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sábado, 24 de noviembre de 2012

"Somus asina".

En éstos días volvemos a ser noticia nacional e internacional. Se ha publicado una sentencia del Tribunal Constitucional por la que se le da la razón a la Junta de Extremadura. Una ley aprobada en la Asamblea de Extremadura a finales del 2001, con los votos a favor de PSOE e IU y con el voto en contra del PP, acordaba gravar con un impuesto a los bancos y entidades de crédito que operaban en  nuestra región. El entonces gobierno del partido popular presidido por Aznar, haciéndole caso a la asociación de la banca interpuso un recurso de inconstitucionalidad.
Al cabo de diez años (manda huevos, que diría Trillo) el alto Tribunal ha fallado en contra del recurso promovido por el gobierno del PP y da la razón a la Junta de Extremadura presidida entonces por Juan Carlos Rodriguez Ibarra, y en resumen se recibirán alrededor de 280 millones de euros, que es la cantidad aproximada por no haber estado pagando los bancos la parte del impuesto que por ley se gravó desde 2002.
Las paradojas de la vida...el PP en Extremadura votó en contra de ese impuesto y hoy el actual Presidente Monago sin comerlo ni beberlo, ni acordarse del asunto, ha decidido haciendo honor a lo que dijo en su discurso de investidura y entronación en el museo de arte romano de Mérida, convertirse una vez más en el Emperador Monagus y decide él solito dónde se destinarán esos millones de euros.
Dice que se le pagarán a los funcionarios autonómicos la parte de la paga extra que van a dejar de percibir en la navidad, y que será con cargo a la que tendrían que cobrar el junio de 2012; o sea, adelanta la paga del próximo verano, pero luego ya hará ingeniería económica el Catedrático que aún no nos ha aclarado sí va a haber dos o tres pagas en el próximo año. También van a invertir el dinero con su parte en otras políticas sociales como la dependencia, renta básica...a proveedores y clientes, algunas inversiones en materia de planes y también una cantidad aún por concretar en generación de empleo...pues todo muy bien.
Estoy insistiendo en éstos días, una vez conocido el asunto desde que nos tocó la lotería del décimo de los bancos que no estaban pagando, que éste dinero es producto de un impuesto.
Los impuestos que todos pagamos son convertidos en recursos públicos, con los que se llevan a cabo infinidad de coberturas en materia de servicios y prestaciones, sanitarias y educación, inversiones, gasto público, ayudas, infraestructuras, gastos diversos, etc.
Siendo recursos generados por todos y siendo públicos, deberían tener el mismo tratamiento que el resto de los impuestos que pagamos, es decir: ser redistribuidos entre todos los sectores y ámbitos del conjunto de la región; redistribución de la riqueza, para que la economía extremeña, genere a su vez más posibilidades de inversión y por tanto de beneficios de todo tipo. 
No parece ser que ésta vaya a ser la idea del reparto, ya que Monago ya ha decidido él solito dónde se destinará el dinero proveniente de un impuesto sobre el que él mismo se posicionó en contra. Ahí está la hemeroteca y se puede comprobar cómo calificaron al Presidente Ibarra.
Pero en ésta historia y una vez conocida la decisión de Monago, ha intervenido el Gobierno de Rajoy y de momento le ha dicho que hay que ver si es legal o no repartir ese dinero, porque antes había una situación en los bancos distinta a la actual y ahora dependemos de la situación de la economía, pero sobre todo, dependemos de Europa. Puede haber fuego cruzado. Puede haber una estrategia como se apunta desde algún medio, en relación con la prontitud del destino de buena parte de los millones...una medida de éste tipo, es una medida muy popular y por tanto, también puede ser muy populista.
Habrá que esperar acontecimientos, pero la cosa pinta que vamos a seguir teniendo titulares en los medios nacionales y más allá de nuestras fronteras...tiempo al tiempo. Hasta entonces, vamos a seguir diciendo que "somus asina"...

1 comentario:

  1. Cierto que la resolución judicial revela las paradojas del trasunto político. De ahí que por sentido común en política es recomendable, siempre que se pueda, llegar a consenso o acuerdos deseables, antes que perpetrar unilateralmente para más tarde tener que morderse la lengua. Pero este pecado es común a todos los partidos, más aún si tienen suficientes escaños para permitírselo.

    En relación a qué hacer con el dinero, es evidente que la responsabilidad es en última instancia de Monago; por mucho que pueda negociar, mostrarse tolerante o autoritario, es su sensibilidad social (o la estrategia política) quien decide cómo repartir los millones. Otra cosa es que nos escalde. En mi caso, mi alegría personal al oír cómo nos van a resarcir en Navidades no quita que sea estúpido y sepa la lógica que esta decisión lleva implícita. No es nuevo en Monago tender a buscar un centrismo demagógico, más aún teniendo la espada de IU sobre su cabeza. Decidir pagar a los funcionarios es una estrategia oportunista, que convierte el defecto en virtud. Extremadura es una región de funcionarios; prometer extra es no solo una medida populista, sino también oxígeno que incentiva el consumo en Navidades.

    Es lógico que la ciudadanía le pregunte a Monago cuáles deben ser las prioridades, en qué va a decidir gastar el dinero público, dónde ceder y en qué recortar. ¿Es prioritario pagar al funcionariado?, ¿no sería más lógico gastar en quien menos tiene?, ¿interesa a la pequeña y mediana empresa que se pague al funcionario para animarle a gastar? Estas y otras preguntas no tienen respuesta, porque hasta ahora el Ejecutivo, y detrás Monago, solo han improvisado, arrastrados por la máxima del recorte de déficit como único horizonte. No se observa una dirección política, un objetivo que equilibre el gasto social con el ahorro racional. Todas las decisiones se toman al vuelo, como esta del pago al funcionariado. Unas gustarán, otras nos indignarán; pero todas son hijas de la indeterminación.

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