En estos días continuamos asistiendo a la generación de más polarización y crispación en la política influenciada además por el aprovechamiento de algunos influencers que no dudan en difundir bulos sobre lo sucedido en una parte de nuestro país. Es increíble el nivel de desinformación al que se está llegando que está cuestionando a muchísima gente con el peligro añadido que esas informaciones y opiniones están consiguiendo que penetre en la sociedad, hasta el punto de no pararnos a pensar si es verdad aquello que nos llega como consecuencia en muchas ocasiones de una simple entrada en una red o una aceptación de cookies.
En conversaciones con amigos y compañeros solemos decir que
tenemos que hablar más de la realidad cercana que vivimos, que de lo que pasa a
400 km., de distancia. Y tenemos ejemplos para hacerlo, porque como comenta uno
de ellos “hay que gastar más suela de zapato, que culera de sillón”. Cuando se
lo escuché por primera vez consiguió que me sonriera y al mismo tiempo me hizo reflexionar,
y he podido comprobar una vez más lo sano que es practicarlo, porque es en el
contacto con la gente mediante la escucha activa, donde se comprueban esos
ejemplos. Una tragedia en nuestro país en estos días, nos ha hecho recordar lo
que cada año a principios de noviembre recordamos en Badajoz y que pasados 27 años
comprobamos como hay aún algunos asuntos pendientes.
Escribía hace unos días que a la historia no sólo tenemos que
tenerla en cuenta para recordar, también para aprender de ella. Cometemos el
error de olvidarnos muy pronto de lo que pasó. Olvidarnos o no hablar de ello,
hasta que nos vuelve a pasar y se vuelven a renovar las promesas y en ello son
expertos los políticos. Miremos la realidad y lo que está pasando. Los cambios
que están sucediéndose y que tienen una explicación, porque las cosas no pasan
por casualidad. Todo tiene sus causas y a todos nos corresponde extraer
conclusiones para intentar que lo que ha pasado no vuelva a suceder. No se
pueden dejar pasar más oportunidades para cambiar lo que hoy podemos resolver,
porque hoy sí estamos a tiempo de hacerlo antes de que vuelva a pasar.
Y en todo este entorno que marca la agenda de las
conversaciones y de la política, hemos podido comprobar como una tragedia nos
ha vuelto a abrir las costuras de la vulnerabilidad social y ojalá consiguiera
que seamos capaces de ver más la realidad. De que nos hagamos preguntas,
pensemos y reflexionemos. Porque poner luces largas a todo este estado nos debería
llevar a encontrar respuestas. Respuestas, porque la polarización y la
crispación en la política junto a la desinformación y los bulos está consiguiendo
que cada día estemos más influenciados por la confusión y empecemos a no saber
distinguir entre la verdad y la mentira. Ello nos lleva a una situación de
debilidad que es aprovechada por aquellos que pretenden poner en duda a las
Instituciones para sembrar el caos y no dudar en conseguir una rentabilidad
política de todo lo sucedido, sin importar la situación emocional que puedan
estar sufriendo los afectados. Pensemos y reflexionemos porque nos estamos
jugando mucho.
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