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domingo, 22 de septiembre de 2024

#HablemosBadajoz

Llevo algún tiempo reflexionando sobre nuestra ciudad y buscando entre sus características el encontrar un punto que sea un modelo para que todo el mundo pueda hablar de Badajoz como una ciudad de referencia y deje de ser una ciudad de paso. No me estoy refiriendo a nuestro grandioso Carnaval o a la tranquilidad de vivir en una ciudad donde casi todo está cerca. No me refiero a cómo es su gente, porque somos como somos y ello por sí solo es una de nuestras características. No me refiero tampoco a nuestra cercanía con nuestros amigos portugueses si apostáramos realmente por más vinculación y relación. No me refiero a nuestro Guadiana que ya lo quisieran muchas ciudades, aunque no en su estado actual. No me refiero a la falta de infraestructuras terrestres y ferroviarias similares a las que tienen otras ciudades de nuestro país.

No me refiero a cómo crece nuestra ciudad sin tener muy en cuenta que a mayor crecimiento y expansión debe producirse una mayor igualdad y no desigualdad entre unos barrios y otros. No me refiero a seguir viviendo de espaldas al Guadiana porque un río no separa, sino que debe servir para unir y disfrutar y ello se está consiguiendo con una mayor conciencia ambiental y ciudadana, aunque no por los que tienen competencias en su caso. No me refiero a que el gran polígono industrial fuera más dinámico y tuviera un mayor protagonismo y mejores infraestructuras prestándole más atención el Ayuntamiento. No me refiero a que el cambio económico y social esté tardando y las anunciadas empresas y proyectos no terminen de cuajar en una creación de empleo y riqueza para convertirnos en unos años en la gran ciudad referencia del suroeste ibérico.

No me refiero a llevar años sin saber o querer aprovechar el paso de varias culturas por la ciudad y no haber apostado realmente porque fuera una fuente de cultura, patrimonio y riqueza turística y de cambio para la ciudad. No me refiero sólo a sus tradiciones culturales y religiosas en esas calles y barrios que hacen sentir el paso de los años conservando su historia. No me refiero a esa parte del Casco Antiguo que está fuera del circuito turístico, que se evita y no aparece en los folletos, que nace a espaldas de la Plaza de España y discurre por calles a las que el tiempo y el olvido les pasa factura.

En alguna ocasión he tenido la oportunidad de reivindicar que el Casco Antiguo no es sólo nuestra maravillosa Alcazaba, sus torres y murallas. Una ciudad como Badajoz con el patrimonio que guarda entre sus piedras tiene que ser reconocida y admirada para sentir la autoestima de todos los que la visitan. ¡Cuántas ciudades quisieran tener el patrimonio que se esconde en esas calles llenas de historia! Por ello y para ser esa referencia a la que aludía en los “no me refiero”, es necesario creérselo y hacerlo posible invirtiendo en esos tesoros aún ocultos y que en el futuro pudieran conseguir que nuestra ciudad dejara de ser una ciudad de paso. Porque si las ciudades necesitan referencias urbanas para ser identificadas, la ciudadanía necesita de esas referencias para identificarse con ellas.

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