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domingo, 4 de julio de 2021

De lo cotidiano....

Cuando empecé a escribir y reflexionar en este Puente hace poco más de diez años, me propuse hacerlo siempre de forma sencilla y lo más natural posible. Como dice la cita, se trataba y así sigue siendo de compartir. Compartir y reflexionar de forma crítica sobre lo que la experiencia del día a día me aporta, sobre lo que pienso y valoro, sobre la experiencia de la vida que es la escuela que sigue siendo un espejo desde el que observar y mirarse. Es como preguntarse a diario, no para encontrar las respuestas que no existen, sino para mantener esa conciencia y alimentarla desde el espacio interior. Son reflexiones que un día decidí escribir en cualquier espacio en blanco, a veces en un folio durante una reunión, en un curso o una jornada, mientras hacia que escuchaba o tomaba notas antes de cansarme de escuchar a alguno que trataba de estar en posesión de la verdad. Hasta es posible que no se comparta esto, pero cuando se trataba del turno de preguntas o de valoraciones y me daba cuenta de que eran vagas o sin profundizar en la temática, pero que todo se aplaudía, empezaba a pensar que algo no debía funcionar bien porque no era posible entonces y creo que tampoco ahora, que hubiera tal unanimidad. Nunca creí ni creo en la unanimidad y de existir siempre pensé que no sería buena, porque casi todo lo que vemos o pensamos tiene al menos dos visiones y no se cuantas versiones. Ahora se dice con mucha frecuencia, que todo está lleno de matices.

Estando en una sala de espera de un hospital se pueden escuchar las conversaciones de los familiares que esperan pacientes tener información de su familiar. Ventanas abiertas, pero la naturalidad de la gente hace que inicies conversaciones como si fueran conocidos de hace algún tiempo. Será la naturalidad una de las características tan nuestras y de nuestra gente, que por ello nos hace diferentes o especiales. Siempre he dicho que tenemos un maravilloso patrimonio y el más importante ese ser como somos. La espera se hace más amena. La conversación es natural y como el tiempo de espera se alarga y la información no llega, hay una herramienta que hoy todo el mundo guarda, que hace la espera del tiempo más llevadero. Bueno, durante un tiempo, porque la paciencia tiene su espacio y se agota.

Se escucha una voz y se queja de que estamos bajo mínimos y los fines de semana son muy fuertes. Se produce el cambio y el que entra pregunta y el que sale contesta. Que pases buena guardia. Otra voz de una familiar se queja y suelta aquello de que los ciudadanos pagamos las consecuencias de los políticos. Más recursos y medios hacen falta y que el dinero que pagamos, no se emplee para pagar chiringuitos y defender el idioma y crear embajadas catalanas. Es la naturalidad de la gente, pero en un tiempo tan polarizado este tipo de conversaciones espontáneas o influenciadas por el ruido de lo que pasa, creo que están penetrando más de lo que parece en el sentir de los ciudadanos y hay ejemplos que lo reflejan a diario.

Y es que está sucediendo que toda la gente se cree en posesión de la verdad y practicamos el deporte nacional de criticar porque es lo más fácil. A veces con mucha razón, pero es cierto que esta situación y este clima quizás nos lleva a simplificar en exceso el diagnóstico. Es como si el crecimiento de la antipatía en general hubiera crecido más que el espacio de la afinidad. Y esto nos está llevando a un circulo perverso, donde no valoramos la realidad de la situación de gravedad en la que estamos y a no valorar suficientemente los esfuerzos que se están haciendo por los gobiernos en controlar esta situación que vuelve a azotarnos con cientos de contagios. Unamos todo esto al tiempo que llevamos y el resultado puede ser que no reconozcamos ni siquiera la victoria de haber conseguido una vacuna y que el proceso de vacunación esté cumpliendo con creces las previsiones.

Como decía al principio, de existir la unanimidad soy de la opinión de que no sería buena. Pero hoy deberíamos obligarnos todos a que en lo individual y en nuestro entorno social, laboral y político buscáramos acuerdos que nos ayudaran a resolver esos problemas que desde lo cotidiano de la vida tenemos por delante y a partir de ahí, luchar contra la confrontación, que sólo sirve para enfrentar y alimentar el ruido de unos cuantos y así romper la sensación de aquellos que se creen con el monopolio de la verdad.

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