Mereció la pena....

En un marco incomparable con un cierto magnetismo de solemnidad por lo que en el mismo se celebra todos los meses. En un espacio donde lo maravilloso de las pinturas al fresco de Adelardo Covarsí te imponen seriedad y al mismo tiempo una actitud para tratar de corresponder. En un salón lleno de amigos y amigas y en un edificio emblemático de la ciudad de Badajoz, se llevó a cabo la presentación de los dos volúmenes del blog en formato libro. Me encontré a gusto con la naturalidad, la profesionalidad y el saber estar de María Ortiz durante toda la presentación y con las palabras de dos amigos como Guillermo y Miguel Ángel que profundizaron en algunas de las reflexiones de este proyecto llamado Puente de Alconétar que se inició en 2011 y que ha culminado con la magnífica edición que se ha realizado por la Diputación de Badajoz. La palabra y su expresión en una página en blanco cada semana en forma de reflexiones, como dijo Miguel Ángel y la necesidad de dedicar tiempo a pensar y compartir pensamiento desde una posición crítica, algo que es absolutamente esencial, como decía Guillermo. Se lo decía a un amigo cuando me preguntó: costaba contener las emociones, porque el momento era especial.

A veces se dice que cuando se hace una presentación y más de este tipo, se adquiere algo así como una mayoría de edad. Tener un blog y mantenerlo constante es para mí tener un argumento para seguir compartiendo en el llamado río de la vida. Porque en mi caso, el blog forma parte de mi compromiso y de estar comprometido. Las investigaciones de estos últimos años me han reportado cierta experiencia para poder decir que hoy nos detenemos poco en los argumentos de la reflexión. Lo decía en mis palabras. Reflexionamos poco individualmente y creo que es una de las causas de que no haya reflexión en colectivo. Pienso que estamos en una cierta decadencia de dejar de mirar por lo de todos y estamos cayendo en mirar sólo para nosotros mismos. Nos hemos dejado llevar por el individualismo y el egoísmo y estamos dejando de profundizar y de estar preocupados en lo que nos pertenece a todos.

En estos 11 años he tratado de reflexionar y hablar de lo cotidiano y desde lo cotidiano. Desde un sentido autocrítico, porque entiendo que en estos últimos años han cambiado muchas cosas y nos hemos dejado llevar por relativizar los cambios y, en demasiadas ocasiones, se ha impuesto la corriente del pragmatismo. He compartido y seguiré compartiendo lo que veo, escucho, lo que me dice la experiencia del río de la vida desde una visión autocrítica y también como un argumento contra la indiferencia porque creo que la gente que dedicamos un ratito a pensar y reflexionar debemos hacerlo desde ese sentido y porque no se podría entender de otra forma desde mi compromiso e ideología de izquierdas.

Os puedo asegurar que fue enriquecedor y que será inolvidable el haber presentado en formato libro el blog Puente de Alconétar, acompañado de tantos amigos y amigas que en algún caso se desplazaron desde una mayor distancia. Son momentos que se guardan para siempre en el espacio de los afectos y de lo más personal, por las emociones interiores y los impulsos recibidos, por las palabras y los sentimientos. Lo decía en mi discurso, cada semana me reencuentro en la otra orilla con un espacio que no tiene precio, pero sí mucho valor. El espacio de la amistad. Vamos a seguir cruzando puentes en forma de reflexiones para que el tiempo de pensar y reflexionar siga siendo una de las referencias.

Desde mi "zulo", donde me siento cada semana a compartir reflexiones y a conectarme en el camino de pensar, os puedo decir que mereció la pena. Gracias amigos y amigas por renovar cada semana el ejercicio de reflexionar y porque este proyecto sin vosotros sería dificil cada semana de completar esos espacios en blanco y de aportar pensamiento. Porque en este tiempo que estamos donde se pretenden sustituir los valores por los intereses, sigo pensando que es muy coherente y necesario hacer aquello que se cree y decir aquello que se piensa, porque es un argumento que tiene un enorme valor.