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domingo, 18 de marzo de 2018

Los pensionistas no quieren zanahorias...

Una pancarta en la concentración de los pensionistas por unas pensiones dignas decía: los que roban las pensiones lo pagarán en las elecciones. Es muy pronto para valorar si las manifestaciones que vienen produciéndose en los últimos días, tendrán algún resultado en la cita electoral del próximo año. A veces suele pasarnos a los ciudadanos que nos olvidamos fácilmente de los daños que  nos están ocasionando y cuando toca ir a votar, nos lo pensamos y al final volvemos a votar lo mismo que en otras ocasiones.
Yo espero que las manifestaciones de éstos últimos días tengan resultado. Un resultado en forma de acudir masivamente a votar e intentar tener muy presente quienes están en contra de que las pensiones se incrementen, al menos lo que la carestía de la vida. Y no se trata sólo de revalorizar, porque el problema del futuro de las pensiones continuaría. Se trata de poner en marcha mecanismos para que los pensionistas de hoy no sigan perdiendo y que los de mañana tengan asegurada su pensión, para lo cual parece claro que hay que proponerse algunas cosas más que simplemente las cotizaciones. Hay que dar más de una vuelta en forma de pensada, a una de las patas de nuestro sistema de bienestar. 
Es seguro que el problema no se resuelve cambiando solo el sistema de cotización porque la hucha está bajo mínimos. Es seguro que en el marco de la negociación de lo que se llamó Pacto de Toledo se podrían encontrar fórmulas para un cambio en el sistema. Es posible que hasta todos los partidos políticos fueran capaces de ponerse de acuerdo si de ello se hace un problema de Estado y no sólo un problema de las bajas cotizaciones, de la precariedad del empleo, de las reformas laborales, de los contratos basura sin cotizaciones, de las prejubilaciones, del problema demográfico, etc. Todo ello y más son causas, claro que sí. Pero no se pueden estar achacando el problema de las pensiones a que hoy vivimos más años y tengamos mejor calidad de vida. Desde mi punto de vista, situar este asunto como el principal problema, sí que es inadmisible, lo diga el político que lo diga. Porque se estaría penalizando el que hoy dispongamos de una mejor salud, entre otras cosas, y porque se le estaría dando un tratamiento al problema de forma coyuntural, cuando se trata de un problema de fondo, estructural.
Hemos podido comprobar cómo los pensionistas se movilizaron por unas pensiones dignas. No creo que estén pidiendo algo inalcanzable. Al fin y al cabo, lo que quieren y queremos es vivir con dignidad. Es algo así como lo que le escuché a una nieta hablando de su abuela en mi viaje de ida: mi abuela cobra la pensión mínima, lo sé, toda su familia lo sabe:mi abuela hace magia...Sin embargo, mi abuela sabe perfectamente lo que es un derecho y, señor Montoro, mi abuela no quiere zanahorias, nunca le han gustado.

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