que no se pueden olvidar nunca.

Tenemos una tierra que tiene luz y muchas horas de sol. Un cielo que sorprende de noche y de día, porque mirar al cielo de Extremadura es sorprenderte. Es no olvidar y recordar. Es quedarse en silencio y oir. Es observar en la noche de Monfragüe y descubrir un infinito de estrellas paseando por sus caminos. Es sentarte y escuchar un bramido reivindicando un espacio en la luz de la noche, como expresión del sonido de la fuerza de la naturaleza. Es mirar a lo lejos de esa dehesa llena de colores y saborear la esencia de las cosas, aprovechando cada momento y respirar....respirando para llenarte de naturaleza y de olores.

Y es que nos podemos encontrar con todo lo que imaginas en un lugar donde no te lo imaginas. Porque quien no conoce Extremadura se seguirá sorprendiendo. Como dice la canción de Robe Iniesta que acompaña el vídeo de la campaña "he notado una brisa pasajera, que me ha dicho que, tal vez si quisiera....respira y noto su respiración....habla, y sueño con su voz y con ella".....Un suspiro acompasado, un sentido arrebato de emociones, un espacio para vivir, un lugar donde los sentidos, los sentimientos, las emociones nunca se acaban. #SencillamenteExtremadura.

domingo, 6 de diciembre de 2020

Reconocimiento y dignidad....

Durante esta semana han sido varios los asuntos que han podido ocupar las portadas de los medios y puede entenderse que los ciudadanos nos fijemos en ello. En línea con lo que decía hace una semana, los titulares los leemos, pero quizás la información de la noticia la leemos con menos produndidad o casi no lo hacemos. Si recordamos algunas de ellas, puede que todos hayamos escuchado o leído sobre la aprobación de los presupuestos del Estado, la situación de los presos del "proces",  el chat de los exmilitares, la renovación-acuerdo sí-no del CGPJ, los anuncios del ritual de la compra de décimos, la carrera y llegada de las vacunas del covid-19, los "allegados" y quiénes son,  la evolución de la pandemia y las dudas que todos tenemos con los puentes y fiestas de este mes por la repercusión de cara a una posible tercera ola, la noticia que hoy nos dice que el rey emérito presenta una regularización fiscal (manda huevos), etc, etc....y por finalizar con otra que es cátedra ya: nos dicen el Gobierno y las Comunidades que nos quedemos en casa, pero que podemos viajar solo para visitar a familiares o allegados. En fín, que sigamos siendo responsables, porque sobre todo, casi todo depende de que lo seamos.

Y con tantas noticias hay algunas que pasan desapercibidas, de las que se habla poco o casi nada. Algo de ello le ha podido pasar al informe de Amnistia Internacional que se llama Abandonadas a su suerte: La desprotección y discriminación de las personas mayores en residencias durante la pandemia COVID19 en España donde se profundiza en la situación que sufrieron los geriátricos durante la primera ola, sobre todo las situaciones de Madrid y Cataluña. Y una de las conclusiones que se recogen es que faltan datos. Todos hemos podido escuchar y leer las contradicciones respecto a los datos de los fallecidos en residencias. Aún hoy, y a pesar de las fuentes oficiales y no oficiales, no hay una cifra reconocida. O también se refleja, el cómo no se se trasladó a enfermos desde las residencias a hospitales y sabiendo que las residencias no contaban con las condiciones adecuadas, porque no son centros médicos ni tienen los recursos para ello. AI, viene a decir que estas dos causas, la de la no derivación y la falta de atención adecuada, han vulnerado tres derechos: a la salud, a la vida, y a la no discriminación.

En el informe también se reflejan la violación de otros derechos, como son el de las personas residentes a la vida privada y familiar. Y como decía al principio, de este informe se habla el primer día de la publicación y después posiblemente pase a ser un documento más de la organización que lo hace público. La pandemia terminará pasando y ojalá no volvamos a tener otro año como el que llevamos, pero el riesgo como se ha reconocido, ahí está. Vivimos un tiempo en el que la historia reciente nos está demostrando que no existen certidumbres y ahí están las crisis económicas y la actual sanitaria para justificarlo.

Durante toda la pandemia, se viene hablando del reconocimiento y la dignidad hacia nuestros mayores. Soy de los que piensa que las normas sientan el argumento legal y después hay que hacer que se desarrollen y se cumplan. En nuestra Constitución que hoy cumple 42 años, se especifica el derecho de los mayores a percibir prestaciones de serviciones sociales para atender sus necesidades específicas de salud, vivienda, cultura y ocio. Porque hace falta ese reconocimiento de la experiencia vivida, ese cambio de cultura para que lo vivido, sufrido y que aún seguimos, nos haga reflexionar sobre la cobertura de esas necesidades, para que esos derechos vulnerados y recogidos en el informe de Amnistía Internacional no se vuelvan a producir.

Y para que un nuevo informe de esta Asociación o de otras no quede en noticia de un sólo día, hay que impulsar la tramitación urgente de una ley estatal o regional que establezca un modelo residencial que garantice los derechos de las personas mayores residentes, los servicios, la propia configuración del sistema de atención y su cobertura en recursos, la calidad de los servicios, el fomento del envejecimiento activo, la cultura del mayor, y en definitiva que se constituya en el argumento legal e integral del reconocimiento de sus derechos y del desarrollo de su dignidad hasta el último de sus días.

domingo, 29 de noviembre de 2020

"el cuarto poder"....

Hace unos años estuve en el Museo Vostell. Un museo único e innovador, una expresión de un artista que le dió más belleza a una zona que por sí sola ya la tiene. Arte vanguardista y que el mismo artista denominó como un encuentro de arte y vida. Tiene varias salas y todas llaman la atención por su expresión. Me fijé en una y pregunté a un guía. Es una sala que tiene sobre unas mesitas distintos aparatos de televisión y radio. Encima de ellos, hay pegotes de hormigón que inundan también alguna pantalla como si se hubieran deslizado. El guía me dijo que Vostell había imaginado que estos aparatos llegarían a absorber nuestro tiempo y generarían una influencia en nuestro cerebro que nos haría cambiar hasta nuestras actitudes y comportamientos.

En mi juventud tuve la oportunidad de leer un libro cuyo título es "El cuarto poder". Trata sobre la influencia de los medios en la sociedad, en los ciudadanos y en los Gobiernos. También sobre las ambiciones, quizás por el contexto en que se sitúa o también por los dos personajes que relaciona. Pero en definitiva, la prensa es un poder que ha hecho y deshecho con su influencia gobiernos, empresas y políticos, que ha creado unas reputaciones y ha arruinado también otras. Y también ha empujado a realizar acciones populares y ha dirigido movimientos de opinión hacia algunos intereses. Siempre ha sido así, pero quizás la aparición de internet y su influencia en la sociedad ha hecho posible esta situación porque han conseguido que se pierdan las ideas y los principios originales de la prensa.

En estos últimos años han aparecido varios medios de comunicación en formato digital. Es el nacimiento en masa de nuevos medios digitales contra los cuales los medios escritos no pueden competir, entre otras razones por la inmediatez de la publicación de los medios digitales. Las últimas noticias llegan a nuestros móviles en cuestión de segundos dejando de ser actuales en minutos. Y aquí es donde se produce una de las grandes diferencias respecto a la prensa escrita. No por la cuestión de que en 24 horas sea una noticia atrasada cuando la leamos en papel, sino porque quizás nos quedamos con los titulares y puede que sea una de las razones de que cada vez leamos menos o más bien poco.

Vostell ya habló de la influencia de los medios en nuestro cerebro. "El cuarto poder" relaciona esa influencia en el poder, con la ambición por controlar la información. Los medios digitales nos controlan y conocen cuáles son nuestros gustos e incluso mucho más allá cuando aceptamos sus cookies. Muchos medios están optando por la vía de hacer suscriptores digitales como fórmula de captar y fidelizar clientes con resultados inciertos. Hoy tenemos que convivir en la red digital con "medios" que viven de noticias sensacionalistas y falsas, que son más leídos de lo que nos parecen y aparecen como un verdadero peligro porque son gratuitos y como decía antes, porque leemos más bien poco o sólo el titular.

Es todo un experimento y un gran cambio el que viene produciéndose en el ámbito de lo digital y de lo impreso. En cualquiera de ellos, a la prensa de verdad, la de contenido veraz, se le va a exigir siempre que sea libre. Y en este tiempo de dificultades en el que los ciudadanos tenemos tantos y tan variados recursos para leer, es muy conveniente cultivar la inteligencia para no dejarse llevar mecánicamente por aquello que pretende absorberte, controlarte y conseguir que te quedes en el titular....porque a veces sin ser demasiado consciente de ello, estamos empezando a perder un poco de libertad y también buena parte de nuestro tiempo.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Lealtad, crítica y....respeto.

En estos últimos días se han escuchado intervenciones de todos los colores en el seno de la familia socialista a raíz del acuerdo de los presupuestos generales del Estado para el 2021. De todos los colores y de todos los dirigentes, de los de antes y de los de ahora. Como me decía mi amigo Vicente: a los socialistas nos va la marcha. Si no tuviéramos opinión y libertad de expresarla con distintos puntos de vista, no seríamos el PSOE. Y es cierto porque siempre históricamente ha habido discrepancias, como corresponde a un partido de izquierdas que conforma en su seno distintas sensibilidades. Ahí está la historia y también buena parte de la riqueza política de nuestro Partido. A veces en foros más cerrados y hoy lo son en foros más abiertos, porque existiendo las redes todo el mundo opina y se puede expresar con libertad. Aquellos que dicen "ahora nos toca a nosotros" y aquellos otros que desde la experiencia y en su derecho, lo hacen porque la ideología no tiene fecha de caducidad y lo de ser un "histórico dirigente" de nuestro partido no quiere decir que hayan dejado de entender el presente.

No soy de los que están de acuerdo con aquellos que hablan del PSOE y le ponen el nombre del actual Secretario del Partido. Ni del actual ni de los anteriores. Siempre lo he manifestado y he discrepado, lo seguiré haciendo porque el PSOE no es de quien es elegido, sino de todos y todas aquellos que lo formamos y militamos. Y puede parecer una obviedad, pero creo que es un error el hablar poniéndole el nombre y que además caemos en la estrategia que algunos medios de comunicación están marcando, porque alientan a una crítica y a querer situar a unos frente a otros, produciendo una falta de respeto sobre aquellos que pueden pensar de otra forma.

Porque el principio de lealtad y el de crítica son imprescindibles y más en los tiempos actuales. ¿O es que acaso existe deslealtad cuando se produce la crítica? Siempre ha habido este tipo de discusiones y siempre ha habido oportunistas que dan más importancia a las realidades del momento que al ideal y hoy hay muchos que tratan de justificar esas posiciones etiquetando a los que no piensan como ellos y faltando al respeto a los que se expresan en libertad. Porque hay opiniones que no son respetables. Son respetables las personas, pero las opiniones tienen que ganarse el respeto sin faltarlo y esto es algo que a mi como militante socialista me preocupa, porque en estos últimos días he leído opiniones que faltan al respeto a personas y creo que necesitamos más que nunca una ética en la política para pensar, reflexionar y reaccionar, pues nuestras decisiones y opiniones no pueden estar basadas en el ruido en el que muchas veces nos dejamos llevar quizás por sentirnos perfectos ante la soledad de un teclado o cuando tenemos un micrófono.

Es posible que todos debamos reflexionar sobre la relación entre ética y política, sobre todo los que se dedican a gestionar la cosa pública: la política. Y es muy necesario porque cuando la política se aleja de la ética está sucumbiendo a un pragmatismo sin convicciones en el que se olvidan los principios. Quizás es la necesidad de conseguir los objetivos que nos hacen abandonar las referencias y nos llevan a manifestarnos sin tener en cuenta que podemos estar haciéndonos daño, pero no por exteriorizar nuestras diferencias, sino porque caemos en la descalificación hacia lo personal y no tenemos en cuenta que si queremos que nos respeten, tenemos que respetarnos entre nosotros primero. 

En nuestro río de la vida aprendemos de la experiencia diaria y el respeto es una virtud que se interioriza, que hace que nos sintamos más a gusto con nosotros y con los que nos rodean. Porque algunos se lo ganan con sus hechos y sus palabras, otros se lo construyen y otros muchos lo poseen. Ya lo decía Rousseau “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.

domingo, 15 de noviembre de 2020

Prudencia y responsabilidad....

Esta semana se ha hecho pública una noticia que ha ocupado buena parte de los titulares en todos los medios. Por suerte, no ha sido ninguna "fake news". Ha sido el anuncio de que tras las pruebas realizadas, hay una vacuna contra el "bicho"que está funcionando con una efectividad del 90%. Sin duda, es una buena noticia, pero sobre la que caben grandes dosis de prudencia y responsabilidad, porque llevamos tanto tiempo esperando una buena noticia que nos levante el ánimo, que nos emocione y que nos haga ver un poquito la luz, que nos llenamos de esperanza aunque sea una noticia y no sepamos realmente cuando empezaremos a vivir con normalidad. 

Por eso me parece que es muy razonable como han dicho los científicos, que hay que ser cautelosos y pacientes. Hay que contrastar y dejar que la vacuna demuestre su efectividad en los plazos y mientras todo ello llega, hay que seguir adoptando todas las precauciones y todas las medidas socio-sanitarias. El día del anuncio, la ciencia hablaba de paciencia y la economía anunciaba euforia. Podrían ser estas dos posiciones un ejemplo del pensamiento que está en la mente de los ciudadanos y que bien haría el Gobierno en escuchar y no en ponerse a hablar de plazos que luego no se cumplen. Porque así también lo refleja el último barómetro del CIS dedicado a las consecuencias del coronavirus, en el que claramente la salud está por delante de la economía en el ranking de preocupaciones de los españoles. El 47% expresa que lo que más le preocupa son los efectos negativos sobre su salud, tanto física como mental y sólo un 21% se muestra preocupado por los efectos negativos sobre la economía. 

Este último barómetro también recoge la opinión y la imagen que tienen para los españoles el Gobierno y otras instituciones, en relación con su gestión durante la pandemia. Y la imagen y opinión del Gobierno Central empeora para el 60% de los españoles, como asimismo es valorado de forma negativa por más del 47% la imagen de los medios de comunicación y de los gobiernos de las Comunidades Autónomas. Por el lado positivo, los que cuentan con la opinión más favorable de los españoles son las ONGs, los Cuerpos y Fuerzas del Estado y el personal del sistema sanitario y educativo.

Mucho más allá de barómetros de opinión oficiales y no oficiales, de los que dicen contar la verdad y la posverdad, de esa luz de esperanza que se abre con la publicación de la noticia de una próxima vacuna, de ese tener que convivir con los datos a diario de la estadística del "bicho" y de las incoherencias y contradicciones que asoman demasiadas veces en estos últimos tiempos en los políticos, recordé una frase que solía repetir cuando valoraba los datos del paro en la Asamblea: no deberíamos olvidar nunca que detrás de los números hay personas.

Y es que tengo la impresión de que es como si nos estuvieran acostumbrando de alguna manera a todas esas cosas con las que nos contaminan a diario. A esas cosas que se tratan como números para una estadística cuando se trata de personas. Y a mí al menos me preocupa y mucho, porque como me decía una buena amiga que lo está pasando mal por culpa del "bicho": las noches son muy largas....y es cierto, por eso yo pienso y digo con prudencia y responsabilidad, que salud primero y economía después.

domingo, 8 de noviembre de 2020

Controlar y limitar....no suena bien.

Hace unos días vi el documental sobre "el dilema de las redes sociales".  Un escenario creíble que nos adentra en lo importante que es la tecnología y la influencia que ejerce en el mundo y en las personas. Una reflexión sobre cómo nos conecta y al mismo tiempo nos controla, como ejerce y amplía su espacio para llegar a controlar los ámbitos más impensables de nuestras vidas. Un escenario donde se insiste en la importancia del control de la información y de la posesión de los datos. Una realidad del tiempo actual que nos demuestra (aquí podría valer lo que se está anunciado en el país más poderoso) la irrupción y las interferencias en nuestros comportamientos, el cómo afectan a nuestra forma de actuar y como están llegando a generar un nuevo activismo digital que tiene enlazado lo colectivo a lo conectivo y lo utilizable que pueden llegar a ser por quienes las controlan y mucho más, si tienen poder de publicación oficial.

Esta semana ha habido una cierta polémica con la publicación de una orden ministerial que crea un comité de expertos y que entre otras muchas funciones, recoge el llamado procedimiento de actuación contra la desinformación aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional, por la que el Gobierno monitorizará la información y podrá solicitar colaboración a los medios de comunicación para perseguir la difusión deliberada, a gran escala y sistemática de desinformación, que persiguen influir en la sociedad con fines interesados y espurios.

Los datos conocidos sobe la incidencia de la información falsa o que malinterpreta la realidad, pretenden ser una de las justificaciones para controlar con algún tipo de norma esa difusión de información que tiene una cierta influencia en la sociedad. Pero como suele suceder cuando un asunto afecta a los medios por aquello de la libertad de prensa y de información, el Gobierno quizás no contaba con una polémica que ha derivado hacia la libertad de expresión y se ha convertido en un argumento que se ha interpretado como un control más allá de las fake news. Ya lo ha dicho la Ministra de Exteriores "se trata de limitar que se puedan vehicular falsedades a través de los medios que son los periódicos, las radios, las televisiones y las plataformas digitales que falsean el debate público, que manipulan a nuestra población y que pueden crear un gran quebranto a nuestra democracia. De eso se trata"....pero como ha dicho Eduardo Madina "en una democracia no es el gobierno el que controla a los medios de comunicación. Son los medios de comunicación los que controlan al gobierno".

Y es que la historia se repite. Cada vez que en la película aparecen dos actores del nivel del jefe de gabinete del Presidente y la sombra del Vicepresidente segundo surgen todo tipo de confabulaciones. Resulta que los medios repasan la hemeroteca y se acuerdan públicamente de quien pudo llegar a utilizar las fake news en un momento dado. Lo revelaron en aquella famosa entrevista de un programa de televisión propio. Hay respeto, admiración y aprecio mutuo. Ya lo dijo en el mismo programa cuando definió a la política:  " la política es como la fórmula 1" ....Claro, debe ser que lo único importante es llegar y da igual la marca con la se llegue y los medios que se empleen.

domingo, 1 de noviembre de 2020

La relación entre el poder y el saber....

Hace unos días con la lectura de un artículo sobre el saber y el poder reflexionaba en mi "zulo" sobre lo importante de que una cosa y la otra fueran comúnmente compartidas. Siendo coincidente en que ello es difícil, sería lo deseable. Profundizaba en el artículo y leía una frase que comprendía lo dicho: los políticos pueden menos de lo que parece y los científicos saben menos de lo que creemos.

En la experiencia que he podido acumular de mi paso por la cosa pública, a veces reflexionaba en que estando en el Sindicato me proponía a que cambiaran las cosas, pero no tenía la decisión final de ello. En mi experiencia en el Parlamento comprobé cómo podía no solo proponer, sino también hacer que las cosas se regularan e intentar que cambiaran. Posteriormente en el Gobierno comprobé que podía proponer, regular y decidir cambiar, aunque algunas veces faltó la decisión de que el cambio se llevara totalmente a cabo por razones un tanto incomprensibles. Tres pasos en los que siempre pretendí convertir las ideas en realidades plasmadas en normas, porque al final es el resultado para hacer posible un cambio.

Hace unas semanas me refería a los "Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdos" en una entrada. Hacia una referencia en el sentido de que no sabía exactamente si era por nuestra naturaleza o por alguna otra razón, pero quizás nuestra configuración política y territorial del marco de competencias que la Constitución recoge, esté hecho más para el consenso que para el conflicto. Me pregunto que a la dificultad del momento que estamos viviendo, me parece que está sucediendo que la relación entre poder y saber no es compartida ni conjunta. Escuchamos contradicciones, cambios de decisión y criterios en cuestión de horas. En unos casos el poder se manifiesta de una manera y el saber se posiciona de otra. Surge la decepción del poder porque no se le aconseja claramente y surge la decepción del saber porque no se les escucha. Hoy podríamos resumir en que la relación entre el poder y el saber es de desilusión o desengaño. 

Este tiempo tan complejo nos está demostrando muchas cosas. La incertidumbre en la que estamos nos está agarrotando y también nos está haciendo cometer errores. Una de las razones es el tiempo que llevamos sumidos en un cierto desorden y lo duro que se nos está haciendo porque nos está tocando en muchos casos muy cerca. La falta de una respuesta conjunta y uniforme, de un horizonte despejado, de una respuesta única de los distintos gobiernos, nos está llevando a una desconfianza que junto con el miedo puede convertirse en un argumento muy peligroso y muy dificil de controlar.

Hoy las respuestas a los problemas más importantes no son nacionales, sino que son globales. Requieren de un gran consenso, donde el conocimiento científico (saber) debe ser escuchado, porque la política (poder) hoy debe decidir en un terreno cada vez más lleno de actores diversos e influyentes, donde una cosa es proponer, otra poder regular y al final tomar la decisión para cambiar. Y en ese momento de la decisión, es cuando se hace valer aquella frase de Andrómaca en la tragedia Hécuba: "Cuando los marinos se enfrentan a los vientos rápidos, una multitud de sabios reunidos no vale lo que una inteligencia más común pero ­soberana”....

domingo, 25 de octubre de 2020

Jóvenes hoy....

El Consejo de la Juventud de Extremadura ha celebrado durante esta semana su 35 aniversario en un acto que ha estado marcado por la situación sanitaria, pero lleno de reivindicaciones y compromisos con la emancipación y el empleo joven. También con la situación en la que se encuentran los jóvenes y su futuro para poder desarrollarse profesionalmente en aquello que se han formado. En la necesidad de tener una oportunidad para poder demostrar que no son menos que nadie y que quieren ser dueños en su libertad para poder elegir su destino, sin tener que marcharse fuera de la región.

El lema de su aniversario lo decía claro: jóvenes participando para cambiar la realidad. Y es cierto, el Consejo de la Juventud es un órgano de jóvenes y reivindicativo, que eleva su voz ante la sociedad extremeña, que impulsa y propone cambios a los representantes del pueblo extremeño y que reivindica desde su posición el espacio que desde su creación tiene. Y ser un organismo compuesto por jóvenes, tiene que tener una voz crítica, lo más real posible con los problemas que sufren los jóvenes. Al margen de quien gobierne, porque si no, no sería un órgano que actuara como altavoz de los problemas que tiene la juventud.

Entre los jóvenes que han participado en los actos, se encontraba mi hija Lidia. Colabora en los grupos de trabajo del Consejo y la propusieron para ser una de las que pusiera voz para hablar de los problemas de los jóvenes. Tan sólo fueron tres escasos minutos, pero tuvo la oportunidad de decir lo que piensa y lo dijo en voz alta. De forma brillante y clara. Hizo alusión al último discurso de Pepe Múgica y a una frase que dice que "sólo hay libertad cuando nuestros deseos e inclinaciones los gestionamos nosotros mismos"....y lo ampliaba con su voz para decir que hoy los jóvenes no queremos perder la libertad de elegir nuestro destino.

Cambiar la realidad participando, es una manera de hacer las cosas con compromiso. Hoy en día es muy necesario que las organizaciones juveniles levanten la voz y sean autocríticos. Porque hay muchos problemas que son capaces de verlos como nadie, porque son problemas de hoy, como el ejemplo del cambio climático. Por eso es necesario que no caigan en la comodidad del institucionalismo o de la organización con la que ideológicamente puedan tener más vinculación, porque si esto sucede, estarán perdiendo buena parte de su razón de ser y dejarán de ser representativos de la juventud de su tiempo.

Lidia decía que ser joven también significa tener esperanzas frente a los nuevos cambios y objetivos, aprender y tener ilusión....y es cierto, porque joven solo se es una vez en la vida y por ello deben tener la libertad de elegir su destino para continuar rompiendo cadenas y que siga llegando su voz.


 





domingo, 18 de octubre de 2020

"Aprender a dudar...."

Estamos en un tiempo con mucho ruido pero en el que es inevitable reflexionar y pensar, porque la situación no puede cegarnos ni hacer que perdamos las referencias de la realidad que vemos y vivimos. La situación nos ha puesto ante un examen mundial, donde además y aunque pueda parecer un tanto contradictorio, tenemos que ir con el freno pisado, porque no sabemos cómo hacer frente a lo que está pasando y vamos camino de ocho meses. Tenemos días de calma, de angustia, de esperanza y tenemos también días de nada. 

Y en ese camino de la reflexión no debemos dejar que la situación nos lleve sin saber hacia dónde vamos, porque hay cosas que están pasando y que el bicho casi oculta. Hace unos días aparecía publicado un informe sobre el estado de la pobreza y la exclusión social en nuestro país. Son datos que reconocen cómo la pandemia ha agudizado la pobreza y que la crisis no está siendo ni será igual para todos. Los efectos sobre nuestra salud, el empleo y la economía están ahí, pero la situación está arrasando a quienes ya se encontraban en una situación vulnerable porque sus condiciones de vida estaban aún más en precario.

Uno de los efectos más negativos de una crisis de largo recorrido tanto por el tiempo que llevamos como por el tiempo que estaremos,  es que nos acostumbremos a vivir con esa realidad mirando hacia otro lado. Porque no todas las personas hemos vivido igual el confinamiento ni en las mismas condiciones de espacio, donde ha habido niños y niñas en situación de pobreza que dependían de las escuelas a la hora de recibir apoyo, donde la brecha digital se ha hecho más evidente y la implantación de la educación a distancia se ha llevado a cabo de forma desigual y en estos últimos meses hemos podido ver imágenes de largas filas de personas en busca de alimentos ante las puertas de organizaciones sociales. Son sólo algunos ejemplos de cómo la profundidad de los efectos de la crisis generará una frontera de desigualdad que a lo largo del tiempo será cada vez mayor.

Y por eso en esta etapa de "confinamiento laboral", cada semana escucho con menos interés lo que dicen sus señorías en el Parlamento, porque casi todo es ruido. Mi amigo Vicente me suele decir: para lo que hay que escuchar!. Prefiero tener vista para analizar lo que nos rodea, dedos para exponer y escribir lo que reflexiono, oído para prestar atención a quien discrepa y como decía el otro, olfato para saber que no tengo que perder el tiempo con quien no merece la pena y por eso trato de pensar para sacar conclusiones desde una vocación de sumar, en estos tiempos donde lamentablemente parece primar más lo de restar y dividir.

Y en estas reflexiones semanales tratando de aplicarme el sentido común y el sentido crítico, me detengo un momento frente a la realidad de esos datos sobre la pobreza y la exclusión social en España, con dudas, porque siempre escuché que hay que dudar de aquellos que sólo hablan de certidumbres...Ya lo dijo Octavio Paz: "Aprender a dudar es aprender a pensar"....

domingo, 11 de octubre de 2020

Una semana más y van....

Una semana más y van....podría ser el título de cualquier libro o película, porque la situación del "bicho" y lo que está generando, ha escrito más kilómetros de páginas en la prensa que kilómetros de autovía hay en nuestro país. No es por tomarle la temperatura con un poco de distancia o ironía, sino que es rara la semana en la que es casi imposible dejar de escribir de alguna consecuencia o de algún hecho destacable provocado por el virus y que además ocupa la portada durante varios días en los medios.

Fue Pedro Pacheco en aquellos años alcalde de Jerez, quien en unas declaraciones públicas, pronunció la famosa frase "la justicia es un cachondeo" como consecuencia de la situación que le produjeron unas actuaciones judiciales que posteriormente le llevaron a cumplir condena en prisión y a ser inhabilitado para el ejercicio de cargo público. No sé si la justicia es un cachondeo o no, pero hay veces que su nivel de protagonismo bien sea por algún interés de quien lleve el asunto o por su papel de estar presente en la actualidad e incluso que coincidan sus resoluciones con algún acto importante de presentación en el país, pero el caso es que está llevando a que los ciudadanos la situemos en un nivel de confianza y de percepción de su independencia bastante malo o muy malo.

En uno de los grupos de WhatsApp que comparto para hablar sobre todo de fútbol y del Badajoz, hay veces o muchas veces que la polémica se deriva hacia el ámbito político. Es imposible no hacerlo. Les suelo decir a los amigos "que sería de vosotros si no existiese la política". Y es que aquellos que dicen que a mí no me interesa la política, están en realidad apoyando a quienes la ejercen, porque lo político es consustancial a la persona, aparte de que no es verdad que no les interese porque es difícil no decir o hacer algo que no sea política o tenga total relación con la política. Por eso, cuando hay jueces que dicen ser independientes yo no tengo dudas de que no lo son, porque hasta en su máxima institución, el CGPJ, interviene la política tanto en su composición como en su ejercicio y al final representa ser un reflejo exacto de la geografía política y de la representación parlamentaria de lo que hay en el país.

Por ello y por otras razones nunca se habló tanto de las decisiones judiciales en cuestiones que no fueran propias de corrupción y desvíos de fondos como en la actualidad. Pero es que de nuevo dos resoluciones judiciales de Tribunales Superiores de Justicia de distinta Comunidad Autónoma han vuelto a marcar las contradicciones de sus decisiones. Una revocando el confinamiento perimetral de Madrid y otras ciudades, que había impuesto a través de una orden el Ministerio de Sanidad ante la escalada de contagios en esta segunda ola, y otra de Castilla y León que se pronunciaba ratificando la misma orden que en Madrid se había revocado. 

Los contagios en Madrid han encendido todas las alarmas del resto del país y el enroque de la Presidenta de la Comunidad y el no querer atender las decisiones del Gobierno Central sobre el descontrol de la pandemia, ha sido determinante para que el Gobierno haya decretado el Estado de Alarma. Una decisión que muchos ciudadanos pensamos que no debía haberse tardado tanto tiempo en tomar, porque las consecuencias al final las podemos pagar todos, y todos no somos igual de responsables en este enorme desconcierto que tiene y genera el gobierno de la Comunidad. 

Ya lo dijo Aristóteles: "el hombre es un animal político".... y todos en mayor o menor medida participamos en los asuntos públicos, porque vivimos en una sociedad organizada políticamente y nadie, incluidos los jueces, puede desatenderse de esa sociedad porque estaría tomando partido en favor del que de hecho gobierna.

domingo, 4 de octubre de 2020

Y en medio....los ciudadanos!

Hace unos días escuché algo parecido a una fábula. Se preguntaba alguien en voz alta el cómo se sentirían los pasajeros de un avión si en medio de una gran tormenta ven como el comandante y los copilotos están liados a puñetazos limpios y, además, oyen que en la torre de control los controladores estaban enfrascados en una gran bronca. El mismo se contestaba diciendo que así nos sentimos los ciudadanos de este país. Porque la razón de esta bronca de los políticos a la que estamos asistiendo casi a diario los ciudadanos no es por culpa nuestra, pero estamos en el mismísimo medio y además somos los que la sufrimos.

Porque no es sólo el lamentable espectáculo de lo que está pasando en Madrid después de la puesta en escena de las banderas, que ha continuado con el desconcierto y la confusión que se ha generado en los ciudadanos en los últimos días con las nuevas medidas, sino que todas las semanas la sesión de control al Gobierno viene a representar más de lo mismo. Que si los efectos y los errores a la hora de afrontar la pandemia. Que si la polémica por lo del rey y su no asistencia. Que si Cataluña y los independentistas. Que si la supuesta utilización de los medios y recursos de Interior para favorecer intereses políticos del anterior Gobierno. Que si la absolución de los delitos de estafa a inversores de Bankia de Rato y otros tantos, porque el tribunal estima que la operación contó con el sí de los supervisores y éstos son, nada más y nada menos que el Banco de España, La CNMV, el FROB... qué bien! Que parte del CGPJ y del Tribunal Constitucional tienen que ser renovados al tener cumplido sus mandatos y mientras sigue bloquedado porque debe reunirse una mayoría y ésta depende del partido popular....y mientras todas estas bronca pasan, el tiempo no se detiene para intentar llegar a un acuerdo entre el Gobierno y las Comunidades para presentar proyectos y poner en marchar las reformas que algún día nos pedirá la UE, a cambio de recibir los 140.000 millones del fondo de recuperación.... y todo ello sucede, mientras somos el país con más contagios de Europa y la propia Organización Mundial de la Salud no sabe que está fallando.

Un amigo se preguntaba si había alernativa para parar esta bronca permanente, pues me decía que se había convertido en una obligación de todos el plantear las cosas desde el consenso y no desde el conflicto. Porque es posible que se estuviera alimentando una manera de practicar la política sin hacer política. Una forma donde el único interés de quienes fomentaban esa practica política, fuera el generar la crispación permanente y nos preguntábamos qué podíamos hacer los ciudadanos que tratamos de regirnos por los principios de la concordia y el sentido común, por los principios por los que casi todo el mundo se guía en la vida diaria para salir adelante.

Decía Benito Pérez Galdos que "España es el país de la naturaleza desnuda, de las pasiones exageradas, de los sentimientos enérgicos, del bien y el mal sueltos y libres, de los privilegios que traen las luchas, de la guerra continua, del nunca descansar"....y cien años después, nuestro país vuelve a repetir en gran parte su historia. Será nuestra naturaleza o nuestra pasión enérgica, o puede quizás que la configuración y marco de competencias del Estado y las Comunidades esté más hecho para el consenso que para el conflicto político, pero cómo es posible que tantas personalidades de tan alta responsabilidad puedan perder de vista las prioridades en un momento como el que vivimos.

Y la pregunta es: qué hacemos? Yo la respuesta no la tengo, pero sí sé que la bronca, la crispación y el desánimo no ayudan a nada.... bueno quizás sí, a generar más bronca, más crispación y a alejar más a la gente de la política y a creer menos en los políticos.... y esto quizás les interese a algunos, que son los que no dependen de la política.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Hacia dónde vamos así!!!

Que si al rey le habría gustado ir, pero no lo han considerado oportuno y se le ha negado. Que si la decisión de que no fuera, la ha tomado quien la tenía que tomar...y así hasta tres veces.  Que si una parte del Gobierno dice que el rey siempre sabe estar en su sitio y la otra parte del gobierno dice que ha roto la neutralidad política. Que si lo mejor que habían acordado era coordinarse y para ello llegaron a poner tantas banderas de España como de Madrid, hasta un total de 24. Y para coordinarse, lo mejor que se les ocurre es celebrar ruedas de prensa por separado. Que si las fiestas privadas continúan celebrándose. Que los ciudadanos deben asumir una responsabilidad individual. Y con todo esto que está pasando, los ciudadanos con mascarillas incluidas, asistimos estupefactos y asombrados al sainete que están protagonizando quienes deberían ocupar todo su tiempo en resolver problemas y no crearlos, y en preocuparse por resolver unidos el mayor problema que tiene este país desde hace ya siete meses.

Y es que asistimos a diario a episodios que nos dejan perplejos por quienes deberían estar resolviendo problemas sin hacer ruido, porque ya hay suficientes como para generar más. Así lo recoge un estudio científico publicado en estos días, donde se señala que nuestro país se precipitó en la desescalada y remarca que dos de los principales errores son el de una sanidad pública infradotada y una baja capacidad de rastreo. Buena parte de razón debe existir porque durante toda esta pandemia, son los propios profesionales quienes lo vienen manifestando.

Por ello sería muy conveniente que no se repitieran algunos episodios de estos últimos días para no seguir profundizando en la grieta de distanciamiento de la ciudadanía hacia la política, los políticos y otras instituciones. Hace poco más de diez años la confianza de la ciudadanía en el Gobierno, en el Poder Judicial y en la Corona superaba ampliamente el aprobado. La política y los políticos no formaban parte de las principales preocupaciones de la ciudadanía. Hoy el panorama demoscópico resulta muy lejano y los datos de opinión muestran una percepción muy diferente, concluyendo con una percepción negativa y un nivel de satisfacción muy bajo. 

Es posible que los efectos de la pandemia oscurezcan una situación que ha empezado a cronificarse porque los niveles bajos de confianza de la ciudadanía en las instituciones se han producido y vienen manteniéndose. Las encuestas oficiales y no oficiales lo vienen señalando y desde hace tiempo los políticos, los partidos y la política son percibidos como uno de los principales problemas que tiene España. Todos estos ingredientes conforman una peligrosa combinación y más en una situación sanitaria, social y económica tan grave a la que se une la problemática de parecer que cada uno está haciendo la guerra por su cuenta, por lo que nos encontramos ante elementos esenciales que pueden marcar una percepción social de incapacidad o ineficacia para resolver los problemas y recuperar el crédito de la ciudadanía.

Por cerrar esta entrada con un tono menos serio, pero realista y que podría reflejar situaciones de otra época que se repiten....#Ayuso dixit: "Madrid es una España dentro de España". En fín, como dijo Fernando VII: España no es una tragedia. Es un sainete.... pero de una envergadura que alcanza a toda la piel de toro.

domingo, 20 de septiembre de 2020

La poderosa razón económica....

A veces cuando me propongo escribir una entrada para el blog, le doy un repaso a algunas de las noticias que a lo largo de la semana me han llamado la atención. La atención por diversas causas, aunque las reflexiones tienen más que ver con lo que veo y con lo que escucho en primera persona, porque con el paso del tiempo todos terminamos confirmando que es la mejor fuente, porque son en gran parte muestras de la vida cotidiana en general, que es aquello que nos alimenta y nos amplia los sentidos, aquello que nos genera la naturalidad que todos llevamos dentro y que no debemos perder, porque posibilita ver las cosas con cierta distancia y nos permite seleccionar.

Distancia y selección, porque hay muchas cosas que esta pandemia está oscureciendo. La prueba de ello, es que la mitad del tiempo de cualquier informativo es dedicado por todos los medios a informar sobre los efectos de la pandemia. Sin embargo, ha habido una noticia que ha centrado y ocupado mucho tiempo en los medios. Ha sido el proceso de absorción (fusión) de una entidad bancaria que hace años ocupó buena parte de las preocupaciones del Gobierno de entonces y de muchos ciudadanos en su día. Y es que puede que una de las conclusiones de muchas de las cosas que hoy nos están pasando, sea que la razón moral y la razón política hayan podido ser sustituidas por la razón económica. 

Será por esa razón que hoy sólo es útil e importante aquello que es rentable, y posiblemente la política por la propia conformación de las fuerzas representadas en el Parlamento haya caído en la debilidad o en el conformismo, porque a la vista de las declaraciones y el silencio de todos los actores, parecen irrecuperables aquellos más de 20-24.000 M. millones de euros que el Estado (todos) prestó a través del fondo de recuperación bancaria a una entidad financiera y que en esta semana ha sido absorbida....Recordando a Sampedro él decía que el sistema había organizado un casino, para que ganaran siempre los mismos y que había dos tipos de economistas, los que trabajaban para hacer más ricos a los ricos y los que trabajamos para hacer menos pobres a los pobres....

En 2008 fue la crisis financiera, años más tarde la digitalización, ahora el proceso de la absorción y cuando el proceso se haya enfriado, se hayan sentado los nuevos Consejeros y se coloquen sus sobresueldos, se iniciará el proceso de cierre de oficinas, despidos y jubilaciones anticipadas por la nueva entidad nacida al aire de la absorción-fusión realizada. Es una consecuencia del proceso de reestructuración bancario llevado a cabo en los últimos diez años y así lo refleja el último informe del  Banco de España, donde se señala la pérdida de más de cien mil empleos y el cierre de más de 22.000 sucursales.

Ahora que sucede todo esto recuerdo al Ministro Escrivá y su apuesta por incentivar a aquellos que retrasen la jubilación voluntaria para limitar las "prejubilaciones" y así aumentar la edad real de retiro, y pienso en todos los trabajadores de la nueva entidad cuando inicien el proceso de reestructuración o en aquellos trabajadores que una vez se acabe el periodo que los Ertes contemplan puedan llegar a ser despedidos o en aquellos jóvenes que siguen esperando una oportunidad para no seguir trabajando con un contrato basura...pero será que todo esto forma parte de la razón moral y ha sido superado y olvidado por la razón económica.

Hasta es posible que las frases de Sampedro suenen al siglo pasado. Y es cierto, son del siglo pasado, pero estamos en unos momentos en los que la gente no cree en casi nada y esos son los momentos en que se acaba creyendo en cualquier cosa....y esto es tremendamente peligroso.

domingo, 13 de septiembre de 2020

Gente corriente....

Hace unos días y como venimos haciendo desde hace algunos años durante la "celebración de las fiestas patronales", coincidimos un grupo de amigos. Nos dedicamos el tiempo a nosotros, a hablar de nuestros tiempos mozos...esa etapa de la vida de cada uno que aparece por la pubertad y llega hasta la edad adulta. Reflexionamos sobre lo que habíamos cambiado. Como región y nosotros mismos. Recordamos nuestros tiempos de jóvenes y sencillamente mirábamos con una cierta añoranza hacia atrás y nos reíamos. Sí, porque recordábamos nuestras cosas, quizá algunas no seríamos capaces de hacerlas hoy. Porque recordar es, en muchas ocasiones, una oportunidad para sonreir, para cerrar los ojos y sentir, para pensar en los momentos que permanecerán para siempre guardados en nuestro interior.
Y hace un par de años, nuestro paisano Luis Pastor en el teatro romano de Mérida nos decía en su maravillosa canción "Soy"... "soy lo que fuimos ayer, soy lo que está por venir, soy un deseo de ternura, un canto de cuna...soy parte de ti"...Y disfrutamos como pocas veces escuchando la canción y sobre todo reivindicando una forma de ser, que a pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo fiel a sus ideas, a su personalidad. Debe ser que los extremeños estamos tan impregnados de nuestras esencias y de nuestros orígenes que nos reafirmamos cuando recordamos esos tiempos de la "nacencia" que decía nuestro Chamizo.
Estos días se ha celebrado el Día de nuestra Comunidad. Un día diferente por la situación, un día más triste porque el que más y el que menos tiene algún recuerdo como consecuencia de la pandemia. Un amigo me comentó: no me pareció bien al principio aquello de repartir tantas medallas en reconocimiento a tanta gente, pero hoy tengo que decir que me ha parecido una forma de reconocer que en nuestra región hay mucha gente anónima que cumple con una de las mayores fortalezas que tiene el ser humano, su generosidad. Y aunque en los últimos años lo de las Medallas y su entrega ha cambiado, en esta ocasión y también quizá por el formato y la situación, ha sido un acto en el que el mayor brillo ha sido el de la gente corriente. Gente corriente que ha salido en la foto por primera vez, pero que el desempeño de su trabajo y dedicación es la mejor presentación de su conducta cada día.
Y esa quizás es una de nuestras mejores señas de identidad, porque nos sale de forma natural, porque los extremeños somos de esa forma de ser, esa conjunción de nuestros orígenes que reafirma nuestra identidad, ese origen que hoy sentimos reconocidos y del que tenemos el deber y el derecho a reconocernos y que se nos reconozca, porque aunque pasen los años...la gente corriente seguirá dando el ejemplo ya sea en blanco y negro o a todo color.
La historia, nuestra historia no puede ni debe olvidarse....los recuerdos los compartiremos siempre, porque nuestra memoria es uno de los patrimonios más personales que tenemos, por eso es seguro que los que hace unos días representaron a tantos, también reivindicarán en el futuro ese día en que la gente corriente por fín, fue reconocida.

domingo, 6 de septiembre de 2020

De la conducta de cada uno y....

Llevamos demasiado tiempo en un estado de incertidumbres y como escuché hoy durante la compra a una profesora, nos quedan unos cuantos días en lo que no sabemos lo que puede pasar y cómo vamos a poder reaccionar. Porque lo de los protocolos y las contrataciones está muy bien, pero las preocupaciones y las dudas nos están llevando a una situación en la que no sabemos cómo resolver en caso de que haya contagios en las aulas. Y pienso que las dudas no se van a resolver, porque el Gobierno y las Comunidades están diciendo lo de que hay que ir al colegio, pero los profesores, padres y madres tenemos una dentro de nuestro cuerpo que los nervios nos están generando una cierta sensación de ansiedad. Creo que esto es una realidad de lo que hoy está pasando en todos los profesionales de la enseñanza y en casa de todas las familias con niños en edad escolar, porque hay muchas dudas en toda la Comunidad educativa, como también mucha preocupación en los Gobiernos.
En la entrada de Urgencias del Hospital Universitario de Cáceres hay pinchada en una de sus paredes una sábana blanca (eso me pareció) con una frase inscrita. Sus letras están realizadas a mano y en distintos colores, estando acompañadas por el dibujo de tres figuras que representan a tres sanitarios con sus trajes de faena. Es una imagen que tiene menos repercusión que otras, desde luego muchísima menos visualización porque no sale en ningún medio televisivo o porque no le damos importancia o que simplemente cuando se visita un centro de estas características como es normal y lógico, estamos pendientes del problema y no reparamos. No es lo mismo cuando se pasan varias horas y buscamos engañar a nuestra mente haciendo otras cosas.
La frase inscrita me hizo reflexionar sobre su contenido, sobre su mensaje. "De la conducta de cada uno depende el futuro de todos"....parece que es una frase de Alejandro Magno, aunque no tengo clara la palabra futuro, porque creo que es destino. Al final el futuro y el destino forman parte de un camino, aunque no es lo mismo su significado. Pero la cuestión que me parece más importante es el mensaje de la frase de la sábana. El sentido común del que hablamos muchas veces, pero tengo la impresión de que nos lo aplicamos muchas menos de la que el mensaje trata de decirnos.
Es posible que Alejandro Magno cuando la estuviera escribiendo pensara en lo más importante sin dejar que el éxito le sobrepasara, porque pensaría que es mejor dejar que las palabras fluyan buscando su propio significado. Quizás por el lugar donde estaba en ese momento o porque las palabras tenían mucho de sentido común, pensé que había una llamada de los profesionales de la sanidad hacia aquellos que llegado el momento la necesitan, hacia todos, porque es cierto que la frase marca bastante y define el destino al que podemos llegar.
En estos tiempos que corren deberíamos recurrir en más ocasiones al mensaje de la frase, porque aquello que se aprende desde cuando somos niños puede que esté oculto, quizá sin que lo sepamos, pero permanece dentro de nosotros....y aunque estos próximos días esten llenos de incertidumbres y el riesgo cero de contagio no exista, hay que superarlo también con nuestra conducta, ya que buena parte del futuro de esos niños está escribiéndose hoy para ser la respuesta a su destino.

domingo, 30 de agosto de 2020

Desde mi atalaya....

He terminado de leer una conmovedora novela sobre una historia que nos recuerda que por encima de las ideologías, están siempre las personas y que, en los momentos decisivos, podemos ser capaces de lo mejor. Leer una historia como "El corazón con que vivo" escrita por una persona como Peridis, que es capaz de concretar en sus viñetas, historias actuales del tiempo que vivimos a través de su pluma, me ha hecho reflexionar en estos días y mirar con una cierta distancia un tiempo reciente vivido. Desde una cierta lejanía que como le decía a una amiga, me hace aún más valorar y seleccionar lo que verdaderamente es importante. Es un ejercicio que podría recomendar, pero como decía Sampedro a una señora que le dijo que su vida era una novela.... {si usted tiene una historia escríbala, escríbala usted misma}.
Víctor que está en sus primeras palabras, sonríe y pide las cosas apuntando con el dedo. Es una manera de no equivocarse hasta que sepa pronunciar lo que quiere, porque si le das algo que no es, te lo rechaza apartándolo con su mano. Es una forma de seleccionar y estos principios son una manera de saber lo que quiere siendo tan pequeño como es. Será el tiempo compartido o porque como he llegado a leer, es una nueva fuente de afecto que te hace sonreir y vivir con ilusión, rejuveneciendo la tierna sensibilidad de aquello que realmente merece la pena porque brota del sentimiento y del corazón.
Y es que siempre, pero quizás por las circunstancias del momento actual, la novela del río de la vida tiene un comportamiento que no valoramos lo suficiente, porque creemos que lo tendremos siempre o porque somos como somos. Leemos y conocemos de historias que son novelas conmovedoras. Que  nos hacen sentir pellizquitos, que nos hacen revolvernos y mostrarnos sensibles en la soledad de ese momento. Puede que sea que esta historia real que nunca creímos que tendríamos que vivir nos esté superando y que la desconfianza se haya adueñado de nosotros, porque entre otras razones estamos saturados de tanta información por todos los canales terrestres, marítimos y aéreos....digámoslo así, que así cabemos todos y todas!!!....o puede que el haber estado refugiado hacia nuestro entorno nos haya hecho inaugurar una nueva estación donde tiene mucha importancia la palabra selección.
Es tempranito y en un ensayo sobre una novela ficticia me dispongo a tener una visión de lo que pasa a nuestro alrededor desde la atalaya de mi terraza. Y esa disposición me lleva a mirar a lo lejos sin ver nada, solamente lo que alcanzan mis ojos. A reflexionar en el silencio de ese momento cumbre. Me parece estar en otro tiempo cuando escucho la sintonía de un móvil y suena un villancico. Me paro, cierro de nuevo los ojos y trato de ver. Y pienso que me gustaría que hubieran llegado esas fechas para tener una visión más clara de lo que pasa a nuestro alrededor, y para que aunque Víctor siga apuntando con su índice, pueda seguir aprendiendo a escribir las primeras letras de la estación de su vida.
La red me avisa de un recuerdo de hace unos años. De un tiempo en que una de las cosas importantes y que tenía valor en la vida, era la gente con clase. Y en aquellos momentos se decía que tener clase no dependía de la posición social, ni de la educación recibida en un colegio elitista, ni del éxito que se alcanzara en la vida....Tener clase se apuntaba como atractivo principal el tener belleza moral....y eso se determina desde el interior de cada individuo.

domingo, 16 de agosto de 2020

A vivir que son dos días....

A vivir que son dos días....es el título de un programa de radio que se emite los fines de semana. Desde la atalaya de las ondas se llega a todos los sitios y en todo el mundo se escucha. Puede que la radio se convierta por momentos en el compañero o compañera con el que nos despertamos o nos acostamos cada día. Ayuda a compartir y a veces escuchamos historias con las que nos solidarizamos o incluso nos sentimos conmovidos por ellas. Son las cosas del directo y el escuchar una voz que se expresa con sentimiento, que te suena verdadera...no me refiero a los tertulianos, que muchas veces aburren.
Estamos en un fin de semana que normalmente sería un día de celebración en prácticamente todo nuestro país, porque si hay un día del año que es festivo y en el que casi no hay ningún pueblo que no celebre una fiesta, es el que coincide con el 15 de agosto. También en alguna ciudad y pueblo de España es un día que después de 84 años aún se recuerda, pero por otras razones, porque la historia de una ciudad como Badajoz está unida a una fecha.
Pero en estas fechas en este año, nuestros pueblos y ciudades no están para fiestas y celebraciones. Y se nota. Se nota porque hay silencios en nuestras calles y plazas, hay más silencios que antes. Los ciudadanos no estamos disfrutando de nuestras vacaciones porque estamos demasiado pendientes todos los días de las noticias. Ese ser como somos, ese disfrutar como antes, esa bienvenida de nuestros amigos y familiares que pasan el año en otras ciudades, no es como otras ocasiones. Y se nota, sobre todo en nuestros pueblos, donde la cercanía y la efusividad de nuestra gente es una de nuestras señas de identidad.
La "fresca por la noche" en las esquinas de nuestras calles no sabe igual. El paseo esperando a que las ráfagas del aire te refresquen no es el mismo. Un mayor silencio se ha convertido en uno de los sentidos protagonistas de la noche. Un silencio que deja escuchar hasta las conversaciones que se producen a través de nuestras ventanas y balcones, e incluso permite escuchar y oir con nitidez nuestros propios pasos en el reencuentro nocturno del paseo de la noche por calles con historias. 
Y esa sabiduría popular que forma parte de ese ser como somos es muy bueno de escucharla y compartirla, porque es muy sana y nos dice muchas cosas. Y en esos ratos de recuerdos, en esos espacios del ayer, del hoy y del incierto futuro nos encontramos sin haber aprendido, porque nadie nos aseguró que habíamos pasado el examen. El examen de este tiempo, que un día nos cambió la vida y del que a la vista de las últimas noticias de números de brotes y contagios aún seguimos sin superarlo, porque no terminamos de asumir que o nos adaptamos a esta situación y convivimos con ella asumiendo la nueva realidad de forma responsable, o pasaremos a convertirnos en zombis que que van de un lado para otro sin sentido y preguntándonos si hemos aprendido lo que debíamos....es cierto, a vivir que son dos días, pero tratemos de conseguirlo de forma responsable individual y colectivamente, porque nos va lo más importante que tenemos, nuestra propia vida y la de los que están a nuestro lado.

domingo, 2 de agosto de 2020

Momentos de la vida....

Y se incian las vacaciones y las cosas siguen igual. Bueno, igual exactamente no. Seguiremos escuchando y hablando sobre lo que venimos sufriendo desde hace cinco meses, pero aparte de tener que estar soportando estas temperaturas, necesitamos desconectar de todo esto al menos durante unos días. Hay que intentarlo. Tenemos que volver a nuestros pensamientos donde podemos encontrarnos bellos momentos vividos. Son esos momentos mágicos, en  los que nos dejamos asaltar por esos reencuentros de otro tiempo no lejano. Son aquellos que tienen un valor inmenso, porque nadie los ha vivido. Sólo tú. Es muy positivo y gratificante hacer este ejercicio, porque conseguimos que nuestra mente se libere. Incluso, hasta podemos llegar a sonreir.
Pensaba en ello en ese trayecto entre el Guadiana y el Tajo. En estos días donde se producen reencuentros con amigos y familiares. Aunque este año será distinto, porque la gente está más en sus casas que en el contacto de la calle. Estamos llegando a un tiempo en el que las historias guardadas y que se almacenan en el disco duro de la memoria, se rebrotan y nos golpean. Pensamos en los momentos vividos a lo largo del río de la vida, para no olvidar que al final la vida es un pequeño soplo de libertad que se comparte con el tiempo que convivimos, un tiempo que pasa y que no vuelve.
En ese tiempo del rio de la vida nos pueden asaltar momentos en los que nos hubiera gustado tener conversaciones con los seres queridos que hoy ya no están a nuestro lado. Son aquellas conversaciones y recuerdos que nos hubiera gustado volver a compartir. Porque la experiencia y la mirada hacia atrás nos puede hacer recordar aquellas preguntas que nos habría gustado hacer. Porque esas respuestas que viven de la sabiduría del tiempo y de la vida, te hacen pellizcarte desde la profundidad de los sentimientos.
Y en esta etapa en la que ya hemos pasado por varias entradas y salidas nos empezamos a dar cuenta mirando hacia atrás, de que tal vez nunca fuimos tan sinceros ni honestos con nuestras emociones y sentimientos como durante la etapa de la adolescencia. Quizás es que los recuerdos nos lo muestra de esta forma. Quizás es que la sinceridad nos lo muestra así y es la fase del rio de la vida en que tomamos conciencia social y comenzamos a pensar en situaciones que no se limitan a lo que vemos, oímos y podemos tocar en nuestro entorno más cercano.
En una de las conversaciones de la semana escuchaba en silencio como puede llegar a brotar la vida. Cuando una mirada te puede llegar a decir más que las palabras. Cuando un beso te puede llegar a acariciar por dentro sin apenas rozarte. Cuando un abrazo, una mirada y un beso puede conseguir llevarte al interior de los sentimientos....al final la vida, es eso,  un pequeño soplo de libertad que compartimos con los momentos que vivimos.

domingo, 26 de julio de 2020

Mi sistema...tu sistema....Nuestro sistema.

Esta semana ha habido práctica unanimidad en las portadas de los medios al calificar como "histórico", el acuerdo alcanzado por los máximos representantes de la Europa de los 27 para relanzar las economías europeas y afrontar de esta forma las repercusiones del covid-19. Al margen de los aplausos y bendiciones del acuerdo y la distinta forma del reconocimiento por unos y por otros, lo que hubiera sido positivo y politicamente elegante, es reconocerlo como un gran acuerdo por lo que recibirá nuestro país. Un acuerdo que resuelve y remarca las diferencias del cómo se resolvió el inicio de una crisis, la del 2008, y el inicio de la actual. Quizás la mejor expresión a nivel de imagen del significado del acuerdo, es que los únicos aplausos que se hubieran producido hubieran sido los realizados  por la unanimidad del Congreso. Algo parecido a lo que ha sucedido en el Parlamento  de Italia, donde todas las fuerzas políticas han aplaudido la gestión y el acuerdo conseguido por su Jefe de Gobierno. Pero será que nos sigue persiguiendo aquel dicho de "Spain is different"....
En lo que va de siglo, hemos tenido que afrontar dos crisis. La actual, sin poder evaluar hasta dónde va a llegar. Pero la impresión a veces es que se reacciona como a fuerza de impulsos por imperiosa necesidad. Algo así, como que cada vez que suceden, descubrimos que Europa no está suficientemente cohesionada en un proyecto europeo para hacer frente a un problema que es global, como se ha puesto de manifiesto con la pandemia del covid-19. Tiene que suceder una crisis para responder y conseguirse avances. Se hacen cumbres que se resuelven en reuniones maratonianas, como dando la imagen de que nadie quiere ceder a los que piden o necesitan, porque realmente nadie quiere dar. Se reproducen los ejes norte-sur. Es algo que se repite y que puede que aleje a los ciudadanos de creer realmente en la Unión Europea.
Quizás hayamos escuchado o leído en alguna ocasión que los tiempos de crisis son momentos también de oportunidades. Las oportunidades como momentos que pueden aportarnos razones para arriesgar y ello puede llevarnos a situaciones reales de cambios que nos posicionan y nos hacen tomar decisiones, aunque no exista ningún manual. Sólo el que la experiencia nos aportó de lo que hicimos y no salió bien, porque al final es lo que perdura en nuestra memoria selectiva y es que nada asegura mejor el aprendizaje tras una crisis.
Uno de los mejores ejemplos del aprendizaje de esta crisis podría ser el ordenar, regular e identificar aquello que no funcionó en esta España autonómica y que en estos últimos días estamos comprobando. Aquello que debería ser objeto de regulación en competencias cedidas. Aquello que al ser de todos o parecerlo, al final parece que no es de nadie, porque es competencia universal y todos de alguna manera se refugian en ello, para no asumir la responsabilidad cuando las cosas no van bien o no funcionan. Me refiero al ámbito de las competencias que afectan a la salud, para que nadie pueda hablar de "mi sistema" de salud. Porque si algo ha quedado claro en esta crisis es que una pandemia no conoce de fronteras ni de sistemas al no tener límite su capacidad de expansión.
Ojalá Europa haya dado un paso histórico no solo en conseguir un gran Acuerdo para afrontar mejor los efectos de esta crisis. La experiencia nos debería aportar que en una crisis global y esta lo es, sus efectos son globales y afectan al conjunto de la humanidad, por lo que convendría guardarlo en la memoria selectiva, reconociendo que las decisiones y las medidas trascienden los territorios....y es por ello que quizás sería adecuado que lo que nos afecta a todos, estuviera en un solo sistema para entre otras cosas, nadie pudiera hablar de "su sistema".

domingo, 19 de julio de 2020

Efectos de este tiempo....

Llevamos casi cinco meses en los que convivimos con la amenaza de una enfermedad. Una enfermedad que ocupa espacio en nuestros pensamientos y por tanto en nuestra vida. Ves, escuchas, lees y compruebas que los diarios, las revistas, la televisión, radio, las redes sociales no paran de hablar de otra cosa que de la Covid19. Con la información seria de los expertos y con sus consejos prácticos, también con los vídeos e incluso los chistes y los malditos bulos en relación con la pandemia, hay que confirmar que nuestros nuevos hábitos de vida están ocupados en gran parte de nuestro tiempo con el espacio que dedicamos a tratar de estar informados.
Hay otros efectos que no forman parte del tiempo de nuestra vida que tratamos de dedicar a estar informados. Son efectos que la propia amenaza del virus está causando en nosotros mismos. Hoy quizás nos estamos volviendo más desconfiados hacia gente que no conocemos y por tanto ello tiene una repercusión en nuestras relaciones sociales. Es el miedo al contagio y a ese efecto de lo desconocido, pero más en estos momentos sobre las sospechas que pueden llegarnos a hacer dudar más de las personas de otras culturas, lo que podría llegar a alimentar actitudes de tipo xenófobas o racistas. En algún caso de nuevos brotes ya se han hecho real este tipo de efectos, sobre todo con las personas inmigrantes.
Este tiempo nos ha marcado definitivamente y resulta complicado el volver a recuperar la confianza cuando todos los días recibimos mensajes que ocupan nuestra atención. Que nos generan a veces una situación de ver un enemigo en el ambiente. Nos preguntamos y nos asaltan las dudas. Tenemos respuestas en nuestro círculo de confianza, pero sin embargo hay algo que nos golpea en el interior y ahí aparecen las inseguridades. Nos respondemos con la seguridad de que lo que depende de mi lo protejo, pero sin embargo no es suficiente, porque hay muchas cosas que no controlamos ni dependen de nosotros.
Uno de los ejemplos de esos efectos es lo que está pasando con la obligatoriedad del uso de las mascarillas. Casi todas las Comunidades Autónomas excepto dos, han aprobado e impuesto el uso obligatorio aunque se guarden las distancias. Se podría hablar de las vueltas que se le dió en un principio y las distintas posiciones tanto de expertos como de los Gobiernos, pero los rebrotes por toda España han provocado que se tengan que endurecer las medidas y exista práctica unanimidad en cuanto al uso. Un claro efecto en forma de deber y que ya ocupa espacio en nuestro día a día.
Esta pandemia nos ha puesto frente a una realidad nunca vista, nunca vivida. Una situación ante la que nuestro cerebro no sabe cómo reaccionar porque conlleva efectos nuevos. Un claro ejemplo es que no podemos controlar cómo nos podemos sentir. Pero también debe hacernos posible aprender a controlar nuestras emociones y los momentos de cambios e inseguridades.
"La memoria es un deber y el mejor homenaje que podemos hacer es mantenernos unidos en su recuerdo y construir el país que (las víctimas) hubieran querido compartir"...lo decía en esta semana el hermano de un periodista fallecido por el virus....en los primeros días de la pandemia y cuando los aplausos se convirtieron en el saludo que no podíamos darnos, decíamos que de esta saldríamos mejores. La pregunta que hoy podríamos hacernos es qué necesitamos para conseguirlo, y sobre todo, qué está en nuestras manos para de verdad salir de esta más fuertes, siendo sobre todo más responsables y coherentes con nuestras propias palabras....sería el mejor efecto de todo este tiempo de pandemia.

domingo, 12 de julio de 2020

Las hojas y las ramas....

Leía una frase de un amigo que decía "las hojas se caen cada año, pero las ramas permanecen". Una frase en plan metáfora que es muy cierta. Pasa cada otoño, maduran los frutos y caen las primeras hojas. Es posible que sea producto de algún signo por su tiempo de maduración. Por su momento de quedar más limpio el árbol, aunque las semillas que caen en muchos casos, inicien lo que será el próximo fruto de la temporada. Aunque este tiempo es un poco peculiar. Será que hasta los árboles han querido respetarlo sabiendo que íbamos a necesitar algo más de sombra para soportar las temperaturas del verano.
En cualquier caso, es un tiempo para seguir reflexionando, porque los acontecimientos de éstos últimos días nos están haciendo volver a recordar momentos vividos hace pocas semanas. Unos momentos que en esta ocasión no son fruto de no conocer los peligros que compartimos. Unos momentos que están cercanos por su repercusión y sobre todo por su afectación. Unos momentos que hasta hemos llegado a pensar que estaban superados por aquello de que no había contagios y muertes. 
Hemos estado leyendo, viendo, escuchando a diario las noticias sobre que el virus estaba con nosotros. Que no se había marchado. Que seguía conviviendo entre nosotros. Ni el calor, ni las tormentas de verano han conseguido que se vaya. Hoy observamos un mapa del país y no hay ninguna Comunidad Autónoma donde no haya un brote del virus. Se ha estado pidiendo responsabilidad, cumplimientos de las medidas de seguridad y de distancia social, pero el virus es como si tuviera ojos y se convirtiera en ese peligroso mosquito que sin darte cuenta, inyecta su veneno. Pero no sólo está sucediendo que los ojos del "bicho" nos miren y nos infecten. Algo más peligroso está haciendo que el virus vuelva a atacarnos y es que ha encontrado un aliado con el exceso de confianza de los ciudadanos. Es uno de los efectos de que hayan aparecido los contagios. Tenemos que saber que hasta que no haya una vacuna o tratamiento contra el virus, va a haber brotes. Es cierto que no podemos vivir sin superar el miedo, pero no podemos pecar de imprudentes. Por eso y por otras razones, hay que aplaudir que la mascarilla sea obligatoria. Con su incomodidad que la tiene, pero son momentos para prevenir. Hay personas que también tienen otras incomodidades y las aguantan en silencio
Repasando una viñeta de hace unos días, veía a unos sanitarios intentando cerrar unas puertas a las que el virus empujaba y estaba consiguiendo abrir. Dentro, en el interior de la sala había mucha gente practicando las relaciones sociales. Sin mascarillas. Sin guardar las distancias de seguridad. Charlando y tomando copas alegremente, como si con ellos no fuera la historia. Una historia que tiene un pasado reciente, lleno de padecimientos. Ya sabemos lo que se dice sobre ello. Al final, si no la tenemos en cuenta, volverá a repetirse.
Recordando la frase de las hojas y las ramas, añadiría que las hojas caen de forma tranquila y dulce ofreciéndonos a veces un bello escenario con su contraste de colores, mientras las ramas permanecen fortaleciendo el árbol de la vida....de todos y cada uno de nosotros y nosotras depende seguir fortaleciendo el río de la vida.

domingo, 5 de julio de 2020

Ya no hay aplausos....

Una de las imágenes que pasará a la historia dentro de las tantas de estos últimos meses, pero de forma muy singular, será la de los aplausos con los que todos y todas salíamos a nuestros balcones y ventanas a las 20 horas durante la etapa del confinamiento. Los aplausos eran la sustitución del abrazo, la alternativa de chocarnos las manos cuando en otro tiempo no lejano nos encontrábamos con algún amigo o conocido después de algún tiempo. Los aplausos eran como una forma de darnos la mano a distancia. Lo hacíamos todos expresando un apoyo a la mucha gente que estaba en la primera línea trabajando y de forma más personal hacia los sanitarios, aunque no eran los únicos.
En esta semana escuché a un sanitario que actuaba como portavoz en defensa de la sanidad pública. Sus argumentos salían desde sus adentros y clamaba casi llorando a que no olvidáramos lo que habían pasado. Pasaba de mensajes de unos y de otros, de los de la Comunidad de Madrid o de los del Gobierno del país. No querían recibir más mensajes. Querían que se tomara nota, pero sobre todo que no se dejara pasar más tiempo para ir a los hechos, porque el virus nos ha dejado en evidencia y no podemos mirar hacia atrás buscando culpables. Unas palabras, a las que podrían unirse las de la desolación y el desencanto que transmitía con su voz.
Y estas peticiones que los sanitarios hacen el esfuerzo para que no se olviden, son muy adecuadas para el momento actual. Por los brotes que están apareciendo, pero sobre todo porque lo que hemos pasado nos puede volver a pasar y es por eso que pedían a gritos que se dejara la estrategia cortoplacista. Que se buscara el acuerdo para defender y fortalecer el sistema público. Que no había que buscar más errores, porque con todos los que habían sucedido, lo que se tenía que hacer era aprender de los mismos.
Queriendo ser optimistas, algunos de los hechos que han sucedido estos últimos días nos indican un cambio. Quizás es por el momento de que unos han visto que solos no se puede caminar y otros que su estrategia de crispación no les está dando resultados. También hay quien dice que la foto es solo producto y continente, pero que se lleguen a acuerdos entre el Gobierno, Sindicatos y Empresarios siempre es positivo para el país. Como también buscando ser optimistas, es positivo que los grupos de trabajo creados dentro de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica en el Congreso hayan aprobado las conclusiones de los grupos con una mayoría importante. Porque cuando se producen este tipo de acuerdos hay que analizarlos no solo por el contenido que incluye, sino también siendo conscientes de la dificultad del momento por el tiempo de la crispación que se ha instalado en nuestros políticos.
Retomando las palabras del sanitario y su grito reivindicando los aplausos como la mejor expresión del ciudadano para que no se olviden en la defensa del sistema público, creo que todos hemos aprendido mucho más de la adversidad de este tiempo. Siempre es así que aprendemos más del dolor y de la desgracia, aprendiendo también con lo que vivimos y no con lo que nos cuentan, porque nos han contado muchas cosas en estos últimos meses. Cosas que han pasado, pero sobre todo muchas vidas que ya no se van a recuperar.
Dice José Mujica...."lo verdaderamente importante de la vida es el mañana"...y ese mañana, es cada día el presente que sigue necesitando del aplauso de todos y todas como ejemplo, porque vivir el momento presente es algo de lo que siendo todos conscientes, muy pocos hacemos realidad....

domingo, 28 de junio de 2020

Aprendiendo de las crisis...

Desde la soledad del espacio y con el silencio de una mañana fresca, desde la mirada perdida hacia un cielo azul que despierta, con el sol que asoma queriendo romper con su fuerza y estando sentado en mi terraza, reflexionaba sobre lo que han dado de sí estos cien días de esta crisis. Nos enfrentamos sin estar preparados a un cambio en nuestras vidas, a una pérdida de nuestra libertad, a una responsabilidad individual y también colectiva, a un golpe en nuestra conciencia interior para aportar desde nuestra impotencia, una alternativa que pasó por quedarnos en casa. Quedarnos en casa y no salir. Con sensación de incertidumbre y desconcierto por lo que escuchábamos y leíamos. Todos lo recordaremos y lo valoraremos de distinta manera según nuestras situaciones personales.
En alguna ocasión escribí sobre la importancia de los aprendizajes y que estos nunca terminan de estar aprendidos porque no terminamos de atenderlos. Es posible que la razón esté en que hay muchas teorías y como decía hace unos días, casi todo se puede decir. Pero una de las consecuencias de esta crisis es que siendo en la posibilidad del riesgo todos iguales, lo que nos descubre y provoca, son desigualdades que cuestionan y ponen a pruebla y en evidencia los sistemas de los Gobiernos, de las Instituciones, de la sociedad con sus debilidades y es entonces cuando nos surgen interrogaciones acerca de quienes gestionan, porque aparece la luz de que no gestionamos ni aprendemos de los fracasos.
Ahora que aún no hemos superado la crisis de los contagios del virus y la mejor prueba son los rebrotes que se extienden por todas las Comunidades Aútonomas, se sigue hablando de la posiblidad de una segunda ola del virus, problamente en otoño. Una de las evidencias que deberíamos haber interiorizado es que ante una crisis global no puede haber solo respuestas nacionales. Que el tratamiento y no solo del virus, lo tenemos que hacer pensando y actuando como un problema de una complejidad global y sistémica, por lo que las respuestas tienen que reunir esas características y acometerse de esa forma, para que ante una repetición del virus con esa intensidad, tengamos identificadas las actuaciones y no repitamos lor errores por falta de conocimiento y previsiones.
Siempre se aprende de las crisis porque estas siempre nos aportan. Y también nos enseñan cómo prevenir. Pero sólo cuando se les tiene en cuenta, cuando no dejamos de dar la cara ante las mismas. Ahí la crisis vuelve a colocarnos ante nuestro espejo y la responsabilidad individual se antoja como la más razonable, como la más previsora y la que ofrece más seguridad. Esta podría ser una de las mejores conclusiones de este tiempo encerrado, donde los ciudadanos entendimos que primero estábamos nosotros, y nosotros fuimos y somos todos. Convendría mucho seguir teniéndolo muy presente ante los rebrotes porque el "bicho" sigue en el ambiente y todos los días pasa cerca de nosotros.
Ahora que en esta última semana se aportó luz para salir un poco todos más juntos de esta crisis con la aprobación por una amplísima mayoría del real decreto-ley, que regulará nuestra vida después del estado de alarma, sería un buen aprendizaje que aunque sea tarde, todos hayan podido entender y asumir lo que los ciudadanos entendimos y asumimos...que todos juntos es la manera de responder a un problema global como es una pandemia que no entiende de respuestas de gobierno, sino de respuestas como país.

domingo, 21 de junio de 2020

Las crisis siempre nos aportan...

"Una de las enseñanzas de esta crisis nos está diciendo lo equivocadas que han estado nuestras prioridades en las últimas cuatro décadas. Hemos trabajado mucho para tener más globalización económica, y hemos invertido muy poco para asegurar los bienes necesarios para la sanidad pública. Si hubiéramos dado la misma importancia a la OMS que a la OCDE o al FMI nos habría ido mejor". El que responde de esta manera es el ganador del Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2020 y no sorprenden sus respuestas por cuanto si se analizan los encuentros económicos de las organizaciones más poderosas siempre son las conclusiones económicas las que prevalecen, siendo dos organismos que deben promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas en cualquier parte del mundo.
Pero la crisis nos ha vuelto a desnudar ante nuestros espejos interiores. Hasta el punto de no importar el torpedear las posibilidades del propio país condicionando las ayudas europeas del plan de recuperación económica y social, como han sido las maniobras de presión en la Eurocámara por parte de los Eurodiputados del Partido Popular Europeo. Siempre sucede en todas las alternativas de propuestas de salida de la crisis y es donde se pone de manifiesto esa foto ante el espejo. Algo que lamentablemente se repite en la historia. Cuando se trata de dar una respuesta global unitaria en todos los sentidos de fuerza y unidad como país ante el resto, salen los intereses del cuanto peor, mejor.  Son los mismos de aquella famosa frase de Rajoy "cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí".
Aún con estas estrategias que se dan no solo en Europa, sino también en el Congreso con su Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que va camino de convertirse en una comisión de esas de las que a pesar de las páginas que llene, al final son "más importantes los reglamentos", hay un tiempo de esperanza que se ha producido en esta semana con el Pacto por la Recuperación en Castilla y León, donde resumidos en 84 puntos se acuerdan compromisos concretos con partidas económicas fijadas abordándose la situación de la Sanidad, los servicios sociales, el empleo, las empresas, etc. Un Pacto que han firmado todas las fuerzas políticas con representación en el Parlamento (PP-PSOE-CIUDADANOS-PODEMOS y un partido de Avila) y que se convierte en una alternativa donde todos los partidos han puesto por delante las exigencias y necesidades de la ciudadanía, destacando la importancia de haber buscado los que les une. Un pacto que aporta seguridad y esperanza, situándose frente al ruido de otros y que en ningún momento se plantea quiénes pueden ganar con ese pacto, porque lo que tienen todos como altura de miras son que su Comunidad pueda salir lo más fortalecida posible de esta crisis. 
Igualmente sería positivo que en todas las Comunidades donde se está trabajando por conseguir un pacto similar al de la comunidad castellana se llegara al Acuerdo. Como sería deseable que en el Congreso se consiguiera un gran Pacto por todas las fuerzas políticas. Sería una forma de responder al esfuerzo que todos y todas hemos llevado a cabo con nuestro confinamiento. Sería la resolución de los aplausos a todos los que se lo han jugado en primera línea y la mejor fórmula con la que encarar la llamada nueva normalidad que ahora se inicia. Sería el espejo en el que se tendrían que mirar los máximos representantes de los partidos en el Congreso y en caso de que no lo consigan, preguntarse cómo es posible que en las Comunidades se produzcan los acuerdos y para el conjunto del país ellos no sean capaces de alcanzarlo.
En mi lectura reflexiva de la semana encontré una frase que creo que tiene relación con los resúmenes que se escriben en la prensa en esta última semana sobre lo que han significado estos cien días en Estado de alarma y que viene a decirnos que "una de las paradojas de las sociedades democráticas es que casi todo se puede decir, pero la inmensa mayoría de las cosas que se dicen, queda a beneficio de inventario"...y como el espacio de los posibles acuerdos cada día se estrecha más, no estaría de más que aprendiéramos que las crisis son un espejo que siempre nos aportan, que siempre nos retratan incluso ante nosotros mismos, y ante las cuales sobrán las palabras y sólo valen los hechos.

domingo, 14 de junio de 2020

Lo de todos...

En alguna ocasión seguro que hemos reflexionado sobre aquello que siendo de todos, parece tener menor importancia que lo de cada uno. Quizás es difícil encontrar una posición que reúna unanimidad en muchos asuntos, pero en este cada vez que hay una crisis que nos afecta a todos, es una pregunta que me hace reflexionar. Será verdad por aquello de que la historia se puede llegar a vengar si no se la tiene en cuenta, pero es cierto que me sirve para reflexionar sobre lo que viene pasando en estos últimos meses en nuestro país. Puede que haya mucha gente que no se lo plantee. La velocidad de los tiempos y las autopistas en las que circulamos no nos permiten pensarlo. Es hasta posible que sea así. Pero cada vez que hay un problema que nos afecta a toda la sociedad, creo que de una o de otra forma nos hacen dudar sobre lo importante que es lo de todos. También que al ser un problema de esa relevancia, puede resultar fácil desviar la responsabilidad hacia el otro. Es como aquella frase que viene a decir "lo de todos, al ser de todos, al final no es de nadie".
Cuando todo esto acabe si es que algún día acaba, será conveniente reflexionar sobre las respuestas que se han dado y sobre aquello que no hemos sabido o no hemos podido resolver. A veces es como la respuesta que se da: ahora toca trabajar juntos y después ya vendrá el tiempo de pedir responsabilidades. Sucede que cuando toca pedir responsabilidades, la respuesta es que lo que pasó, ya pasó, y que ahora estamos en otro tiempo. 
Hay una coincidencia general sobre lo que ha pasado en las residencia de mayores. Los 20.000 fallecidos en residencias por causa del coronavirus equivaldrían a un 72 % del total notificado oficialmente por el Ministerio de Sanidad. Cifras que nos tienen que obligar a mirar siempre de frente, a reconocer una realidad, un problema que teníamos y que continuará si no se controla. Quienes han tenido o tenían que dar respuestas lo saben mejor que nadie. No lo podrán olvidar porque aunque pase el tiempo, son de esas cosas que la historia siempre va a recordar.
Y es indignante cuando la responsabilidad ante un problema como el que ha sucedido con la gestión de las residencias trata de desviarse. Hemos leído y escuchado de nuevo en el Congreso en esta última semana cómo el problema de las competencias y la gestión de las residencia ha sido de nuevo el foco elegido para desviar hacia el Gobierno central la responsabilidad con el ánimo de seguir generando polémica en una estrategia clara de desgaste político, cuando el Decreto-ley por el que se instauró el estado de alarma recoge que las Comunidades Autónomas mantendrán sus competencias entre las que figuran las residencias de ancianos y los hospitales.
La frase "lo de todos, al final no es de nadie", se muestra como un ejemplo ante una situación como la que vivimos. La generación que sufrió y que lo dió todo para que nuestro país hoy pueda mantener el Estado de Bienestar no ha pedido que se reconozca su esfuerzo, no quiere medallas, solo quiere vivir con dignidad y no más desengaños. Creo que ellos no tienen dudas sobre la frase, porque entendieron la vida de forma mucho más sencilla y ahí está su ejemplo. Siempre tuvieron claro que había que sumar para resolver los problemas, que no se trataba de discutir como en la famosa fábula de si eran "galgos o podencos"....porque resolviendo lo de todos, también resolviamos lo de cada uno.