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domingo, 6 de julio de 2025

Pragmatismo y unanimidad....

El pragmatismo de los cuadros dirigentes en las organizaciones políticas podría estar convirtiéndose en una fórmula como argumento del silencio y de no querer reconocer la necesidad de tomar decisiones porque éstas, así como todos los cambios que comportan, podrían llevarlos a tener que afrontar riesgos. Se viene escuchando desde hace tiempo aquello de en tiempos complicados lo mejor es la prudencia y el no hacer nada por ahora. Y ello termina convirtiéndose en un dejar pasar el tiempo y al final no se hace nada. No es nuevo. Es algo que se viene practicando desde hace tiempo, porque los aparatos políticos imponen un relato para justificar que es mejor normalizar determinadas actuaciones que provocar un cambio. Porque este cambio podría suponer un riesgo y una pérdida de influencia de aquellos que mantienen el poder. El pragmatismo se convierte de esta forma en una manera de estar en silencio argumentando el adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad, aunque el precio a pagar sea el de aquella famosa frase de los principios y ello lleve entre otras consecuencias a la pérdida de identidad ideológica y de una falta de coherencia en la acción política. 

"Venceréis, pero no convenceréis"...la famosa frase de Miguel de Unamuno pronunciada en el paraninfo de la Universidad de Salamanca jugándose el tipo. Porque una cosa es vencer y otra convencer. Convencer significa persuadir. Y para persuadir hay que tener razones y no es la razón de la fuerza la que convence, sino la fuerza de la razón. No hace mucho volví a escuchar estas palabras en un Congreso del PSOE. Y que poco hablamos de todo ello porque aparte de que nos escuchamos poco, también cada vez nos leemos menos. Hay quien dice que hay que plantar batalla donde se habla. Hay quien cree que se habla a través de las redes sociales. Y no hay debate en grupos de las redes de todos los colores, donde no haya descalificaciones. Yo pienso que en las redes no se habla. Se habla en otros espacios y sobre todo se habla cuando la persona o personas tienen la oportunidad de hablar mirando a los ojos y respetándose.

Cuando hay situaciones complejas y hay una convulsión en la calle, nos podríamos preguntar si la unanimidad es la fortaleza para que se visualice el argumento de que salimos más fuertes y más unidos. Porque lo de fuertes y unidos debe ser no una sola demostración de intenciones de una declaración. Porque debemos ser capaces de cambiar el ser el problema y convertirnos en ser la solución. La cuestión a todo ello es cómo vamos a ser capaces de cambiar todo esto, si no conseguimos que la ciudadanía note que se ha cambiado realmente y no ha sido cambiar algo para que todo siga igual. Era difícil que salieran otros argumentos en el Comité Federal del PSOE celebrado en estos días, por lo que he escuchado y leído por distintos medios. Como también era inverosímil que hubiera un gran cambio que realmente pueda producir un nuevo espacio para convencer de que empieza un nuevo partido.

Es posible que todos y todas estemos hoy como sociedad más dependientes por lo que aparece en los medios y en esa pluralidad que nos termina contaminando por la diversidad de opiniones. Cada vez hay menos independencia en todos los ámbitos. El fortalecimiento de las Organizaciones hace algunos años estaba en la fuerza de sus militantes, en su trabajo y esfuerzo diario. Podría ser una militancia con menos recursos, pero había mucho más compromiso. Hoy existe una centralización de poder y un excesivo personalismo en el líder, con poco peso de las estructuras intermedias. Y en todo esto que está pasando a veces se confunde el sentido de ser leal con ser honesto, porque nadie discute la razón de ser parte de la confianza del líder y formar parte de su núcleo más cercano. Quizás hasta puede ser que también mi reflexión tenga relación con lo que dice Fito en una de sus canciones "no sé si el mundo está al revés o soy yo quien está cabeza abajo"....

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