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martes, 9 de agosto de 2016

Esos ratitos...

Es agosto y durante este tiempo nuestros pueblos suelen tener un aire distinto. Vienen aquellos que un día tuvieron que elegir entre quedarse o marcharse a vivir a otra ciudad. Razones de familia, trabajo, buscar otros caminos...hay muchas familias en nuestra Comunidad que tuvieron que emigrar y partir. Escuchaba hace unos días a dos jóvenes que comentaban de la dificultad a la hora de encontrar trabajo. Decían que estaban ahorrando un dinero para pagarse los billetes y hablaban de California...lo que más cuesta son los billetes y con poco más, no es difícil encontrar un empleo y luego ir mejorando poco a poco.
50 años después se repite la historia...y ya sabemos que esto no es nuevo. Que la emigración no ha cesado y que no es algo novedoso. Pero cuesta hablar de ello, porque muchos de los que se van ya no vuelven. Casi todas las familias en nuestra Comunidad tienen algún capítulo que contar sobre ello. Por eso, no es que haga esa cantidad de años, sino que el problema es que no ha dejado de existir y seguimos siendo incapaces de pararlo.
Por eso en nuestros pueblos cuando llegan estas fechas, decía que se respiraba otro aire. El aire de aquellos que vuelven y llenan nuestros pueblos. Se producen los reencuentros. Se recuerdan las historias y las familias vuelven a reconocerse. Siempre hay razones para recordar. Siempre hay quien falta pero se le recuerda. Sucede que siempre hay un motivo para recordar alguna conversación o anécdota, porque la vida nos devuelve una parte de la historia de cada uno. Y nos gusta recordarla, porque la sentimos, nos reímos y recobramos volviendo a darle valor a aquellas pequeñas cosas que no cuestan nada, pero que son naturales como somos las personas y que tienen un infinito valor personal para cada uno de nosotros.
Son esos ratitos que te sientas a la tertulia. Que es posible que no haya novedades y que incluso se repita la misma conversación de los días anteriores. Es posible que sea una forma de vida, es seguro que en muchos más lugares y pueblos se vive de forma parecida, pero es incalculable el valor que tienen esos momentos.
Es agosto y estas pequeñas grandes cosas suelen pasar cada año. Son nuestros pueblos, nuestra gente la que cada día ayuda a construir una forma de ser, una forma de vivir. "Somus asina" que se dice en mi pueblo. 
Tengo la manía de escribir en el interior de algunos libros y lo escribí así...me llamaba asistir, quería compartir. Un momento en silencio es bello de disfrutar. Paz interior, compartir, sentir, apasionarse cuando se vive. Basta escuchar unas palabras de un poema que salen de una voz con sentimiento"...Lo escribí en marzo de 2009, en la Alcazaba. La vida de otro modo.

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