"cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto", con esta frase terminaba mi última entrada en este Puente donde sigo encontrando a muchos afines en ideas, a muchos amigos leales, sabios y buenos. No es una frase nueva. Se repite, más de lo normal en estos últimos tiempos. Y en la política se dan muchos ejemplos de ello. Casi estuve por repetir lo que publiqué el pasado domingo. Porque hay que ver lo sucedido en el Psoe en estos últimos días. Qué daño se le está haciendo al Partido y a los militantes. Podríamos decir que esa gente no representa a nuestro Partido. Pero es que han tenido hasta hace unos días altas responsabilidades en la organización. Han quitado y han puesto. Han forzado y obligado. Han pagado y comprado. Y se han repartido el dinero que cobraban como pago por sus influencias. Es sencillamente indignante que tengamos que pagar las consecuencias de unos mangantes, por no utilizar otro calificativo. Y no pongamos paños calientes, porque el ruido en la calle es de tal calibre que por mucho que pongamos, no callaremos lo que los decibelios nos están sacudiendo y diciendo.
Otra frase de la última entrada de hace una semana decía "malos tiempos para la lírica". Porque podemos ponerle a la salsa todos los ingredientes que les pongamos, pero nos equivocaremos si apelamos a una falsa realidad y al puñetero pragmatismo donde a veces nos instalamos para justificar lo injustificable. Porque si no somos responsables y autocríticos tomando decisiones nos van a mandar muy lejos los ciudadanos. Y aún así, hasta qué punto no lo harán, hagamos lo que hagamos. Me preocupan la enorme cantidad de militantes de mi Partido que sufren por aguantar todo esto. Y se que somos muchos los que lo pensamos, porque los comentarios en distintos grupos de redes así se están manifestando. Algún pragmático de los que dicen que se van, pero nunca se terminan de ir de querer tener influencia, comentaba de prudencia y que no había que agachar la cabeza. Pues claro que no hay que agacharla. Pero no hay que callar a los militantes que llevan toda la vida en su Partido y sin haber tenido ninguna responsabilidad, son los que dan la cara siempre. Esos son los que están cansados de que les cuenten, porque quieren contar y nunca han tenido responsabilidad de contar porque no están donde poderlo hacer.
Esta semana sentí mucha indignación junto a muchos vecinos y vecinas del barrio de las 800 viviendas en Badajoz. Sí, ese Badajoz oculto. Ese Badajoz que no se enseña ni se habla de él por parte de nuestro Alcalde. Ese Badajoz, que como decía siempre Miriam Fernandez de la Rua, ese Badajoz que existe. Piden dignidad y tener unos servicios básicos que funcionen. Llevan seis décadas viviendo en su barrio y en todos esos años no ha habido ninguna inversión. Están abandonados por su Ayuntamiento y por la Junta de Extremadura. Sus redes de saneamiento y alcantarillado están obsoletas. No es que sean anticuadas solamente. Es que están rotas y sus tuberías son incapaces de canalizar las aguas. Y las aguas sucias y otras cosas se introduce en las viviendas de los vecinos. Provocan no sólo malos olores, sino que sea un camino para que todo tipo de roedores y parásitos se introduzca en sus habitaciones llenas de mosquitos y de otras cosas. Y esto es indignante e insoportable, y más cuando se sabe que hay un problema de salud pública como así refleja un informe de los servicios competentes del Centro de Salud. Indignante porque ni Ayuntamiento ni la Junta conociéndolo han dicho nada.
Y seguiremos luchando por nuestra dignidad. La de los vecinos de ese barrio que son personas que han dicho que hasta aquí han llegado. Que su estado es crítico. Como crítico es el estado de lo que está pasando en el Psoe. No tratemos de justificar lo injustificable y actuemos con toda contundencia después de una seria y real reflexión. Porque la dignidad no nos la pueden arrebatar nunca, porque forma parte de lo que un día decidimos al querer formar parte de una organización que a este país le ha dado muchos derechos políticos, sociales, económicos y que ha conseguido ser la vanguardia de todos esos derechos en nuestra Europa. Pero no pongamos paños calientes y decidamos ir a una nueva etapa para que iniciemos la recuperación con un nuevo proyecto. Porque no se trata de resistir, sino de que no te roben la dignidad. Eso nunca.