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domingo, 21 de febrero de 2016

Los límites de la realidad.

A veces hay momentos en los que en un paseo, en un libro, en una conversación, o en uno de esos silencios en cualquier lugar o espacio que creo que todos los mortales tenemos, que nos damos una vuelta por la meditación o la reflexión. Son los espacios y/o los momentos, son los "detalles"...es esa parte del interior por la que todos pasamos. A veces, o a menudo pero por ese camino todos paseamos alguna vez.
No se si todo tiene relación pero en éste finde, yo he tenido algunos de esos momentos. Es complicado no sacarlos. Un botón de muestra te hace reflexionar. En mi actividad me cuesta desligarlo de lo público. Voy a ello. A fuerza de que uno a veces se equivoca, pero en mi forma de ser y de estar, está el ser coherente.
Una conversación amena, alguna vuelta a volver a releer la lectura de esa manía de escribir en los libros y algún recuerdo de un rincón de nuestra maravillosa tierra me da pié a ello. 
Una reflexión que aparece después de haber escuchado una charla en un medio. Hablaban de enfrentarse a los límites de la realidad. Esta frase que quería decir que una vez que se llega a algún lugar para asumir una responsabilidad ya no puedes esconderte, sino que tienes que afrontar esa realidad, con sus limitaciones pero asumiendo que formas parte de esa responsabilidad.
Un paseo y una imagen de una persona ayudando a un animal recientemente operado. Cogido por la parte de atrás y con toda la dificultad, pero prevaleciendo el esfuerzo por mantenerse y levantarse. Otro que se acerca y pregunta, que da vueltas a su alrededor y son más las fuerzas y la voluntad por el esfuerzo en ello, para seguir y seguir adelante. Siempre adelante, a pesar de las dificultades y aprendiendo de la vida que a nuestro alrededor en ese compartir y convivir, nos enseña y nos hace cada día. 
Una jornada de trabajo compartiendo un objetivo. Tratar de mejorar y cambiar, para hacer mejor y de otra manera las cosas. Cambiar porque se ha convertido en una necesidad. Cambiar porque estamos en un tiempo nuevo y no podemos hacer las cosas como siempre, porque encontraremos las mismas respuestas de siempre, y éstas ya hoy no valen para poder cumplir el objetivo de mejorar un poco la vida de la gente.
En la vida hay un lugar para cada cosa. Unas veces apetece estar solo y, en cambio, en otras muchas necesitamos sentirnos acompañados para estar bien. Una cita de una de mis manías de hace años también me hizo pensar. Es difícil valorar la vida, cuanto más la propia, porque si tanto la apruebas como si la suspendes puede llegar a entenderse cualquier cosa y solo en el silencio de nuestros espacios encontramos la respuesta.
Saber enfrentarse a la realidad. Asumir que hay una realidad que superar. Formar parte de la misma y sin dar un paso atrás. Cuando alguien te falta, pasas un tiempo en que todo se hace cuesta arriba y crees que no lo podrás superar. Es muy difícil, porque no puedes o no quieres olvidar y más cuando son muchos años. Pero es una realidad a la que hay que enfrentarse porque forma parte de la vida y a ésta sí que no le podemos decir nada, porque sólo hay una y hay que vivirla.

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