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domingo, 5 de enero de 2025

Hay que cambiar....

Este fin de semana tuve oportunidad de compartir con gente que se dedican a hacer actividades artesanales y dedican sus ratos libres o su tiempo a innovar y consiguen hacer pequeñas obras que no tienen mucho precio, pero sí que tienen un gran valor sobre todo para ellos. Es su tiempo y como me decían algunos: hoy disfrutar y hacer con tu tiempo lo que quieres, es sensación de libertad. Me decían en algunos casos que forma parte de su no quedarse en casa y también que les gusta hacer este tipo de trabajos. No es su actividad principal o un negocio en la mayoría de los casos. Es una forma de no dejar que su tiempo pase y trabajar porque su idea salga a la luz. Son gente que tienen en la libertad de su tiempo un motivo para sentirse más activos o que no quieren estar impasibles ante una demostración de su capacidad o de su forma de entender el poder hacer algo. Porque al margen de otras historias, se trata de hacer cosas nuevas. Cosas que forman parte posiblemente de una forma de ser y de emprender para conseguir explorar posibilidades y considerarse más activos.

En una de las entrevistas de un medio de comunicación me preguntaban el porqué desde la Asociación de Vecinos estamos haciendo cosas distintas en el barrio, teniendo en cuenta que prácticamente todo se hace siempre en el centro. Y mi respuesta fue muy simple: tenemos que cambiar porque hoy la gente y la sociedad ha cambiado. Lo de siempre ya no vale, por eso hay que hacer cosas cerca de la gente, porque la gente no quiere aglomeraciones y quiere tener en su espacio cercano posibilidades también de disfrutar y de compartir un rato. Y porque todo no tiene que hacerse en el centro de la ciudad, porque sencillamente en los barrios de la ciudad no sólo se vive, también se convive. Y nos hace falta mucho de convivir, porque significa vivir con otros y otras, compartir espacios en un entorno cercano y ello no es fácil porque hoy estando más cerca, tenemos retos que nos tienen que hacer pensar y estar sobre los cambios que la sociedad nos está marcando y que por su velocidad no nos deja pararnos a reflexionar. Por eso hay que innovar, para no hacer las mismas cosas de siempre, en el mismo espacio de siempre.

Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie. Es una frase que tiene mucho argumento y como sabemos, también se puede decir de otro modo. En cualquier caso, es una contradicción se ponga la frase en el color que se ponga. Hay quienes no se encuentran a gusto ante la posibilidad de hacer algo que signifique cambio. Quizás porque lo ven un riesgo y prefieren no arriesgar porque no saben hasta dónde puede llegar. Algunos piensan que como no ven la otra parte de la orilla, mejor no cruzar el puente. Otros piensan que hay que innovar para encontrar nuevos argumentos porque si no ocupas tu esos espacios, otros vendrán y lo harán. Y lo que sí es cierto, es que esos espacios nuevos que pueden significar hacer cambios, hay que explorarlos porque hoy no nos podemos negar a hacer cosas nuevas porque todo ha cambiado y ello conlleva que o nos transformamos y lo asumimos, o estaremos agotando nuestro tiempo. Hoy nadie puede resistirse al cambio porque los tiempos han cambiado y la actitud ante ello es el principio para asumirlo.

Pero es cierto que en muchos ámbitos de la sociedad los cambios cuestan. Y cuesta en muchas ocasiones porque el poder político no quiere arriesgar y porque no quiere que la voz de la sociedad civil se escuche e impulse el cambio. Todo necesita un tiempo para entenderse y asumirse. Pero también es cierto que no se pueden poner "puertas al campo" o lo que es lo mismo, no se pueden poner límites a lo que no lo admite. Porque si queremos que las cosas hoy tengan otra visión, hay que asumir que hay que arriesgar e innovar desarrollando cambios. En esta línea y en esta actitud hace unos años un grupo de personas que hoy formamos una Asociación de Vecinos estamos trabajando. Compartiendo lo tradicional con los cambios. Poniendo los oídos en lo que piensa y opina la gente. Escuchando que sigue siendo la mejor escuela para seguir aprendiendo. También intentando hacer entender al poder político municipal que las cosas no se pueden imponer, sino que es mejor escuchar a la sociedad civil y así las decisiones políticas serán mejor entendidas y razonablemente asumidas. Crucemos el puente, hay que cambiar.

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