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domingo, 14 de enero de 2018

Sensaciones y recuerdos...

Todos los años por estas fechas suelo hacer un poco de ejercicio reflexivo y mirar un poco hacia atrás. Siempre he considerado que es un argumento del que se aprende, y que entre otras muchas cosas, sirve para recordar momentos y sensaciones. Creo que forma parte de la experiencia de la vida y que es sano el hacerlo de vez en cuando.
En estos días estoy recordando sensaciones vividas. Son esos momentos que no suelen durar más allá de cinco minutos a pesar de ser un periodo de tiempo de muchos reencuentros vividos. Parece que el tiempo pasa tan rápido que no nos damos cuenta de todo lo vivido, pero al menos en ese ejercicio que propongo y a pesar de ser un espacio corto, se recuerdan y viven muchas de esas sensaciones.
Es algo así como cerrar los ojos y de pronto te sientas en cualquier parte y comienzas a ver cosas. Es el cielo azul que te hace disfrutar y aprender, compartiendo ideas y vivencias. Es una mirada que te hace rebosar con esas experiencias vividas. Con esas personas que has compartido en el espacio de la complicidad de los encuentros. Es sentir y compartir sentimientos. Es revivir la experiencia de la vida y del placer del sueño del momento vivido. 
Y en el ejercicio de sentarnos y contemplar hay que elevar los recuerdos al sueño de lo más alto. A esos recuerdos de esos primeros pasos, de esas primeras palabras. De esas noches sin dormir. De esa gracia de pronunciar una primera palabra y convertirla en una sonrisa. Yo he tenido al menos dos de esos primeros pasos. Ayer Raquel cumplió 26 años y hoy Lidia ha cumplido 23. La vida que es así de caprichosa y oportuna ha hecho que sea así. Y lo sigo disfrutando y por ello lo elevo a lo más alto.
Y en la complicidad de ese tiempo que se vive y se acompaña de momentos así, nos encontramos con los sentimientos. A veces hasta nos quedamos en silencio, como queriendo rescatar ese tiempo que ya pasó y que no volverá. Hasta nos puede asaltar y escaparse una sonrisa recordando esas primeras conversaciones, esos primeros paseos, esos primeros pasos, esas jornadas en el parque, esas primeras caídas. Algún día trasladaremos a algún lugar, a cualquier lugar todas las experiencias vividas, porque forman parte de la historia personal, de la historia de cada uno de nosotros.
A veces las palabras logran ser lo que dicen...y con ellas escribimos todos los días páginas de nuestra vida, donde esas sensaciones y recuerdos consiguen crear un bonito espacio en el corazón. Es la esencia de la vida y como hemos dicho en alguna ocasión...hay que disfrutarla, soñarla y vivirla.

3 comentarios:

  1. Querido amigo Anselmo, en primer lugar, decirte que cómo pasa el tiempo, ya aquellas niñas van creciendo y viviendo sus propias experiencias y me alegro que lo compartas porque estoy muy de acuerdo contigo. La vida dura muy poco y de ella hay que extraer todas esas pequeñas o grandes vivencias que son las que si sabemos aprovecharlas y si las sabemos entender y asimilarlas nos dan la experiencia suficiente que aparte de ir moldeándonos a lo largo de los años, nos sirve para poder seguir afrontando, cada vez mejor, cualquier asunto o circunstancia por muy complicada o difícil que se nos presente.
    Con tu reflexión todos, o por lo menos yo, nos vemos reflejados y comparto afirmación por las cosas importantes de la vida. No lo dejes de hacer porque como yo digo mucho, ¡La vida es para vivirla!

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  2. Muchas Gracias amigo Jaciento...todas las experiencias nos aportan y en los pequeños detalles compartidos está mucho de nuestras esencias. Un abrazo

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  3. Padrazo y buena persona. Ole mi Anselmo!!!!

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