Vistas de página en total

domingo, 2 de febrero de 2020

La realidad de los datos...

En estos últimos días mientras los poderosos se reunían en el mayor foro económico y político del mundo, organizaban su visión global para trasladarla e imponerla a todos los países, organizaban sus relaciones comerciales y los cambios a introducir en los mercados, en nuestro país se publicaba la última encuesta de población activa referida al pasado año, con unos datos de empleo razonablemente positivos, pero con una tasa de temporalidad y precariedad que hace que cualquier dato de empleo de nuestro mercado laboral profundice aún más en unos elevados niveles de pobreza laboral en nuestro país y que al final de la vida laboral del trabajador le imposibilite tener unas pensiones dignas.
Hace algunos años me publicaron un artículo en un diario regional que tenía relación con la sostenibilidad del sistema de pensiones y la modificación que se introducía en cuanto a los años de cotización y la edad de jubilación. En el mismo me pronunciaba porque no era necesario ampliar la edad para jubilarse y que el problema no estaba en ampliar los años, sino en conseguir que cada vez hubiera más cotizantes y en consecuencia para conseguirlo, unos empleos de mayor calidad.
La EPA siempre es objeto de polémica cada vez que se publica porque hay quien utiliza los datos para contrastarlos con los datos del paro registrado que se produce todos los meses. Siempre ha sucedido, depende de lo positivo que sean unos u otros para generar la polémica, pero lo cierto es que los datos de la encuesta de población activa son considerados a nivel europeo como el mejor indicador de la evolución del empleo y desempleo en nuestro país.
Y los datos de la encuesta siempre nos dan claves. Claves sobre el mercado laboral, sobre la evolución de los contratos y del empleo creado, especialmente de la utilización del empleo a tiempo parcial, que es la opción más utilizada, más precaria y flexible que se ha consolidado y que está consiguiendo que hoy los contratos no sean por días, sino por horas, habiendo confirmado la destrucción del empleo a tiempo completo.
Una vez conseguida la subida del SMI que es una medida positiva para reducir el volumen de trabajadores con salarios muy bajos, las próximas semanas nos irán señalando por dónde y hasta dónde se llevará a cabo la derogación de la reforma laboral. Tengo la impresión de que los empresarios han sido un tanto flexibles porque les interesa mucho más tensar la cuerda en esta reforma que en la subida.
Han transcurrido unos años desde los inicios de las reformas laborales y nuestro país tiene graves efectos y consecuencias de las mismas en el empleo. Uno de los más perjudiciales y que sufren mayormente los jóvenes es el resultado de que un empleo fijo de ocho horas diarias durante cinco días a la semana, se ha transformado por otro en el que un día se trabajan esas ocho horas, otros solo cinco, otro más solo tres...y otros en función de las necesidades de personal en cualquier momento. Esta situación desconozco si estará mejorando la eficiencia de las empresas, pero de lo que no tengo ninguna duda es de que está incapacitando mayormente a los jóvenes para poder optar a una vida digna.
Conseguir que el futuro mercado laboral se reforme y regule para que estas consecuencias desaparezcan es una tarea urgente, no sólo para los jóvenes que las sufren, sino también para las personas mayores que dependerán de ellos en el futuro, porque como decía en el artículo referido, la cuestión no es que se amplíen los años y la edad, sino que haya más cotizaciones y cotizantes que aseguren las actuales y futuras pensiones....y eso sí, con empleos de mayor duración  y más calidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario