"Fueron días tan raros que hasta echamos de menos los normales"....en esta semana se cumplieron 5 años de un tiempo que no olvidaremos nunca. La memoria es frágil, pero en estos días ha sido imposible no recordar aquellos días raros. Sí, fueron unos días raros. Hasta nosotros nos contagiamos de esa rareza que nos cambió nuestra forma de vivir. Aprendimos hasta a lavarnos las manos. Aprendimos a sentir mirándonos a los ojos, sin dar besos y abrazos. Mirábamos hacia algún lugar pensando en algún día que pudiéramos volver a una normalidad. Intentábamos llegar a algún sitio sin importarnos a dónde. Sin pensar en el tiempo. Aprendimos a dar valor a los gestos, porque parecía que no nos conocíamos. Escuchamos más música que nunca. Sí, fueron días raros y nunca pensamos que llegarían a ser tantos. Paseábamos por los pasillos en nuestros pisos soñando con kilómetros que habíamos dejado de hacer. Salíamos al balcón los que podíamos, a observar en la soledad de ese momento. Leímos más libros que nunca y las plataformas de televisión incrementaron sus clientes. Engordamos de no movernos y de no saber qué hacer. Paseábamos a las mascotas más veces que nunca y hasta se les obligaba a salir cuando no querían. Cualquier excusa era buena para respirar o sentir que alcanzaríamos pronto la normalidad de nuestro río de la vida. Esperábamos a las 20 horas todos los días para dar un aplauso a la vida como forma de reconocer a todos los profesionales que lucharon y se preocuparon por todos. A vivir unos momentos de aire y recuperar la esencia de la normalidad de la vida de antes. Sólo aspirábamos a vivir lo cotidiano, lo de siempre, porque no podíamos vivir de otra manera.
Aprendimos hasta el significado de la palabra confinamiento y lo que ello llegó a suponer. Hace cinco años de aquellos días raros en que hasta aprendimos a bailar en nuestros balcones y ventanas. Hay muchos ejemplos de aquellos días raros. Seguro que todos y todas podemos contar alguno. Aprendimos hasta a valorar los besos y abrazos que nunca antes nos dimos. Los que los podemos contar, sabemos que no debemos olvidar todo aquello, porque entonces no habríamos aprendido nada de las vueltas que nos puede dar la vida. El inmenso valor de la vida. Y en estos días nos hemos vuelto a hacer muchas preguntas sobre aquellos días. Preguntas donde nos hemos reencontrado con aquellos días donde todo nos cambió como nunca pensamos que podía llegar a suceder. Sí, fueron unos días tan raros, que han quedado marcados para siempre en la vida de muchas familias. Para toda nuestra vida, porque tuvimos que soñar hasta con la rutina de siempre.
Tengo escritas muchas páginas de mis sentimientos y pensamientos en aquellos primeros días de marzo del 2020 que no he llegado a publicar en el blog. Un resumen de lo que pensaba durante aquellos días. Lo que sentía. Lo que leía. Lo que escuchaba. El silencio que nos invadía. Un pequeño resumen de aquella primera semana para recordar un tiempo que silenció al mundo sin saber este como responder a ese silencio "Compartimos vídeos de momentos de aplausos, de momentos de cumpleaños, de momentos de gente que se apoya desde la soledad de la distancia, desde el audio que se comparte para el ánimo, desde el maravilloso ruido de los aplausos, desde ese balcón del que sale la música para decirle al mundo que el sonido nos solidariza, desde esa ayuda para comprar la comida o simplemente el pan de ese vecino que vive y está solo, que necesita en estos momentos saber que la puerta de enfrente está abierta, aunque tenga que estar cerrada. En estos días de obligada presencia en casa #QuédateEnCasa".
La normalidad de esa rutina de nuestro diario era lo que más deseábamos. Vivir la vida. De esta vamos a salir siendo mejores. Eso nos decíamos. En estos días hemos escuchado a muchos profesionales que se preguntaban y nos quedaban preguntas en el aire porque no sabemos hasta qué punto hoy hemos mejorado tal y como nos repetíamos. Lo peor era la incertidumbre, porque nadie sabía como luchar contra el virus. Nos enfrentamos a una realidad desconocida y comprobamos que el virus llegó para quedarse y se tuvo que aprender a combatirlo porque los centros sanitarios se colapsaron. Y ahora que han pasado cinco años debemos reflexionar para que la historia no vuelva a repetirse. Porque hoy no nos podemos permitir que algo parecido vuelva a pasarnos y tengamos que volver a sentir y sufrir aquellos silencios, gritos, lloros y la soledad de aquellos que dieron la vida por nosotros y que no pudieron ser despedidos como se merecían....Sí, fueron unos días tan raros que hasta echamos de menos los normales.
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