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domingo, 11 de abril de 2021

Aislarse del ruido....

Me propongo en muchas ocasiones cuando me siento a escribir mi post no hacer caso del ruido permanente en el que nos tienen instalados los políticos y la prensa mediática. Trato de ponerme tapones en muchas ocasiones para no tener la sensación de que todo tiene que circular de lo que unos pocos quieren. Trato de situarme en un espacio en el que no todo lo que escriba sea la repercusión que está suponiendo la pandemia. Es difícil, porque vivimos un tiempo complejo y que además está situado en una posición de competición y casi nunca o muy pocas veces, de cooperación.

Porque como estamos viendo en los últimos días nos preocupa y mucho el proceso de vacunación y el poder llegar cuanto antes a esos porcentajes de inmunidad para tener un poquito de "normalidad". Pero hay otras preocupaciones de las que no se habla o sólo cuando aparecen los datos del paro y que está profundizando en la precaria situación de muchos trabajadores que aún siguen en ERTE, en la auténtica selva en que se está convirtiendo el mercado laboral con la utilización masiva de contratos temporales y por horas, en la precaria situación de muchos de nuestros jóvenes que acabada la Universidad están esperando una oportunidad y que son utilizados para suplantar a trabajadores con contratos como becarios y con una gran cantidad de parejas jóvenes que apenas llegan con sus salarios para poder pasar el mes o el eterno problema de la vivienda, el alquiler y sus precios. Y todo esto que está pasando, también son verdaderas preocupaciones en las que el ruido de fondo de las campañas electorales permanentes consiguen que no aparezcan como tal, a pesar de que me atrevo a decir que la inmensa mayoría de las familias españolas sufren algun caso de estos ejemplos.

Y es que ahora parece que para todo hay una respuesta oficial por la izquierda y otra por la derecha. Pero los ejemplos antes señalados, que son algunas de las verdaderas preocupaciones de la vida de cada uno de nosotros, no son cosa de un "me gusta/no me gusta" como sucede en las redes sociales. Son las cosas importantes en las que la política ha caído en el error de la retórica y de la simplificación. Porque más que hablar de las posibles soluciones que la política debería aportar, le han dado más importancia al lenguaje políticamente correcto y a dejar una frase que estéticamente pueda persuadir. Algo así como que no importa tanto lo que se dice, sino decir algo.

Por ello creo que hace falta más pensamiento crítico y que este debe obligar a la política a profundizar y matizar. A reflexionar más que a hablar por hablar. Hay una necesidad de rearmarse y de humanizar la política para que no pierda una de sus verdaderas razones de ser y de estar en la vida de la gente. Por eso hace falta mucho más que decir que hay una política de la que nos podemos encontrar alejados. Hay que encontrar la política del sentido común y del espacio compartido, pero si queremos recuperar la credibilidad de la política para la gente va a haber que hacer mucho más que declaraciones.

Y en ese espacio de la reflexión semanal traté de alejarme del ruido mediático con mi caminata, para encontrarme al menos por hoy, pensando que es mejor estar observando los tomillos y su flor lila, el amarillo de la flor de las escobas, recrearme con el blanco de la flor de la jara y disfrutar del mejor verde esperanza del color de nuestras dehesas. Y es que entre una provincia y otra, entre ese gozo del disfrute de nuestras encinas y alcornoques, en ese intermedio de salir del Guadiana y llegar a cruzar el Tajo, disfruté con esa Sierra de San Pedro desde la que encontré un lugar donde podemos disfrutar a solas con nosotros mismos, sintiendo el aire, escuchando los sonidos de la naturaleza y observando desde el silencio, olvidándonos del permanente ruido al que nos quieren llevar para que no dedicamos tiempo a reflexionar.

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