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lunes, 14 de agosto de 2017

Para la libertad...

Escribo y suena esta canción...no hay un motivo concreto para poner ese título a la entrada, pero me pareció un nombre acertado. Por el momento, por las fechas, porque buscando en este espacio llamado por mí en muchas ocasiones "ventanita" encontré una referencia y me pareció que podría ser un pequeño homenaje para todas aquellas personas que un día lucharon por la libertad de los demás. También por las que continúan luchando, viviendo, sintiendo...que sepan que nunca estarán solas.
Escuchaba un vídeo de Miguel Poveda y amigos en un gala benéfica para la investigación contra el cáncer y me hacía recordar que el ejercicio de la solidaridad tiene que ser siempre fortalecido, porque nunca todas las fuerzas son suficientes, pero siempre ayuda el compartir el problema. Siempre he querido guardar el máximo respeto por aquellas personas que en su interior quieren seguir viviéndolo sin hacerlo público. Es su espacio y no hay nada más que hacer, sino respetarlo.
Seguía escuchando los aplausos de la gala y el sonido de las guitarras con palmas y olés. Hay momentos que nos quedamos escuchando ese ritmo que comunica con nuestros sentimientos más adentro. En esos silencios en los que no hacen falta voces ni otro sonido que rompa el espacio del disfrute. Son los sentimientos que nos afloran y que casi sin darnos cuenta, nos hacen remover partes de nuestro cuerpo.
Esta mañana tempranito escuchaba unas conversaciones en el parque. Es curioso, pero con los silencios de las primeras horas del día no nos damos cuenta de que no estamos solos. Desde lo alto de mi terraza escuchaba a dos personas hablar. En esos momentos me puse a mirar todo lo lejos que pude y me asaltaron recuerdos. Recordé que a veces necesitamos que alguien debe tocarnos para sentirnos vivos. 
Pensé que no es la casualidad de las horas del día ni la mirada a lo lejos, ni los recuerdos que nos asaltan en forma de reflejo del tiempo. Es el silencio del día que ocupa el lugar de las ausencias y que siempre nos asalta haciendo que recordemos esos momentos compartidos.
Mientras...siguen sonando una voz, palmas y una guitarra.

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