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domingo, 26 de mayo de 2024

Denunciar no es politizar....

Hace unos días un vecino del barrio de las 800 viviendas de Badajoz resumía en unas palabras lo que a veces puede que sea uno  de los motivos por los que la gente está cansada de los políticos. Venía a decir que hay muchos días para estar en los problemas que tienen los ciudadanos y no uno solo para visitar a la gente. Es posible que esas palabras sean compartidas por muchos. Porque puede que formen parte del sentir de un determinado día y de una situación concreta. Fruto de la soledad ante los problemas que se prometen resolver, del olvido o de otras circunstancias que en cualquier caso pueden llevar a esa conclusión. Puede que sean fruto del cabreo y del hartazgo de escuchar promesas y comprobar como pasa el tiempo y las promesas son eso. Palabras y palabras, que se convierten con el paso del tiempo en renovación de promesas.

Hace unos días escribía en mi perfil de una red social que las reivindicaciones siempre tienen un motivo. Y siempre entre esos motivos hay un punto de desigualdad, sea la que sea. La queramos ver o no, pero siempre aparece. Y la desigualdad es un síntoma claro de que hay un problema. La campaña que se ha desarrollado en estos días desde las Asociaciones Vecinales de la ciudad reclamando más atención para los recursos e infraestructuras de los barrios es una clara señal de problemas que generan desigualdad y como decía el vecino de las 800, de hartazgo y cansancio. Porque los problemas que existen no se desconocen, pero se ocultan porque no se hablan de ellos. Y una de las conclusiones de esta campaña es que se ha puesto en público lo que se ha venido ocultando por parte del gobierno municipal. Por eso el lema de la campaña ha sido que "Nos preocupa Badajoz", y esa preocupación es por el abandono, la dejadez y la desidia que sufren nuestros recursos e infraestructuras, que no debemos olvidar nunca que son pagados con nuestros impuestos.

Y ante esta campaña donde las evidencias se comprueban porque forman parte del diario, la ciudadanía cada día ha estado comprobando cómo están los recursos que tienen más cercanos, pero también han podido observar cómo están los recursos en otras partes de la ciudad. Y denunciar todas estas situaciones y este estado de abandono en que se encuentran muchos barrios de la ciudad, a algunos no les interesa reconocerlo y por ello tienen como única respuesta que el asunto se ha politizado. Denunciar la desigualdad no es politizar. Denunciar el abandono de lo que pagamos con nuestros dineros los ciudadanos, no es politizar. Denunciar el olvido de proyectos prometidos no es politizar. Denunciar las situaciones de falta de inversiones en los barrios mientras en otros se invierte todos los años, no es politizar. Denunciar que el estado de parques, fuentes, calles y aceras es penoso, no es politizar. Denunciar la falta de compromiso y del cumplimiento de los plazos de finalización de los proyectos, no es politizar. Denunciar que la desigualdad sigue creciendo por vivir y tener recursos dependiendo de la zona donde se vive, no es politizar. Denunciar nuestra preocupación por todo este abandono y generación de desequilibrios y desigualdades no es politizar. Y aunque quieran seguir reaccionando como único argumento que todo es politizar, será la prueba de que lo que realmente muestran es el de no querer reconocer que cada día el descontento social es mayor porque sencillamente las evidencias no hace falta contarlas, porque se ven cada día por la ciudadanía.

Lo hemos venido diciendo desde la sociedad civil que representamos. Reconocimiento, respeto y escucha. Respeto, porque entendemos que podemos aportar desde nuestra experiencia y que mostramos nuestra seriedad y compromiso ante las dificultades. También porque los representantes vecinales tenemos nuestros Estatutos y nos presentamos para que los vecinos propongan, decidan y voten. Escucha, porque entendemos que es una buena fórmula para conocer los problemas y entenderlos. Pero escuchar significa compartir y asumir, como se hace cuando se quieren resolver los problemas. Y Reconocimiento, porque nosotros reconocemos a quienes tienen la responsabilidad de la gestión y el apoyo de la ciudadanía y éstos deberían hacer lo mismo con quienes representamos a una parte de la sociedad civil. Y en este nuevo tiempo nadie debería tener dudas de que la política es una actividad que tiene mucho que ver con respetar la diversidad, la opinión y la libertad. Una actividad para denunciar y reclamar los derechos que no se cumplen y que como ciudadanos nos corresponden y también para denunciar aquello que genera desigualdad y que cada día nos afecta más, porque la política como espacio público compartido no es patrimonio de nadie, tampoco de los políticos.

domingo, 19 de mayo de 2024

La "BH" negra....

No recuerdo exactamente los años que tendría cuando mis padres me compraron una bicicleta BH. Podrían ser sobre unos diez años. Seguro que como a muchos niños con esa edad le costaba moverla. Pesaba. Las bicis de ahora las cogemos con una mano y las levantamos. Entonces no, había que utilizar las dos manos y aún así, pesaban. Lo recordaba durante estos días, porque he estado por algunas zonas de Badajoz por donde no había pasado nunca. Y me acordé de la bici. En mi pueblo me gustaba ir por calles desconocidas, por donde no había pasado nunca y siempre terminaba en la plaza de todas las plazas. Me parecía siendo un niño que tenía que descubrir cosas para conocerlas y poder hablar de ellas. En una gran ciudad es distinto, porque donde hay mucho es imposible tener el detalle, pero a veces las imágenes se quedan grabadas en la memoria. Y algo de esto es lo que me ha pasado descubriendo espacios que conforme iba pasando por ellos me transportaron a otro lugar, pero que reafirmaron mi visión y posición sobre las desigualdades que existen entre barrios de Badajoz.

Reflexionaba paseando por esas calles que ya no se van a borrar de mi memoria y recordaba de nuevo a una periodista que escribió un bonito artículo sobre el Casco Antiguo. El que se ve y se enseña, y el otro que se oculta. Reflexionaba sobre las reivindicaciones que en estos días estábamos difundiendo sobre el abandono y la dejadez que sufren muchos de los recursos e infraestructuras de los barrios de la ciudad. Reflexionaba sobre el porqué no se reconocen esas situaciones que generan que existan distintas clases de ciudadanos y se tratan de ocultar no hablando de ellas. Reflexionaba sobre el porqué conociendo que existen no se actúa para paliar o ayudar a que la brecha de la desigualdad no se siga agrandando. Reflexionaba sobre el porqué no se asumen las responsabilidades, cuando conociendo lo que existe se mira para otro lado y se pasa página como si con ello se resolvieran los problemas. Reflexionaba.

Los que gobiernan tienen un problema cuando abandonan la posición social y el estar en la calle, y piensan que con la parte institucional resuelven ese espacio que olvidan. Quizás es que los políticos por aquello de los medios y las redes piensan que su imagen se multiplica. Y es cierto porque los pueden ver mucha gente. Pero uno de los problemas es cuando creen que con eso todo está hecho, porque entonces pueden llegar a creerse lo que no son y es cuando inician la pérdida de saber lo que está pasando, porque han dejado de pisar la calle y de compartir y escuchar a los ciudadanos. Es muy preocupante perder las referencias porque se olvidan los orígenes. Quizás es uno de los peligros de este nuevo tiempo donde hemos olvidado con facilidad nuestra preocupación por lo que es de todos y quizás por ello sólo miramos hacia los recursos e infraestructuras que tenemos más cerca y las demás no nos importan.

Con aquella BH por las calles me sentía bien. No sólo descubrí y aprendí. También a circular despacio y tener el freno muy a mano porque muchas de las calles de entonces no son como las que hay ahora. Las calles eran de "gorrones" que decimos en mi pueblo. Las calles de ahora, sobre todo en las ciudades, tienen otros problemas y se comprueban. Apenas se ven bicicletas o no reparamos porque vamos deprisa. Aún así, podemos comparar el paso del tiempo y comprobamos las evidencias de un cierto abandono por la dejadez o la desidia, aunque a nuestros gobernantes no les guste que se les diga. Siempre que hay una reivindicación es porque existe una desigualdad y deberían asumir aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar, que reconocerlo es un claro signo de sensatez, de seriedad y de compromiso para repararlo y volver a recuperar la credibilidad. 

sábado, 18 de mayo de 2024

La Agenda Urbana de Badajoz....

Hace unos días el Ayuntamiento de Badajoz presentaba lo que denominó como la redacción de la Agenda Urbana de la ciudad. El objetivo consistía en que por parte de la ciudadanía se votara un cuestionario para el que tan sólo dieron siete días para que se votara sobre un cuestionario de proyectos preestablecidos y numerados. Unos proyectos que podrían contribuir al desarrollo de la ciudad para los próximos años, según decía en la presentación el Concejal delegado. Lo vinculaban con algunos de los objetivos de desarrollo sostenible que forman parte de la Agenda Urbana de España 2030, aunque si comparamos lo que se recoge y se priorizaba, podemos encontrarnos muchas diferencias en relación con el contenido de lo que se recoge y han promovido otros Ayuntamientos como así se establece mirando con profundidad la Agenda de nuestro país.

El cuestionario solicitaba que dentro de una serie de proyectos se le numerara la prioridad. Unos proyectos que en muchos casos forman parte de un programa político con el que el actual equipo de Gobierno se presentó a las elecciones municipales del 2023. Por lo que no parece muy correcto relacionar los proyectos de hace un año y ahora decir que resulta clave que la ciudadanía ponga su grano de arena aportando ideas y propuestas porque éstas están establecidas y son las únicas que pueden votarse.

No se trata por tanto de nuevos proyectos porque la ciudadanía no ha podido incorporar ninguno a los que vienen recogidos. No se trata por tanto de recoger lo que pensamos los ciudadanos, porque lo único que ha podido votarse ha sido los que ya formaban parte del cuestionario. Las ciudades necesitan de la participación de la sociedad civil porque este nuevo tiempo así es considerado. Así está establecido en los documentos que se trabajaron para confeccionar la Agenda 2030 y que están claramente vinculados con lo que son los 17 objetivos de desarrollo sostenible que están aprobados por el Gobierno de nuestro país.

Considerar a la ciudadanía como un pilar fundamental está bien como declaración de principios. Pero hay no sólo que decirlo, sino sobre todo practicarlo. Hoy tenemos una sociedad civil comprometida con las preocupaciones medioambientales, sociales y con todo aquello que ocurre y afecta a la ciudad donde viven y conviven. Por ello es importante que la ciudadanía opine y vea reflejada su opinión para que el compromiso y la participación sean ejes de las políticas que se lleven a cabo, pero hay que hacerlo desde un escenario abierto a las propuestas y es ello lo que precisamente no se ha producido en esa configuración cerrada de los objetivos que se reflejaban en el cuestionario preestablecido y configurado desde nuestro Ayuntamiento. Porque si se hubiera hecho de forma abierta, eso sí que sería cumplir con los objetivos y compromisos para que las políticas vengan de abajo hacia arriba.

domingo, 12 de mayo de 2024

La verdad es que se ve cada cosa....

La verdad es que se ve cada cosa....escuchaba estas palabras hace unos días y me hacían asomarme de nuevo a lo que me refiero en muchas ocasiones como lo cotidiano. Aquello que nos enseña y nos hace visualizar escenas de lo que podríamos llamar lo ordinario, lo de cada día en nuestro río de la vida. Quizás porque nos muestra una imagen posiblemente en la que todos podemos reflejarnos. En la que nos quedamos pensando por un momento sobre lo visto, lo vivido y comprobamos historias de protagonistas anónimos. Pero también en la que esa imagen se nos queda un segundo y rápidamente olvidamos. Me he preguntado en ocasiones si esa cosa que se ve forma parte cada día más del paisaje urbano y de la normalización con la que hemos empezado a asumirlo. Y me preocupa caer en formar parte de ese paisaje de la normalización.

Un mensaje como forma de respuesta a un vídeo que he subido en estos días sobre la situación de la fuente de un parque de la ciudad me hacía reflexionar sobre el tiempo que compartimos. Es un paisaje que se vive seguramente en muchas de nuestras ciudades y que refleja un problema ante el cual los ciudadanos a veces permanecemos impasibles e indiferentes. Lo vemos, lo sufrimos y generalmente nos callamos. Y en ese espacio de "la verdad es que se ve cada cosa" no reparamos en mostrar nuestra disconformidad de forma solidaria. Hacer y hacerse. Porque se trata de que no seamos cómplices cerrando nuestra mirada ante lo que nos golpea cada día y porque también se trata de que seamos conscientes y realistas que si a nosotros nos da igual esa situación, los que tienen que resolverlo no lo harán o lo llevarán a cabo después de que pase demasiado tiempo. Cuando toque o cuando se pueda, suele ser la respuesta.

Quizás es que hoy aspiramos a poseer cada vez más cosas en vez de ser un poco mejores. Y puede que esa forma de pensar y aspiración, no nos haga que reflexionemos en lo que es de todos y sólo pensemos en lo que a cada uno nos interesa e importa. Quizás esta aspiración no nos haga ver lo injusto que es que esas situaciones perduren. También puede suceder que sencillamente cerremos los ojos y miremos hacia otro lado para no querer ver lo que tenemos delante. Quizás sin darnos cuenta estemos colaborando y no provoquemos con nuestra acción o reacción que el problema se resuelva. Puede que cada cosa tenga su porqué y hasta es posible que no tengamos la respuesta. Pero no tengo dudas de que hay que mostrarse en forma de reivindicación cuando no quieres caminar por este tiempo siendo indiferente ante lo que pasa a nuestro alrededor.

Porque como leí hace tiempo "queda lo escrito, lo demás no queda", en este espacio del rio de la vida de cada uno, cada día aprendemos algo nuevo. Por ello debemos saber que la indiferencia no nos ayuda a resolver el problema. La indiferencia o la no preocupación y reivindicación de los problemas nos hace insensibles. Consigue hacernos conformistas y ciudadanos no comprometidos. Tenemos que pasar de la ficción a la realidad pensando y poniendo nombres a las actitudes y posturas. Creo que vivimos un tiempo en el que no nos podemos permitir mirar para otro lado, porque estaríamos escribiendo las páginas de nuestra historia como la generación que por ser indiferentes perdió la oportunidad de reivindicar las desigualdades de todo tipo para siempre.

domingo, 5 de mayo de 2024

Y después de reflexionar....

Han sido días de reflexiones individuales y también deberían haber sido colectivas. Tengo dudas y como he dicho en alguna ocasión me gustaría tener más certidumbres, pero estos últimos años me enseñaron que cada vez hay más dudas en la sociedad y en nosotros mismos. Puede que sea que este tiempo nos ha acostumbrado a un seguidismo ciego de las decisiones. Debatir y reflexionar de forma serena es como proclamar en el desierto. Quizás es una de las razones de preguntarme siempre por las cosas. Escuché hace tiempo aquello de si dudas es que piensas. Por ello quizás es ese cuestionarme si lo que estoy haciendo es lo que debo hacer y ello en definitiva forma parte de la duda. Una actitud, un dejar de hacer para poder pensar. Es hasta posible que quien llegue a leer este primer párrafo no siga, porque puede llegar a pensar el lío que estoy escribiendo. Pero forma parte del objetivo del blog. Pensar y reflexionar al leer.

Por ello el título de la entrada. Porque después de haber tenido en suspenso al país y al partido, y con una incertidumbre política sobre la que se puede opinar mucho, pero mucho de incertidumbre ha existido, no debería retrasarse en ponerse en marcha las medidas de los días de reflexión después de haber decidido hacer lo que tenía pensado hacer. Hay medios de comunicación que han reflexionado y otros que también lo han hecho. Creo que los unos y los otros para seguir haciendo lo que venían haciendo. Unos informar y otros difamar. Y los partidos, pues poca reflexión deben haber hecho, porque al menos durante estos primeros días siguen en lo de antes de los días de reflexión. Elecciones, elecciones. Encuestas y más encuestas. Parece que cada vez mandan más las encuestas y todas se hacen con igual o parecido objetivo. Estrategias y crear opinión para tener relato y generar decisión. Y después de las catalanas llegan las europeas sobre las que me parece que va a costar mover a la gente. Porque se podría decir que llevamos así desde que se inició el año y hay quien piensa que no se habla de otra cosa y existe bastante hartazgo en la calle, porque no está calando que el asunto tenga mucho que ver con los problemas de la ciudadanía.

Por eso acabada las jornadas de reflexión llega el momento de la acción aunque haya elecciones. Porque el punto y aparte tiene que ser el inicio de un nuevo tiempo. Porque debe abanderarse este punto desde el propio Gobierno y producir verdaderos cambios estructurales para que no haya que volver a nombrar otra vez la famosa frase de que hay que "cambiar todo para que nada cambie". En la última entrada del blog un amigo me respondía diciéndome "lamento decirlo, pero soy pesimista. Porque entre otras razones el asunto se parece mucho a algo que va cuesta abajo sin frenos y casi todos pisando el acelerador". Esta respuesta y otras que me llegaron coincidían bastante en el análisis porque la polarización ha conseguido instalarse en el escenario de lo cotidiano y ahí está entre otros ejemplos, el de las redes sociales diariamente. Hay bastante unanimidad en que ese es uno de los problemas. Nadie quiere levantar el pie del pedal y está instalado no sólo en nuestro país, sino también en buena parte del mundo este virus que está poniendo en peligro la Democracia.

Y con las dudas que trasladaba en mi primer párrafo y entendiendo que haya quien no haya llegado hasta aquí, sigo teniendo dudas de lo que ha sucedido en estos últimos días, porque sigo pensando en que no hay una reflexión y decisión colectiva en quienes pueden llegar a conseguir una regeneración democrática en nuestro país. Porque la regeneración que debería ser el inicio del punto y aparte anunciado debería empezar por la renovación del Consejo General del Poder Judicial, pero no sólo. Porque siendo esto muy importante, pienso que los dos grandes partidos deberían hacer mucho más y ponerse de acuerdo en esas medidas de regeneración, pero no parece que haya mucha voluntad por las declaraciones posteriores. Hay que recuperar el valor de la palabra y hay que decidir si queremos seguir así y que nuestro país sea ingobernable, o si queremos ser un país referente en regeneración, consenso y sentido democrático. Por eso el título de esta entrada no es una duda. Es una parada para pensar, pero sobre todo para invitar a actuar y de esta forma romper con la cita "lampedusiana" que refería anteriormente....¿Será posible poner por delante el interés general del país o seguiremos ampliando el eco del ruido y terminaremos contaminándonos todos y todas?

sábado, 4 de mayo de 2024

Calles y aceras de Badajoz....

Dicen que las calles son el corazón de una ciudad porque le dan forma al espacio público compartido a diario por los ciudadanos. Poseen muchos atractivos donde permanecen los recuerdos y los años de los cambios. Podría decirse que son un espejo del tipo de ciudad que compartimos y representan un factor clave en la calidad de vida. No sólo poseen unos servicios públicos que se necesitan para funcionar, son también un lugar para las relaciones. Son el corazón que late con el bullicio de la vida cotidiana que compartimos y convivimos.

Y en esas calles y aceras de Badajoz por las que paseamos tenemos que ir mirando hacia abajo por el peligro evidente que podemos sufrir. Esas baldosas rotas, sueltas o que ya no existen nos pueden llegar a provocar una caída, o que cuando ha llovido haga que tengamos que estar durante buena parte del tiempo con la ropa mojada o manchada. Un problema que se repite por toda la ciudad. Porque no hay una sola calle de Badajoz donde no nos encontremos con esta fotografía que un día tras otro sufrimos los ciudadanos. Por no hablar también de esos parques de antes que ya no disfrutamos y de los que tendremos que escribir algún día, porque Badajoz llegó a tener unos parques donde pasear era estar en el interior de un espacio de colores y olores que hoy ya han desaparecido.

Hace días reparaba en un paseo en algunas manchas de colores que existen y llevan tiempo sobre zonas de baldosas que están rotas o en mal estado. Es posible que estén señaladas para su arreglo, pero si eso es así, parece demasiado tiempo para que se proceda a su acondicionamiento y reparación. Es como si formaran parte del espejo urbano. Es como si formara parte de la dejadez en poner solución a un problema. Alguien puede llegar a pensar que no es un problema importante, pero no hay dudas de que a diario los ciudadanos lo sufrimos y lo comentamos.

Y ante esto qué hacer. Qué hacer cuando un problema se visualiza, se habla y no se arregla. Nos dicen que se aprueban expedientes de inversiones para reparar aceras. Pero es que las calles de nuestra ciudad llevan demasiado tiempo en este estado. Una ciudad tiene calidad por los servicios y recursos que contiene. Por la atención que le presta a mejorar sus infraestructuras y por invertir en tener mejores prestaciones sociales y ambientales para sus ciudadanos. Una ciudad tiene calidad por una seguridad en todos los sentidos y por un buen mantenimiento de sus recursos públicos para ofrecer mejores condiciones de vida a sus vecinos y vecinas. Una ciudad tiene calidad con un mejor comportamiento cívico y con unos responsables políticos que no miran para otro lado ante los problemas cotidianos de la ciudadanía.

Es cierto que las calles de una ciudad son una de sus referencias. Por ello no sólo necesitan una reparación urgente, también una planificación, para que nuestros impuestos repercutan en una mejora de nuestra calidad de vida en todos los sentidos.