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domingo, 27 de agosto de 2017

Una historia casi real...

Esta es una historia que podría representarse bajo una pequeña obra de teatro o quizás en alguna ocasión se haya representado. Se trata de una historia que tiene nombres y apellidos. Es tan real como la vida misma. Estoy seguro que se está representando actualmente en muchos de nuestros pueblos y ciudades. Algunas diferencias podemos encontrar en la realidad que se da en un pequeño pueblo con sus limitaciones de la que se presenta en las ciudades donde hay posiblemente más recursos, pero la esencia de la historia es casi la misma. Pero la historia en un pueblo tiene rasgos que la diferencian de las ciudades. La cercanía del encuentro, del lugar, de verse con solo golpear la puerta y comprobar como esta se sigue abriendo con un leve empujón. Es nuestra gente, son  nuestros pueblos que mantienen y conservan esa identidad que nos caracteriza en Extremadura.
Y dentro de esa pequeña historia, están nuestros mayores. La historia de nosotros mismos algún día. Es la realidad de ese mundo que vemos pero que aún no vivimos. O pensamos que aún no lo vivimos, cuando lo que observamos y escuchamos a diario tiene en muchas ocasiones referencias en ellos.
Formando parte de esa historia, está una de tantas calles de cualquiera de nuestros pueblos y en ella viven esos vecinos que se ven todos los días. Que cuidan de su acera, que la cuidan como si formara parte del interior de su vivienda. Suelen quedar al encuentro de "la fresca" cuando aparecen las primeras horas de la noche. Para ello siempre hay un lugar. Una esquina de la calle. Una cualquiera de las puertas de alguno de ellos. Hablan de sus cosas. A veces de algún suceso del día y si no, incluso se comprometen a coger el pan, por si alguno por la mañana sale de viaje y no está.
En estos días pude compartir algún ratito en una de esas esquinas. Es muy saludable escucharlos. Te preguntan y te muestran su alegría por compartir la visita. Son mayores y sus conversaciones casi siempre están relacionadas con situaciones parejas. Tiempos vividos, los años y también de cuando eran otros tiempos. Hablan recordando en muchas ocasiones a los que ya no se sientan. 
Y recordando esta historia que se vive en nuestros pueblos, nos encontramos con lo que se viene hablando desde hace algún tiempo como uno de los principales problemas de nuestro país: el problema demográfico. Yo creo que en poco tiempo será un problema prioritario a resolver si no lo debería ser ya. Cada día más mayores que viven más años y cada día más necesitados por ser muchos de ellos dependientes. Ellos también lo hablan. Algunas comentaron aquello de que hoy se vive más años, pero que vaya forma de vivir. Una pregunta que sólo escucharla, te hace dudar su respuesta.
Después del paseo tempranito de hoy, me senté a leer la prensa y un libro en la terraza. Quizás por vivir en un ático corre un airecito con el que he encontrado el lugar perfecto que me permite la lectura reflexiva. Recibí un mensaje que me invitaba a leer una entrevista. No pienso leerla. Pensé que prefiero un paseo por el río, por la playa o por la montaña...un paseo por cualquier camino que no esté lleno de las mismas palabras de siempre llenas de hipocresía y de quedar bien.
Ignora el sueño, este ir y venir de tanta duda...la luz del fondo sólo a ti te pertenece. 

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