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domingo, 8 de abril de 2018

Descrédito y desprestigio...

Durante estos últimas semanas venimos asistiendo a una serie de sucesos y acontecimientos informativos por llamarlo de alguna manera, que han monopolizado el resto de la información. Es raro no encontrarse en cualquier lugar público o no, y que no se hable de Cataluña, el proces y sus noticias judiciales; el vídeo de las dos reinas de nuestro país; el máster de Cifuentes en una universidad...también de otras noticias, pero quizás éstas tienen un componente común en todas ellas. Se trata de Instituciones públicas muy representativas en nuestro país: Comunidades Autónomas, Monarquía y Universidad.
Creo que uno de los síntomas más preocupantes del estado actual de las democracias puede ser el creciente desprestigio de sus instituciones y de sus representantes. Es muy posible que las próximas encuestas reflejen de nuevo que este desprestigio ocupe los primeros lugares en las quejas de los ciudadanos. No se puede poner a todas las Instituciones en el mismo saco, pero lo que es seguro que en la opinión de la ciudadanía y el debate está en la calle, estos últimos acontecimientos harán mucho daño a la cosa pública. Escuchaba en mi viaje de ida unas palabras con las que coincido totalmente y es que pocas instituciones representan en nuestro país mejor que la Universidad la democratización del país y la igualdad de oportunidades. El daño ya está hecho y será muy difícil que pueda recuperarse porque la Universidad y sus profesionales dependen de la confianza que la sociedad les da.
Llevamos demasiado tiempo con el asunto de Cataluña y algún día es posible que todo este proceso se estudie en nuestras Universidades. Es un asunto del que todo el mundo habla y no sólo ya en nuestro país. Por mucho que se empeñe el Gobierno en trasladar a sus aliados europeos que este problema, es un problema de nuestro país, creo que se está consiguiendo por parte de los Puigdemont y compañía que el asunto esté alcanzando un nivel al menos mediático, de carácter europeo. A medida que pasa el tiempo y el problema sigue sin resolverse, han conseguido que se sobrepasen demasiadas fronteras y uno de sus detonantes son las últimas resoluciones. Habría que remontarse años atrás porque creo que nunca se había analizado por la prensa internacional estos problemas con tanta frecuencia.
Los máximos representantes de la monarquía española han perdido mucho de su crédito en éstos últimos años. Situaciones como las del rey emérito y sus viajes, los líos de sus hijas y sus consortes fueron el detonante de que cada día más la ciudadanía de nuestro país cuestionara su posición, sus méritos y a la propia monarquía, pero las informaciones y vídeos de últimos días han puesto a la Corona de nuevo en un nivel de descrédito. Mucho parlamento va a tener que ejercer el actual rey entre su mujer y su madre porque lo que se ha visto no debe ser fruto de la casualidad.
Ortega sostenía que no se puede gobernar contra la opinión pública y ésta es un pilar fundamental sobre el que se asientan los poderes públicos y sus representantes. Situaciones como las descritas alientan a la desautorización de la cosa pública y a la falta de credibilidad de las instituciones. Si el descrédito sigue aumentando, no habrá gobiernos ni gobernantes que aguanten. Todo tiene sus causas y el descrédito que ahora ha saltado de éstas Instituciones es una historia que las ha tenido ocultas en un caso, y en otro que los tiempos no han salido analizarse y han hecho que sus efectos no hayan podido por más tiempo estar ocultos.

1 comentario:

  1. Es una pena como tu bien dices que nuestra Universidad se vea metida en estos lios,otros se ganan el desprestigio ellos solitos.

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