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domingo, 12 de abril de 2020

No poder verlos...

Durante estos días de confinamiento nos estamos acostumbrando a hacer cosas que quizás no habíamos hecho antes, quizás por creer que no tienen importancia o posiblemente que los ritmos de nuestra vida no nos permiten hacerlas, bien porque no lo hemos apreciado o sencillamente porque no le damos valor al tiempo de las cosas que podríamos denominar como ordinarias. Quizás también por el factor tiempo que nos lleva en ocasiones a dudar sobre el día de la semana. Y es que son muchos días y se hacen muy largas las horas. Son impresiones o las sensaciones nuevas, pero nunca pensamos que el tiempo podría hacernos dudar de esta forma. Y en esas cosas que podemos hacer todos, están los momentos de nuestros silencios que nos permiten tener momentos de reflexión, de acordarnos de otras etapas de la vida, porque forman parte de nuestro interior.
A veces en un descanso apoyado en un balcón observamos el espacio que te permite una mirada, un vecino que hace todos los días lo mismo que nosotros a la misma hora, unos pajarillos que tienen un nido cerca en un árbol o en el hueco que hay en la pared. Incluso podemos escuchar la radio, que se ha convertido en ese abrazo y saludo que no podemos dar. Ese libro que no habías leído y ahora descubrimos que contiene una historia de cualquiera de nosotros. Escuchando a través de las ondas historias que nos conmueven, que nos permiten reflexionar, que nos hacen más humanos porque al otro lado escuchamos a una persona que quiere compartir. Compartir para que su experiencia pueda ser conocida porque de esta forma no sólo puede ayudar, sino que también se ayuda. Esta mañana escuchaba la historia de una persona que ha superado el "bicho". Lo contaba y terminaba llorando. El día que recibió el alta le daba fuerzas a una persona que entraba donde él había estado muchos días. Terminó su intervención con una frase "perdamos un poco de nuestro presente, para ganar mucho más futuro"...Quédense en casa, no se relajen.
Llevo varios días sin entrar en la polémica política. Recibo invitaciones para compartir, veo las redes porque otra cosa es leerlas y me sigue pareciendo vergonzoso lo que circula. Creo que se sigue equivocando al enemigo, porque es invisible y está haciendo mucho daño. Leemos la prensa y los bandos de un lado y de otro se lanzan arengas en sus titulares, porque si nos fijamos no hay dos medios que coincidan en dar un mensaje de unidad. Ves, escuchas, lees y terminas no creyendo nada, porque parece que todo se dice para generar confusión. No son momentos para confundir, ahora son momentos para sumar y para unir. Ya llegará el momento político de las responsabildiades. Tenemos muy cerquita de nosotros un ejemplo: Portugal. Un país que está diciéndole al mundo que a pesar de las dificultades y de la política, no hay división cuando se trata del interés del país y de la vida de los ciudadanos. Me pregunto a qué conduce todo esto en nuestro país, cuando cada día estamos perdiendo todos, todos, porque lo que se está perdiendo es un poco la vida de todos nosotros cuando se pierde a un familiar, a un amigo o a un conocido....teniendo una sola vida, no nos perdamos en otro camino porque el rio de la vida es uno solo y no tiene vuelta.
Lo que está pasando nos está pareciendo a todos increíble, por no estar preparados, por ser desconocido, por no poder estar donde quieres, pero sobre todo por no poder ver a las personas que quieres y que están sufriendo esta enfermedad o una consecuencia de la misma. Cuando escuchaba la historia del paciente que superó el virus, me encontraba observando el espacio que me permiten mis ojos, mirando sin ver nada y con la mirada perdida, pensando en quien se encuentra en una habitación del hospital. Solo y dependiente como es, pero hoy más dependiente que nunca, sin poder tocarlo y "hablar con él". Sin poder ver sus ojos, sin poder agarrar su mano para sentir su pulso, su fuerza...sin poder ver su cara o su pequeña sonrisa en esos segundos de lucidez que tiene cuando deja de tener esa mirada fija y perdida, cuando te mira y le brillan los ojos...porque en ese momento se le escapa una pequeña lagrima por la que sientes que sabe que estas ahí...pasan las horas y piensas, piensas...que este tiempo es totalmente distinto, complejo y muy jodido porque tienes su mirada en tu interior, en tu mente, pero no puedes verlo...no puedes ver el brillo de sus ojos...no puedes besarlo y dejar que te bese...para que sienta tu piel, tu calor y puedas decirle que hay que seguir luchando...seguir luchando por el rio de su vida.

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